Colosenses 3 Para el nuevo año 2010
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,
donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.
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1º de Enero Aguas refrescantes
Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y exten¬diéndome a lo que está delante, prosigo. Filipenses 3: 13
Dado que Dios actúa en la historia, el fluir del Espíritu Santo es siempre hacia adelante. Nosotros que servimos en el mundo hoy, hemos heredado grandes riquezas por medio de los siervos de Jesucristo que ya han realizado su contribución a la Iglesia. No podemos sobre-estimar la grandeza de nuestra herencia, ni tampoco podemos estar lo suficientemente agradecidos a Dios por ella. Pero si en el día de hoy procuramos ser un Martín Lutero o un Juan Wesley, estaremos errando nuestro destino y no llegaremos a alcanzar el propósito de Dios para esta generación, pues nos estaremos moviendo hacia atrás mientras que la corriente' del Espíritu avanza hacia adelante. Toda la corriente de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, es un movimiento progresivo.
Los hechos de Dios son siempre nuevos. Aferrarnos al pasado deseando que Dios actúe como lo ha hecho antes, involucra el riesgo de encontrarnos fuera de la corriente central de los propósitos de Dios. La actividad divina fluye de generación en generación, y aun en la nuestra continúa en forma ininterrumpida, de una manera firme y progresiva.
W. Nee
Jesús es el Señor!
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