¿PORQUE CREÓ DIOS AL HOMBRE? (semana
Semana 8--- José es vendido a Egipto
Lunes --- Leer con oración: Mt 22:13; 24:51; 25:30; Hch 7:1-4; Ro 4:3, 13
“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mt 16:27)
PERSONAS ADECUADAS Y CORRECTAS
En los mensajes de esta serie del Alimento Diario, vemos que sólo el hombre adecuado y correcto, regenerado y maduro en la vida de Dios, estará capacitado para reinar con el Señor en el gobierno del mundo venidero. Por tanto, necesitamos practicar más Su palabra. El Señor, en Su venida, nos juzgará y pagará a cada uno conforme a nuestras obras, con recompensa o disciplina (Mt 16:27). Quien sea recompensado en el reino entrará en la gloria y gobernará con el Señor. Pero si no atendemos el hablar de Dios hoy, en aquel día corremos el riesgo de recibir en vez de gloria, la disciplina en las tinieblas de afuera, donde será el lloro y el crujir de dientes (22:13; 24:51; 25:30). Esta disciplina no tiene como propósito solucionar el problema de los pecados, sino el problema de la vida del alma. Por eso ésta no se refiere a los pecadores, sino a los hijos de Dios. Si somos hijos de Dios y estamos en la iglesia, tenemos la oportunidad de negar la vida del alma, para que la vida de Dios crezca en nosotros (16:18; 24). Asimismo, no se trata sólo de comprender la palabra de Dios, sino de practicarla. En el pasado, estudiábamos la Biblia con el propósito de comprender lo que cada libro revelaba. Pero actualmente, nuestro abordaje cambió, para que según la dirección del Espíritu apliquemos la Palabra en nuestro vivir, a fin de que lleguemos a ser personas correctas y adecuadas, aptas para reinar con el Señor. Por ejemplo, Abraham fue preparado poco a poco por Dios, para heredar la tierra prometida. Él fue llamado de hebreo, que significa un cruzador de ríos. Desde que salió de Caldea, él tuvo que atravesar tres ríos, a fin de convertirse en una persona útil para el Señor en la tierra de Canaán. El primer río que atravesó fue el Éufrates, cuando abandonó el mundo de la idolatría representado por Ur de Caldea. Al principio, Abraham no atendió solo al llamado de Dios; fue su padre quien tomó la iniciativa y lo llevó consigo a la ciudad de Harán, en la región de Asiria, cuya capital era Nínive, que representa al mundo del pecado. Puesto que Dios no podía permitir que Abraham permaneciera en el mundo del pecado, por eso lo llamó y llevó nuevamente a Canaán, la tierra prometida. Incluso allí la fe de Abraham aún necesitaba ser perfeccionada. Cuando hubo hambre en la tierra de Canaán, Abraham no soportó esa situación y descendió a Egipto, que representa al mundo de la búsqueda por el sustento. Por la fe, él debió creer que Dios lo supliría en Canaán; sin embargo, buscó solucionar la situación a su manera. Como sabemos, en Egipto él fue avergonzado, siendo incluso expulsado de allí por Faraón. Así, Abraham tuvo que atravesar otro río, el Nilo, para regresar a la buena tierra. Al volver edificó un altar e invocó el nombre del Señor. Dios permitió esa situación para que Abraham aprendiera a depender de Él, por la fe. Hoy Él hace lo mismo con nosotros. Para seguir al Señor, abandonamos la religión, el mundo del pecado y el mundo de la búsqueda por la subsistencia; aprendimos a depender de Él, por la fe. De esta manera, cada día, Dios nos está haciendo personas adecuadas para reinar con Cristo en el mundo venidero.
Punto Clave: Aplicar la Palabra en nuestro vivir.
Pregunta: ¿Cuáles son los tres aspectos del mundo que Abraham venció, y en los que nosotros también necesitamos obtener la victoria?
