UNA NUEVA CREACIÓN
La muerte del Señor Jesús es inclusiva -incluye al creyente- y también es inc1usiva su resurrección. En 1ª Corintios 15:4.5 y 47 encontramos dos notables nombres o títulos del Señor Jesús. Se nos dice que fue e1 último Adán y el segundo hombre. Las Escrituras no le mencionan como el segundo Adán sino el último Adán; ni se refiere a Él como el último hombre, sino el segundo hombre. Es importante notar esto, pues encierra una verdad de gran valor.
Como el último Adán, Él es la suma total de la humanidad; como el segundo hombre, es
la Cabeza de una nueva raza. Como el último Adán, reúne en sí mismo todo aquello que estaba en Adán; como el segundo hombre, habiendo por su Cruz quitado el primer hombre en quien el propósito de Dios fue defraudado, presenta otro hombre en quien aquel propósito es plenamente llevado a cabo.
Cuando fue crucificado, lo fue en el carácter del último Adán: todo aquello que estaba en el primer Adán fue quitado. Nosotros todos fuimos incluidos en su muerte. Como el último Adán, Él quita la raza antigua, y como el segundo hombre presenta una nueva raza. En su resurrección está en pie como el segundo hombre. Morimos en Él como el último Adán; vivimos en Él como el segundo hombre. Nuestra antigua historia finaliza con la Cruz; nuestra nueva historia comienza con la resurrección. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura (creación) es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Co. 5:5:17). Por la Cruz Dios liquidó toda la antigua creación, y de la muerte surge una nueva creación en Cristo, el segundo hombre. Si estamos “en Adán” todo lo que está “cn Adán” viene a ser nuestro inevitablemente y sin ningún esfuerzo nuestro. No hay necesidad de hacer esfuerzo alguno para perder la paciencia o cometer cualquier otro pecado; estas cosas suceden, y esto, a pesar de nosotros. Así también si estamos “en Cristo” todo lo que está en Cristo nos viene por gracia, sin esfuerzo alguno de nuestra parte, sobre la base de la fc sencilla.
La vida cristiana es nada menos que la vida de Cristo. Es la propia vida de Cristo reproducida en nosotros. Por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios, sabiduría, justificación, santificación y redención” (1 Co. 1:30). El concepto común de la santificación es que cada parte de nuestra vida debería ser santa; pero eso no es santidad -es el fruto de la santidad. La santidad es Cristo. Cuando somos conscientes de orgullo, nos imaginamos que la humildad llenará nuestra necesidad; pero la contestación al orgullo no es la humildad -es Cristo, y Cristo es la contestación para cada necesidad. Dios nos ha dado su Hijo para ser nuestra vida, y sólo necesitamos estar “en Cristo” para que todo lo que es de Cristo venga a ser nuestro. Hay una sola 'vida cristiana' -y ésa es la vida de Cristo. Nunca se me exige imitar aquella Vida, pero sí, permitir a Cristo que viva en mí. “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Ga. 2:20).
W. Nee
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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