La fe no son sentimientos
2 Corintios 5:7 (“Porque por fe andamos, no por vista”)
Algunas personas no están esperando, ni orando ni tienen futuras esperanzas, pero van en pos de sentimientos. Una hermana dijo que se había rendido y había creído, pero que no se atrevía a decir que había vencido. Esto se debía a que desde el primer día que recibió al Señor Jesús como su victoria, nunca había sentido nada especial. Hermanos y hermanas, creer es tener fe absoluta en algo; los sentimientos no juegan ningún papel en esto. Los sentimientos no tienen nada que ver con si un cuadro es hermoso o no; sólo se necesitan los ojos para ver. Los sentimientos son útiles en ocasiones, pero no sirven para entender las cosas de Dios. La mano solamente puede tocar las cosas y sentir su temperatura; pero no sirve para ver una pintura. Las cosas espirituales sólo pueden recibir sustantividad por medio de la fe, no de los sentimientos. Podemos vencer por causa de la Palabra de Dios. Dios habla, y todo queda hecho. No se trata de sentir alguna fuerza ni de experimentar alguna sensación intensa por unos cuantos días. Para vencer, lo único que se necesita es que tengamos una palabra del Señor.
Dios hizo un pacto con nosotros que dice que la mansedumbre, la paciencia, el amor, la templanza, lo que está en Cristo, todo ello es nuestro. Pero cuando usted vuelva a perder la paciencia y regresen su orgullo, su impureza y sus fracasos, ¿qué hará? Si usted cree en la Palabra del Señor, debe decir: “Dios te agradezco y te alabo porque yo puedo ser manso, paciente, humilde, amoroso y sobrio. Yo puedo ser todas estas cosas porque Cristo vive en mí”. Mientras se aferre firmemente a la Palabra de Dios, todos los temores se esfumarán.
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3 de Enero Aguas refrescantes
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? Juan 4:35.
Los discípulos estaban dispuestos a esperar cuatro meses antes de poner sus manos a la obra, pero el Señor les dijo, en efecto, que el tiempo de trabajar es ahora y no en una fecha futura. "Alzad vuestros ojos y mirad. . ." Con estas palabras estaba sugiriendo la clase de obreros que El necesi¬taba, es decir, aquellos que no esperan que el trabajo venga hacia ellos, sino que tienen oios para vcr la tarea que ya espera para ser realizada
¿Hemos observado alguna vez a un obrero trabajando "a reglamento"? Se mueve lentamente y se arrastra en la tarea dando una apariencia de trabajo, pero en realidad no está determinado a trabajar sino tan sólo a matar el tiempo.
¡Qué distinto es nuestro Señor Jesús! El declaró: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Jn 5:17).
W. Nee
Jesús es el Señor!
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