La disciplina amorosa de Dios nos hace partícipes de Su santidad
Hebreos 12:5 ..."Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él; (6) porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo hijo que recibe". (10) Porque ellos, por pocos días nos disciplinaban como les parecía, pero Él para lo que es provechoso, para que participemos de Su santidad.
En Hebreos 12:5-6], podemos ver claramente que el motivo de la disciplina es el amor de Dios. Los que reciben la disciplina de Dios son los hijos de Dios. El que no es hijo de Dios, Dios no lo disciplina. En la Biblia no se puede encontrar que Dios disciplina al incrédulo. Por lo tanto, la esfera de la disciplina está limitada solamente a cristianos, y el motivo de la disciplina es el amor. Dios no disciplina al hombre porque lo odia. Él disciplina al hombre porque lo ama.
Él nos disciplina para que podamos participar de Su santidad. Si un cristiano vive de una manera muy disoluta en esta tierra, sin manifestar la naturaleza y santidad de Dios, la mano de Dios caerá fuertemente sobre éste. A Dios no le gusta disciplinarnos. Su propósito es manifestar Su santidad en nosotros. Él dejará de disciplinarnos solamente cuando Su santidad se manifieste en nosotros. Por lo tanto, vemos que la disciplina no prueba que nosotros no somos del Señor. Al contrario, prueba que sí le pertenecemos. Solamente los que le pertenecen al Señor están calificados para ser disciplinados.
Hebreos 12:11 “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por ella han sido ejercitados”.
Hay una gran diferencia entre el castigo y la disciplina. La disciplina que Dios ejerce sobre Sus hijos no es castigo. Aun cuando Dios los corrige, esa corrección no es castigo, sino disciplina. La disciplina tiene una meta definida, la cual es que nosotros podamos participar de la santidad de Dios para no vivir insensatamente día tras día. Después de que un cristiano crea en el Señor Jesús, aunque nunca perderá su salvación, es posible que reciba una disciplina severa de parte de Dios. Nunca debemos decir que un cristiano puede hacer lo que quiera después de ser salvo. La Biblia nos dice claramente que después que un cristiano es salvo, aunque sea derrotado y caiga, no perecerá eternamente ni perderá la vida eterna. Sin embargo, recibirá la corrección de Dios en la tierra hoy.
No debemos cometer el error de pensar que porque somos salvos eternamente, podemos vivir negligentemente en esta tierra. Si un cristiano desenfrena su concupiscencia, comete pecado, cae en deshonra, y no tiene la santidad de Dios, Dios extenderá Su mano y lo disciplinará usando el medio ambiente del creyente, su familia, su salud personal, y sus planes futuros. Es posible que se enfrente con problemas familiares o sufra muchas enfermedades y desgracias en su medio ambiente. El propósito de Dios al permitir que estas cosas le sucedan no es de castigarlo; no le han acontecido para crearle un mal rato, sino para hacer que participe de Su santidad y llegue a ser digno de la gracia de Su llamamiento.
W. Nee
Jesus es el Señor!
La iglesia en Armenia