¿Y TU CREES AUN EN EL PUDOR?
“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia …” 1 Timoteo 2:9
“las mujeres ataviándose con hábito honesto, con vergüenza y modestia.” (Otra versión)
El pudor es el signo indeleble de la dignidad de toda persona.
¿Hoy saben los adolescentes y jóvenes el significado de “pudor” y“modestia”? ¡¡Respuesta dudosa!!.
El pudor es un mecanismo instintivo de la persona que protege la intimidad. Evita todo tipo de excesos y peligros morales; y además evita diversos riesgos en relación a la propia integridad de la persona. Bueno, esto último lo decimos por aquellas personas abusivas y que debían llamarse “manotas”.
El pudor no indica miedo a exhibir el cuerpo. Implica más bien respeto a lo más personal e íntimo de su cuerpo. El pudor es propio de la persona humana. Los animales no tienen pudor. Por eso hacen en público sus funciones y necesidades corporales.
El pudor lleva a cubrir las partes más íntimas. Pudor es protegerse de la mirada intrusa. No permite ser reducido a un objeto. Palpar algo es, en cierta medida, un acto de posesión. Ver es como tocar a distancia. Ofrecer a la mirada ajena las partes íntimas del cuerpo supone dejarse poseer en lo que se tiene más íntimo. Toda exhibición sugiere un acto de entrega. Hacerlo en público se asemeja a la prostitución.
En el Huerto del Edém, antes del pecado ¿estaban realmente desnudos Adam y Eva? Hasta la entrada del pecado ellos se dieron cuenta que estaban desnudos… Ellos a pesar del pecado su pudor les llevó a cubrirse. Génesis 2: 25
¿Es que, antes del pecado no estaban también desnudos? Sin embargo antes no tenían vergüenza y después sí… lo que pasó, es que aunque su cuerpo no estaba cubierto con un vestido físico, sin embargo, ellos poseían un vestido espiritual de luz; esa luz espiritual era tan intensa que aún en lo físico natural se manifestaba y el cuerpo de ellos era cubierto con esa luz del Señor.
El pecado se hizo presente, y perdieron la luz y fue como se vieron desnudos. “Abriéronse los ojos de ambos, y entonces, viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos delantales. (Génesis 3:7).
El pudor del cuerpo se manifiesta cubriendo la desnudez… las partes íntimas y secretas del cuerpo.
Pero hoy, sin duda vivimos en medio de una generación que cree que el pudor es obsoleto, fuera de moda. E incluso el valor cristiano del pudor se ha diluido en las iglesia cristianas.
Las modas populares han penetrado incluso, en las iglesias, las mujeres llevan faldas o vestidos cortos, muy entallados, transparentes, con aberturas más altas de las rodillas, otras mostrando el ombligo, o vistiendo pantalones. Los hombres usando pantalones desgarrados, decolorados, muy ajustados; pants, sus playeras anunciando productos comerciales del mundo
Hay jóvenes cristianas que se visten con faldas muy cortas, ombligueras, mallones, “mostrando su cuerpo como si fuera la cosa más natural, y permiten dudar que exista el pudor. Antes las jóvenes llevaban faldas largas, sin escotes pronunciados; las mangas de sus blusas eran con recato. "Ya no se necesita esperar a que llueva para ver los tobillos de las muchachas: ahora usan faldas muy cortas. Las revistas y los periódicos muestran, como si fuera la cosa más natural, mujeres sin ropa, y no se diga el cine y la televisión. Ya no hay pudor”.
Cuando se exhibe el cuerpo sin recato, sin pudor, es prostituido, porque se provoca en los demás sentimientos sensuales. Eso es pornografía: una prostitución mental”.
Jóvenes educadas en el valor del pudor, se sienten incómodas con las ropas de moda y a menudo se les ve bajarse la falda o taparse el escote y evitar ser objeto sexual para los mirones que las rodean, violándolas con la imaginación.
Pero como cristianos, somos llamados a recuperar “el pudor de antaño”, es decir, evitar la ropa provocativa, el tomar ciertas posiciones provocativas al sentarse; además cuidar las miradas y los gestos impropios en público.
Vivimos días tenebrosos y de confusión; la original y singular marca que diferencia a un hombre de una mujer, han desaparecido; y las normas de Dios han sido catalogadas como obsoletas y pasadas de época o de moda.
Sin embargo, hoy al cristiano le es licito, le es permitido si así lo elije o decide, imitar o copiar todo tipo de moda impuesta por gente que nada tiene que ver con el pueblo del Dios santo* Pero debe considerar si ello le edifica, y lo eleva a un nivel más alto de madurez espiritual en Jesucristo.
“Todo me es lícito, más no todo conviene, todo me es lícito, mas no todo edifica” 1 Corintios 10:23
LICITO Griego: exesti 1832 Sig: Ser permitido; tener permiso; ser lícito.
