La redención conduce a salir

La redención conduce a salir
Éxodo 12:7 “Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. (11) Y lo comerás así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová. (41) ...en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto”.
...tan pronto la sangre nos redime, debemos ponernos en movimiento y salir. Una vez que el Señor nos redime, no podemos comprar casas y morar en Egipto. No, todos debemos salir esa misma noche. Antes de la media noche, los israelitas sacrificaron el cordero y rociaron la sangre con hisopo; después comieron apresuradamente, con sus lomos ceñidos y los bastones en sus manos, porque tenían que salir inmediatamente.
Lo primero que la redención efectúa es la separación, lo cual significa partida o salida. Dios jamás redime a una persona para que siga viviendo en el mundo. Todo el que haya nacido de nuevo, es decir, sea salvo, debe tomar su bastón y salir. Tan pronto como el ángel de la destrucción haya separado al que es salvo del que perece, el salvo tiene que empacar y salir de Egipto.
Nadie se apoya en un bastón cuando está acostado, porque el bastón se usa para caminar. Todos los redimidos por la sangre, ya sean ancianos o jóvenes, deben tomar su bastón y salir esa misma noche, porque tan pronto esto sucede nos convertimos en extranjeros y peregrinos en esta tierra. Así que debemos salir de Egipto y separarnos del mundo inmediatamente. No debemos continuar viviendo allí. 
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Aguas refrescantes 23 de Enero
“Jehová dijo a Josué:' Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai: porque yo la entregaré en tu mano”. Josué 8:18.
La conquista de la gran Jericó puede haber parecido un triunfo fácil. Ahora Israel se encuentra frente a la pequeña Hai cuya conquista parecería más fácil todavía. Sin embar-go, los medios utilizados exitosamente para la conquista de Jericó, no pueden ser empleados aquí. Se requiere algo nuevo. En otras palabras, no podemos encarar las batallas espirituales de hoy con las armas empleadas ayer. El pasado se ha tomado en historia y le agradecemos a Dios por ello, pero necesitamos poder ahora para hacer frente a su nuevo desafío.
Apoyarse en autosuficiencia adquirida en el pasado equivale a cerrar las puertas a nuestro progreso espiritual. El Señor ordena nuestras circunstancias para confrontamos con la necesidad permanente de buscar su rostro, compro¬bando de esta forma que podemos vencer todas las veces por medio de un nuevo descubrimiento de su Persona.
W. Nee
Jesús es el Señor!
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