Examine la Fuente
Algunos buscan visiones, otros confiesan haber visto una luz o llama, y otros más declaran que tuvieron sueños. A raíz de sus testimonios, muchos otros comienzan a afirmar que tuvieron experien¬cias semejantes. No me opongo a tales cosas, pero examino el origen de las mismas. ¿Vienen del alma o del espíritu?
Es bueno recordar que cualquier cosa hecha en el espíritu puede ser duplicada por el alma; pero cualquier cosa que es copiada por el alma sólo sirve para imitar el espíritu. Si no examinamos la fuente de esos fenómenos, seremos fácilmente engañados. El punto más importante aquí no es negar estas cosas, sino si las examinamos para ver si emergen del alma o del espíritu.
Diferencias en los resultados
¿Cuál es la diferencia en los resultados entre la operación del espíritu y la del alma? Esto nos proporcionará un indicio principal entre aquello que es del espíritu y aquello que es del alma. “Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante” (1 Corintios 15:45).
Pablo dice aquí que el primer Adán vino a ser un alma viviente. El alma está viva. Ella tiene su vida, y por tanto capacita al hombre para hacer toda suerte de cosas. Esto se refiere a la posición que Adán tenía.
Después el apóstol continúa: “el postrer Adán, espíritu vivificante”. Esta palabra es digna de mayor atención, pues es bastante preciosa y significativa. La diferencia en los resultados entre las operaciones del espíritu y del alma es claramente dada aquí. El alma está viva y tiene vida en sí misma. Mientras que el espíritu es capaz de dar vida a los demás.
Sin embar¬go el espíritu no sólo tiene vida en sí mismo, sino que también puede hacer que otros vivan. Sólo el espíritu es capaz de vivificar las personas para vida. El alma, a despecho de cuán fuerte sea, no puede comunicar vida a los demás. “El espíritu, dice el Señor, es el que da vida; la carne para nada aprovecha” (Juan 6:63).
Debemos distinguir estas dos operaciones muy claramente, porque es de la mayor importancia. Nadie puede trabajar satisfactoriamente si estuviere confuso en este punto. Déjeme repetir: el alma está verdaderamente viva pero no puede hacer que otros vivan.
El espíritu, por otro lado, no sólo está vivo sino que además da vida a los otros. Es por eso que declaro con tanto énfasis que necesitamos controlar nuestro poder del alma. Todo lo que es del alma no tiene valor. No estamos discutiendo sobre terminologías, porque eso es un gran principio.
Aunque el alma esté viva, no tiene cómo hacer para que otros vivan. Por eso, al ayudar a alguien debemos desear desde lo más profundo de nuestro ser y no ayudar simplemente sus mentes. No debemos trabajar según la fuerza psíquica, siendo que ella no puede salvar ni ser útil a nadie.
Cuán cuidadosos debemos ser. Cómo debemos rehusar cualquier cosa que venga de nuestra alma. Pues ella no sólo no puede ayudar a otros, sino que también está impedida para la obra de Dios. Ella ofende a Dios como también lo priva de Su gloria.
“El poder latente del alma”
Watchman Nee
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är lorden – Jesus är Herre
Literatura disponible en:
corpocri@yahoo.com
laiglesiaenarmenia@yahoo.com