AGUAS REFRESCANTES 26 de NOVIEMBRE
“¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” 1 Juan 5:5.
Todos descubriremos que el progreso espiritual de nuestra vida delante de Dios viene precedido invariablemente por una falta de satisfacción con nosotros mismos. Todo progreso comienza con falta de satisfacción. Es necesario que seamos presionados hasta llegar a un punto en que reconozcamos haber llegado al fin de nuestros recursos, y que debe existir otra salida.
Cristo es nuestra salida. Cristo en nosotros reacciona a nuestro favor para responder a toda demanda exterior. Cuando mi tentación sea el orgullo, Cristo será mi humildad, si tan sólo le cedo el lugar en esa hora. Cuando surgen las pasiones, Cristo se expresará como mi paciencia. Cada una de las demandas de la vida diaria encuentra su respuesta en las muchas virtudes que surgen de esta única Vida, y es precisamente a través de lo que descubro de Cristo en mi hora de necesidad, que toma cuerpo mi progreso espiritual delante de Dios.
W. Nee
¡Jesús es el Señor!
La iglesia en Armenia