EL TESTIMONIO DE LA CONCIENCIA
Continuacion…
Los ejemplos arriba mencionados son simplemente pruebas objetivas de la existencia de Dios. Consideremos la cuestión de la existencia de Dios desde otro ángulo: la composición psicológica del hombre. Hay una gran organización en América llamada la Sociedad Geográfica Nacional (National Geographic Society). Esta investiga las culturas y geografías de diferentes partes del mundo. Tiene una conclusión en cuanto a las muchas investigaciones hechas por sus miembros: cada raza sobre la tierra, no importa cuán culta o inculta, avanzada o retrasada, tiene una cosa en común, lo cual es que creen en Dios. A dondequiera que vaya, aun entre los incivilizados nativos de la región de Miao, creen en Dios. Un hombre quizás sea ignorante e incapaz de pensar lógicamente; quizás no pueda dar muchas razones. Pero si busca en su corazón, sabe que hay Dios. Muchas personas son solamente obstinadas en su hablar; en su conciencia saben que hay un Dios.
En 1925, había un predicador que pasó a través de una selva en Sudamérica. De repente oyó un grito pidiendo ayuda, y corrió hacia donde venía el sonido. Cuando se acercó a un río, vio a un hombre en una canoa que iba corriente abajo. La corriente del río era fuerte, y no lejos de él había una cascada. Si nadie iba en su rescate, el hombre moriría al caer por la cascada. En ese momento, el hombre gritó con todas sus fuerzas: “¡Oh, Dios, oh, Dios, sálvame, sálvame!”. Cuando el predicador vio eso, hizo lo mejor que pudo y salvó al hombre.
Al siguiente día, el predicador pasó por la misma selva otra vez y vio algunos cientos de personas reunidas alrededor de alguien que estaba hablando, y se acercó para oír lo que estaba diciendo. El hombre hablaba acerca de Dios, y dio muchas razones por las cuales no había un Dios. Después que el hombre terminó, retó a la audiencia: “Les he dado muchas razones para explicar por qué no existe Dios. Si alguien no está contento con estas razones, traiga sus argumentos ahora”. El predicador fue hacia la plataforma y dijo: “Yo no sé cómo discutir, y no puedo dar muchas razones. Pero puedo contarles una historia. Ayer al ir caminando por la selva, oí a alguien gritando: ‘¡Oh, Dios, oh, Dios, sálvame, sálvame!’. Corrí hacia donde venía el sonido del río y vi a un hombre en una canoa. La corriente iba rápida, y el bote se iba acercando hacia la catarata. Su vida estaba en peligro, y lo salvé y lo llevé a su casa. Me gustaría presentarles a ese hombre ahora. El que estaba clamando a Dios que le ayudara ayer es el caballero que hoy les está dando muchas razones para explicar por qué no hay Dios. Le pueden preguntar ustedes mismos si estoy en lo cierto o no”.
Por cierto, muchas personas tienen sus conciencias cubiertas. Antes que su conciencia se despierte, pueden dar muchas razones para decir que no hay Dios. Pero cuando llegan al final de su vida, cuando están cerca de la muerte, y cuando piensan de su futuro, su conciencia les dice que hay un Dios. Pueden hacer a un lado el asunto ahora. Pueden decir que son jóvenes y que esas cosas no importan. Pero llegará el día cuando entrarán en la eternidad, y su conciencia dormida hablará. Muchas veces he dicho que la conciencia puede dormir, pero nunca morirá. Cuando llegue el tiempo, hablará. Sin embargo, quizás sea demasiado tarde para conocer a Dios entonces.
Había un padre y un hijo en Inglaterra que eran ateos dogmáticos y celosos. Un día el padre estaba a punto de morir, y se revolvía en su cama. Parecía estar muy inquieto. Cuando el hijo vio esto, temió que el hombre viejo se sacudiera de su convicción, y le alentaba diciéndole: “Padre, agárrate fuerte”. Su padre se volvió hacia él y le pregunto: “¿Asirme fuerte de qué?”. Puesto que no tenían a Dios, ¿de qué se iban a agarrar fuerte? Pero nosotros tenemos que dar gracias al Señor porque hay algo a lo que nos podemos agarrar. Hay algo en lo que podemos descansar. Sabemos en quien creemos.
Amigos, por favor escuchen la voz interna. Nuestra mente a menudo nos da ideas equivocadas; está afectada por las influencias externas. Pero la voz interna es confiable; representa a nuestro verdadero yo. Por favor, escuchen la urgencia interna.
He investigado el asunto y llegué a la conclusión de que nadie nace ateo; cada quien llega a ser uno con la influencia del ambiente. Por eso nuestra conciencia es el guía más valioso, y debemos seguir su guía todo el tiempo.
Tomado de: “La fe cristiana normal” de Watchman Nee
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Aguas refrescantes 23 de abril
Los cuales no son engendrados… de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Juan 1 :13.
La frase que se repite varias veces en Génesis capítulo 1 y que dice: "según su género" o "por sus especies", representa a una ley de reproducción que gobierna toda la esfera de la naturaleza biológica. Sin embargo, no gobierna la esfera espiritual. Padres humanos pueden engendrar, generación tras generación, hijos según "su especie"; pero hay una cosa que es bien cierta: ¡Cristianos no pueden engendrar cristianos! Ni siquiera cuando ambos cónyuges son creyentes habrá garantías de que los hijos que engendren serán automáticamente creyentes. No, ni siquiera en la primera generación.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Se requiere un nuevo acto de Dios cada vez para producir a un ser que será verdaderamente hijo suyo.
Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är lorden
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