(no todo) CONVIENE Griego: sumféro 4851 Sig: Beneficio, convenir, provecho, provechoso, traer (juntos), útil, soportar juntos, contribuir, recoger, recolectar, o conducir; ventaja
Es verdad, en la libre voluntad que Dios nos ha otorgado, tenemos libertad para elegir; tenemos el permiso por ahora para tener lo que deseemos, o lo que estemos dispuestos a sacrificar o separar. Entonces…. La forma de vestir y arreglarse ¿Importa en realidad?
Se afirma, que el vestido y arreglo exterior, siempre ha demostrado la dignidad y la posición honorífica del hombre y la mujer; y se agrega, que su educación y sus principios morales son manifestados a través del cómo se viste y se arregla la persona.
Es manifiesto, que en los últimos años, la masiva publicidad, las estrellas de la televisión y del cine, los compañeros, la autopromoción, y la intensa búsqueda inconsciente de una identidad, han generado las formas de cómo se viste y se arregla la gente, en especial los jóvenes.
En la mayoría de casos, el vestido y arreglo exterior, son solo imitaciones o copias de los demás; y esto manifiesta una carencia de identidad singular en las personas. Esa falta de identidad, incluso ha llevado a muchos a generar mezclas confusas en relación a la identidad de su propio sexo.
Hoy, vivimos en medio de una generación que se ha degenerado, existe una confusión de sexos, él varón parece hembra; y la hembra un varón; o en otro caso, son una mezcla de ambos sexos; y esto, es en su forma de vestir o arreglarse.
La marca original, ha sido cambiada, o confundida. No hay diferencia.
Y lamentablemente, esto lo observamos en medio del pueblo de Dios, y en muchos casos, los cristianos que no ven la importancia de este Principio de Dios, se auto justifican, se molestan y se enojan al sugerirles que debieran ser separados para Dios en su forma de vestir y arreglarse, o que vivan acatando el valor cristiano del pudor…y se expresan: “A Dios lo que le interesa es el corazón, lo de adentro, y no tanto lo de afuera”
Sin embargo, no deja de ser un pensamiento muy personal y el cual no compagina con la Palabra de Dios.
“Y el Dios de paz os santifique en todo, para que vuestro espíritu, alma, y cuerpo sea guardado sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”1 Tesalonicenses 5:23
Por lo tanto, a Dios le importa la condición de nuestro ser interno (espíritu y alma); y de la misma manera nuestro ser externo (el cuerpo). Dios es el Dueño Legal de nuestra vida, la cual incluye nuestro cuerpo; y en Su Palabra establece las normas para el vestido y arreglo de Su pueblo.
“No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer, porque abominación es a Jehová cualquiera que hace esto”.
Deuteronomio 22:5
ABOMINACIÓN Hebreo: toebá 8441 Sig: Algo repugnante, asquerosidad, abominable, abominación, idolatría, desdeñar, detestar,
Es una abominación, algo que a Dios le produce “asco” cualquiera que al vestir, genera una “confusión de sexos” o en otro caso, cualquiera que da lugar a pensamientos y deseos lascivos, de sensualidad, deshonestos y lujuriosos. Incluso, en el Antiguo Testamento, Dios hizo mención del tipo de tela propia para el vestido del hombre y de la mujer.
“No vestirás mistura de lana y lino juntamente” Deuteronomio 22:11
La lana es una tela de textura un poco dura o áspera al tacto, por el contrario el lino es suave, liso y delicado. Hay una clara diferencia entre ambas telas, la lana era para la ropa del hombre; el lino para el vestido de la mujer. Incluso había colores que eran más propios para el hombre y otros para la mujer.
Tal parece que en nuestros días, estas diferencias deben ser tachadas de obsoletas, y sin valor, pero Dios conociendo la naturaleza humana estableció normas específicas en el vestir con tal de no generar riesgos de que se deprave o confundan los sexos.
¿Qué mensaje expresa nuestra forma de vestir? O de la manera como arreglamos o decoramos nuestro cuerpo físico?
¿Comunica o es una marca de pudor, o una marca de la santidad de Dios? ó Es una marca de lo tenebroso, confuso y mundano?
Ojalá, no expresen un mensaje que hable de rebelión, de rechazo al valor cristiano del pudor, de egocentrismo, libertinaje, o provoque pensamientos de lascivia, lujuria y sensualidad. Cada uno de nosotros como cristianos, tenemos el permiso para elegir, pero no olvidemos que nuestra elección de hoy, va a tener una trascendencia por la eternidad, determina el grado de brillo o luz que tendremos, además, el lugar donde pasaremos la eternidad, y el tipo de ropa que llevaremos.
¿Deseamos estar en la Nueva Ciudad viviendo en la Eternidad con el Esposo Celestial, con Jesucristo? Entonces estemos dispuestos a pagar el precio, el precio de negarnos a romper las normas de Dios, el precio de agradarle a Él, al elegir vivir siempre con el valor del pudor.
www.cristianoesh.com