Martes --- Leer con oración: Gn 49:3-6, 10-12, 22; Ap 5:2, 5
“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Ap 5:9)
LA BENDICIÓN DE LA REALEZA
En Génesis 49, vemos la bendición profética de Jacob sobre sus doce hijos, que posteriormente llegaron a ser las doce tribus de Israel. Rubén, por ser el primogénito, debió heredar el derecho de primogenitura –que incluye la función sacerdotal–, la incumbencia de representar al reino de Dios en la tierra y la herencia de la doble porción de la tierra. Sin embargo, por haber cometido el pecado de fornicación, Rubén se volvió indigno de la primogenitura (vs. 3-4). Simeón y Leví, el segundo y el tercer hijo de Jacob, también perdieron la bendición de la primogenitura, y fueron maldecidos por ser violentos. Sin embargo, a Leví, en el episodio de la adoración del becerro de oro por parte del pueblo, por causa de su firme posición a favor de Dios, le fue dada la responsabilidad de ser la tribu del sacerdocio para servir al Señor (vs. 5-6; Ex 32:25-26; Nm 18:6). Por tanto, sobre Judá recayó el aspecto de la primogenitura con relación a la realeza, que es la función de representar al reino de Dios en la tierra. Esta bendición corresponde al reino venidero y es una profecía que se refiere al Señor Jesús, que desciende de Judá (Mt 1). Como el León de la tribu de Judá, el Señor es el único digno de desatar y abrir los sellos del libro (Ap 5:2, 5, 9). Él es Siloh, Rey de justicia y Rey de paz (Gn 49:10). Recibir la realeza en el mundo venidero implica para nosotros hoy, que seamos personas correctas y adecuadas. A diferencia de lo que ocurre con los líderes terrenales, en aquel día sólo recibirá la autoridad quien haya sido transformado por la vida de Dios. Esta transformación ocurre en nuestra alma, de manera que nuestra naturaleza va cambiando, hasta llegar a ser semejante a la del Señor Jesús como rey. Es una transformación semejante a la de la figura del pollino descrito en Génesis 49, que por estar atado a la vid, sólo se alimenta de uvas a tal punto de tener los ojos rojos y los dientes blancos (vs. 11-12). Como sabemos, normalmente los pollinos tienen la característica de ser animales obstinados y testarudos. Aun cuando son disciplinados, la mayoría de las veces son incorregibles y se entercan, no obedecen las órdenes de su dueño. Lamentablemente, la vida del alma también tiene esas características que desagradan a Dios y nos impiden recibir la realeza (1 S 15:23). Pero gracias a Dios, por alimentarnos del Señor Jesús, como la vid verdadera (Jn 15:1), nuestro carácter va cambiando y nos vamos volviendo semejantes al del Señor, nuestro Rey humilde (Mt 21:5). No sólo necesitamos ser transformados, sino también ser fructíferos. En Génesis, José fue descrito como una rama fructífera junto a una fuente (49:22). La fuente es de donde nace el agua. Deuteronomio 8 dice que la buena tierra de Canaán tenía arroyos, fuentes y manantiales (v. 7). Esto se refiere al Dios Triuno. Dios Padre es el manantial de aguas vivas (Jer 2:13); la fuente se refiere al Señor Jesús, siempre disponible a nosotros (Jn 4:24), y el Espíritu es el fluir del agua de vida (Jn 7:37-39; Ap 22:1), que se transforma en arroyos, suficientes para suplir nuestras necesidades. Cuando la rama está junto a este abundante suministro de vida, los vástagos crecen y se extienden sobre el muro, es decir, sobrepasan los límites del huerto y producen frutos en otros lugares. Necesitamos ser alentados para estar junto a la fuente, es decir, recibiendo el suministro de vida en el espíritu, a fin de que fructifiquemos para Dios, llevando adelante la carga de la predicación del evangelio del reino a todos los barrios de nuestra ciudad hasta que sobrepasemos, incluso, los límites de donde estamos. ¡Amén!
Punto Clave: Debemos representar al reino de Dios aquí en la tierra.
Pregunta: ¿Cuáles son los requisitos para recibir la realeza en el mundo venidero?
Miércoles --- Leer con oración: Gn 37:1-8, 11, 18, 25-27; 45:5
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Gn 50:20)
PRESERVADO POR LA SOBERANÍA DE DIOS
La bendición profética fue concedida a José cuando él ya era rey. Sin embargo, antes de eso, Dios hizo pasar a José por un largo proceso de preparación, durante el cual aprendió muchas lecciones que moldearon su carácter y lo hicieron sabio para ser rey. Efectivamente, Dios trabajó de manera intensa en la vida de José. En su juventud, él fue despreciado por sus hermanos mayores, pues él le informaba a su padre Jacob la mala fama de ellos (Gn 37:2). Asimismo, Jacob amaba a José más que a sus otros hijos, por eso ellos le tenían envidia y no le hablaban pacíficamente. José les relató a sus hermanos el sueño de que sería rey, por eso ellos lo odiaron aún más. Probablemente él hizo eso por ingenuidad, ignorando las consecuencias que eso le traería. Además, José soñó por segunda vez que toda su familia se postraba delante de él, incluso sus padres. En esa ocasión, hasta Jacob lo reprendió. Sin embargo, Jacob también meditaba en tales cosas (v. 11b), posiblemente creyendo que esa visión se cumpliría en el futuro, conforme al propósito de Dios. Los hermanos de José, por su parte, lo odiaban cada vez más y querían hacerle mal. En el relato de Génesis 37:17-24, leemos: “Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua”. Poco tiempo después, por sugerencia de Judá, José fue vendido a unos mercaderes y llevado a Egipto como un esclavo (vs. 26-28). Cuando Rubén volvió y no encontró a José en la cisterna, se entristeció y rasgó sus vestidos, pues tenía la intención de rescatarlo y llevarlo a su padre (v. 29). Sin embargo, sus hermanos, que tenían la túnica de José, mataron un cabrito y la mancharon con la sangre del animal y se la enviaron a su padre (v. 32b). Cuando Jacob reconoció la túnica de su hijo, se entristeció y rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días (vs. 33-34). Jacob no se pudo consolar por la pérdida de su hijo, pero Dios, en Su soberanía, cuidó a José para la preservación de la vida en la tierra (45:5; 50:20).
