EL CUERPO DE CRISTO

EL CUERPO DE CRISTO
INTRODUCCION
En este tema estableceremos nuestra condición en Cristo Jesús, que de acuerdo con lo que leemos en la biblia, nos demuestra que nosotros como pueblo de Dios somos el cuerpo de Cristo. Leemos en la biblia en 1 Corintios 12:27 “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
Ahora bien esto es derivado o como producto del sacrificio de Jesucristo en la cruz del calvario, leemos en Juan 16:5-15 “Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros, más si me fuere, os lo enviare”
Así como de su escogencia por nosotros desde antes de la fundación del mundo, dice Efesios 1:4 “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”
¿QUE ES EL CUERPO DE CRISTO?
Entendiendo lo que dice 1 Corintios 12:27 todos y cada uno de nosotros como pueblo de Dios somos, un cuerpo, somos el cuerpo de Cristo; comprendiendo que un cuerpo es un traje o una vestimenta que envuelve algo, o donde alguien habita, por ejemplo el cuerpo que Dios se puso se le llamó Jesús, que era el lugar donde habito Dios cuando camino aquí en la tierra, o sea que era el lugar donde Dios hizo morada.
Asimismo nosotros somos el lugar donde Dios tiene su morada actualmente, Romanos 12:4-5 dice: “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros hacen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros” Y Colosenses 1:27 dice: “a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en (dentro de) en vosotros, la esperanza de gloria” O sea que Dios está dentro de nosotros, por consiguiente somos el cuerpo o el templo de Cristo. 1 Co 3:16
EL CUERPO ES PROPIEDAD DE DIOS, O PARTE DE ÉL
Lo primero que todo el pueblo de Dios debería conocer, es que la Iglesia (que somos nosotros) es propiedad de Dios y él es nuestro único Pastor, leemos en el Salmo 23:1-2 “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará” Este Salmo es claro y afirma que nuestro único Pastor es el mismo Dios, nuestro pastor no es humano, no es hombre alguno.
Asimismo en Hechos 20:28 la biblia declara: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por “obispos”, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él gano por su propia sangre” Es importante entender lo que se lee en este versículo, la iglesia no pertenece a hombre alguno, la iglesia es de Dios, y quien es el único Pastor de la misma.
Como derivado de esa propiedad y pastoreo de Dios de su iglesia, el apóstol Pablo nos enfoca que somos parte de Dios como su cuerpo, Efesios 5:30 establece lo siguiente: “porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos”
El apóstol para nosotros los no judíos, (los gentiles) el apóstol Pablo escribe claramente nuestra dependencia absoluta y segura en Jesucristo, él enfoca en 1 Corintios 6:15-20 lo siguiente: ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera es un cuerpo con ella?

Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. Huid pues de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” Entonces somos propiedad absoluta de Dios, somos su cuerpo, somos miembros de Èl, y Èl es nuestra cabeza, es nuestro Padre, es nuestro dueño, en conclusión somos propiedad completa y absoluta de Dios.
¡Jesus es el Señor!