DÍA 23
Legiones de ángeles
“Entonces Jesús le dijo: vuelve tu espada a su lugar… ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi padre, y que Él no me daría más de doce legiones de ángeles? Mateo 26: 52-53
No puede haber límite en los recursos de los que dispone el Cristo de Dios. Miles y miles de ángeles acudirían en su ayuda si Jesús lo hubiera deseado. La banda de guardias que judas guío hubiera sido insignificante y que habría sido aniquilado momentáneamente si el Salvador hubiera reunido a sus aliados.
He aquí la gloria de nuestro traicionado y ahora arrestado Señor. Si tan poderoso era entonces, ¿qué tal ahora cuando todo poder le ha sido dado por el Padre? Guarde en su mente la idea clara de que Jesús, en su humillación, era sin embargo, Señor de todas las cosas, y especialmente del mundo invisible y de sus ejércitos. Mientras más claramente capte esta idea, más admirará el amor conquistador que hizo a Jesús morir en la cruz.
Lo único que tiene que hacer es orar a Dios y sus ángeles lo llevaran en las manos para que su pie no tropiece en piedra.
Hagamos aquí una pausa de un minuto para recordar que guardadas las proporciones, los ángeles también están a su disposición. Lo único que tiene que hacer es orar a Dios y ellos lo llevarán en sus manos para que su pie no tropiece en piedra. No pensamos mucho acerca de estos seres celestiales, sin embargo, todos ellos son “Espíritus ministradores enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Hebreos 1:14). Si sus ojos fueran abiertos, como le ocurrió al siervo de Eliseo, vería “la montaña llena de gente de a caballo y de carros de fuego” (2 Reyes 6:15-17) rodeando a los siervos de Dios. Aprendamos de nuestro Maestro a reconocer las fuerzas invisibles. No confiemos en lo que el ojo ve o el oído oye, sino tengamos respeto a las fuerzas espirituales que no perciben los sentidos pero que la fe conoce. En los asuntos de la providencia los ángeles desempeñan un papel mucho más importante de lo que creemos. Dios puede levantar amigos nuestros sobre la tierra, y si no lo hace así, puede encontrar para nosotros amigos más capaces en el cielo. No es necesario sacar la espada y cortar orejas humanas, porque fuerzas infinitamente superiores obrarán a nuestro favor. Tenga fe en Dios y “todas las cosas obrarán para su bien” (Romanos 8:28). Los ángeles de Dios consideran un honor y un deleite proteger al menor de los hijos de Dios.
Señor Jesús, Tú has sido exaltado a la diestra del Padre. Nada es demasiado difícil para Ti hoy. Amén.
Ch. Spurgeon
¡Jesus es el Señor!