Punto Clave: Dios es soberano.
Pregunta: ¿Qué beneficios produjeron las lecciones en la vida de José?
Jueves --- Leer con oración: Pr 4:23; 1 Co 15:33
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Ti 4:12)
UN MODELO PARA LOS JÓVENES
José era aún muy joven e inmaduro cuando recibió la visión de que un día reinaría (Gn 37:5-
. Aún era necesario que él se sometiera a los arreglos de Dios. Aprendió a ser humilde y a servir a los demás, hasta tener finalmente un carácter experimentado y perfeccionado. Por esa razón, Dios permitió que fuera vendido como esclavo y trabajara en la casa de Potifar, un oficial del Faraón egipcio. Desde joven, José tenía una buena conducta, de manera que Dios lo bendijo grandemente. Génesis 39:2-5 dice: “Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano. Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo”. Es necesario que entre nosotros haya muchos como José. Este joven tenía la presencia del Señor en todo lo que hacía. Además, el proceso de madurez de José sirve como un modelo para nuestros jóvenes. Es importante que los jóvenes no salten las etapas de la vida que son necesarias para la formación del carácter, aunque hayan tenido una visión espiritual acerca de su futuro. Para ser un rey como José, los jóvenes necesitan, primeramente, madurar y buscar tener una conducta adecuada. Por ejemplo, en el colegio, los jóvenes cristianos deben tener un buen comportamiento, procurar ser aprobados en sus exámenes; respetar a los compañeros y profesores, y cuando se les dé la oportunidad, deben dar testimonio del nombre y la palabra del Señor. Este es el camino de la victoria y de la bendición. En nuestro medio, hay buenos jóvenes y adolescentes que por causa de las malas amistades, se corrompen (1 Co 15:33). Los jóvenes no deben inclinarse a las cosas del mal; antes bien, necesitan guardar su corazón, porque de él mana la vida (Pr 4:23). Gracias al Señor, porque en la iglesia hay hermanos y hermanas que se han dispuesto a cuidar a los jóvenes, como también a orar por ellos, para que sean rescatados y vueltos al camino de la vida. Por tanto, si desde jóvenes vivimos en la presencia del Señor, ciertamente Él nos bendecirá grandemente y seremos útiles en Su propósito. ¡Amén!
Punto Clave: Madurar y buscar tener una conducta adecuada.
Pregunta: ¿Por qué razón José era prosperado en todo lo que hacía?
Viernes --- Leer con oración: Gn 39:3-6, 9, 19-23; 40:5-23; Mt 24:45-47
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Stg 4:7)
HUIR DE LAS TENTACIONES
Por el hecho de que José se conducía adecuadamente, su servicio fue reconocido por Potifar, quien aumentó su responsabilidad, poniéndolo como mayordomo, gobernante de toda su casa (Gn 39:3-4). A nuestros ojos, parece imposible que un simple joven se pueda convertir en el responsable de la casa de un comandante militar. Potifar era un oficial de Faraón; de manera que, seguramente, poseía muchos bienes y decenas de siervos en una gran casa. Ante esto, José ciertamente reconoció que necesitaba a Dios, por eso dependía de Él invocando el nombre del Señor. Por el hecho de que José mantenía una constante comunión con Dios, hasta la casa de Potifar fue bendecida por su causa (v. 5). José era un siervo fiel al encargo que recibió. Este es un patrón que todos debemos procurar alcanzar; no sólo los jóvenes, sino también los mayores, con respecto a su conducta. José no sólo fue fiel, sino que también fue prudente y leal a su señor. También hubo una situación en la que fue probado, cuando la esposa de Potifar intentó seducirlo. Pero José no sucumbió ante el pecado, porque temía a Dios (v. 9). Esta es una importante lección para nosotros. Si queremos agradar al Señor, no podemos deshonrar nuestra conducta comportándonos como lo hace el mundo. Los adolescentes de la iglesia necesitan guardarse y no dar cabida para el pecado, pues pertenecen al Señor, y no al mundo. Dios aprobó la conducta de José, pero también permitió que él sufriera injusticias para que fuera perfeccionado en su carácter. Por eso la esposa de Potifar inventó mentiras con respecto a él, de modo que Potifar se airó y mandó a la cárcel a José. No obstante, aun estando en la cárcel, José fue grandemente bendecido. En Génesis 39:21-22 leemos: “Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía”. ¡Esto es maravilloso! Incluso en la cárcel, José recibió la responsabilidad de cuidar a las personas. Esta será la función principal de aquel que reinará con el Señor (Mt 24:45-47). No importa donde estemos, seamos fieles al Señor, cuidando a aquellos que Él nos confió. ¡Amén!
