AGUAS REFRESCANTES 28 de NOVIEMBRE
“Nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús”. 2 Corintios 4:5.
Debemos recordar que por causa de Cristo somos siervos de otros, y no sólo debemos dedicarle a ellos nuestra fuerza y nuestro tiempo, sino también nuestro afecto. Las demandas de Dios a aquellos que le sirven son muy exigentes. No nos permite horas de ocio para emplear a nuestro antojo. Si nos aferramos a nuestros placeres y penas, rehusando ceder nuestros propios intereses, seremos como una habitación que está llena de muebles y no deja lugar para las personas.
Dicho de otra manera, habremos gastado todas nuestras emociones en nosotros mismos y no nos quedará para los demás. Debemos reconocer que hay un límite a la fuerza de nuestra alma, así como las fuerzas físicas también tienen su límite. Nuestros poderes emocionales no son ilimitados. Si agotamos nuestros afectos en un área, no nos quedarán para emplear en la otra. Aprendamos a entrar en los sentimientos de otros por amor de Aquel que se introdujo en nuestros sentimientos.
W. Nee
Jesus es el Señor!
La iglesia en Armenia