Punto Clave: Ser un siervo fiel al encargo que el Señor nos entregue.
Pregunta: ¿Qué importante lección podemos extraer del texto con relación a nuestros adolescentes?
Sábado --- Leer con oración: Gn 39:20-23; 40:14-15; 23
“Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” (1 P 2:12)
REINAR EN LAS PEORES SITUACIONES
Como vimos ayer, José no era un preso común, pues había recibido una incumbencia especial: cuidar a los otros presos. Incluso en la cárcel, el Señor estaba con él, y todo lo que él hacía el Señor lo prosperaba (Gn 39:22-23). Aunque había sufrido una gran injusticia, no hay registros de que José se haya lamentado o quejado contra Dios.
Por el arreglo soberano de Dios, en aquella cárcel había dos personas ligadas directamente a Faraón: el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos. Ellos se encontraban allí por haber ofendido al rey. En la porción bíblica referente a ellos, leemos: “Y él (José) preguntó a aquellos oficiales de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes? Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora. Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón. Y le dijo José: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero” (40:7-13).
El jefe de los panaderos también tuvo un sueño y se lo contó a José: “También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza” (vs. 16-17). José también le interpretó el sueño, diciendo: “Esta es su interpretación: Los tres canastillos tres días son. Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti” (vs. 18-19). Al tercer día, todo sucedió como lo había interpretado José. Él era una persona muy sabia de parte de Dios (vs. 20-23).
Pero José no fue recordado delante de Faraón por el jefe de los coperos, por eso permaneció dos años más en la cárcel (vs. 14-15, 23)..
Punto Clave: Nuestra verdadera sabiduría viene de Dios.
Pregunta: ¿Por qué Dios permitió que José fuera preso, considerando que fue algo injusto?
Domingo --- Leer con oración: Gn 41:1-8, 14, 46-48; 49:22
“Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba” (Gn 39:23)
EXPRESAR A DIOS Y PRACTICAR SU PALABRA
En el capítulo 41 de Génesis continuamos viendo lo que sucedió con José, mientras aún estaba en prisión: “Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río; y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado. Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña, y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano; y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón” (vs. 1-
. Junto a Faraón estaba el jefe de los coperos, que había estado en la cárcel con José y se acordó de él. Entonces le habló a Faraón con respecto a José, que mandó a llamarlo (v. 14).
Faraón le contó sus sueños, y José los interpretó (vs. 16-36). Por causa del sabio consejo de José, Faraón percibió que él era un joven muy capaz; así que le entregó su casa y toda la tierra de Egipto para que las administrara (vs. 46-48). De esta manera, antes que llegaran los siete años de hambre, José almacenó alimentos para el pueblo. Así fue como Egipto no sufrió con los años de escasez, pues había alimento almacenado.
José pasó por un largo proceso de preparación hasta convertirse en el gobernador de Egipto. De la misma manera, nosotros si queremos ser reyes para gobernar el mundo venidero, necesitamos prepararnos.
Necesitamos tener el perfil de José. Nuestra vida es para expresar a Dios y practicar Su palabra. José, como rama fructífera plantada junto a las aguas, expresaba la abundancia de las riquezas de Cristo. El Señor estaba con él, por esa razón, él pudo extender sus vástagos sobre el muro, desde la tierra de Canaán hasta Egipto, y allí fructificar (Gn 39:23; 49:22).
Si usted es como José, Dios va a entregarle el mundo venidero. Seamos fieles hoy a la comisión que hemos recibido. Por ejemplo, aquellos que pretenden emigrar de América del Sur a otros países, deben tener un carácter aprobado, siendo fieles en la iglesia a la que sirven, para aprender la humildad antes de recibir responsabilidades mayores. Este es el camino para ser bendecidos y un día, reinaremos con el Señor. ¡Amén!
Punto Clave: Ser como José, para reinar en el mundo venidero.
Pregunta: ¿Por qué razón José pudo fructificar estando aun en Egipto?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: “Editora Arvore da Vida”
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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