La oración es un derecho básico del creyente
Juan 16:23 “ ...De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidáis al Padre en Mi nombre, os lo dará. (24) Hasta ahora nada habéis pedido en Mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
14:13 Y todo lo que pidáis en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. (14) Si algo pidáis en Mi nombre, Yo lo haré”.
Los creyentes tienen un derecho básico mientras están en la tierra hoy y es el derecho a que sus oraciones sean contestadas. Cuando la persona es regenerada, Dios le concede el derecho básico de pedir y de recibir respuesta. En Juan 16 dice que Dios responde cuando le pedimos en el nombre del Señor, para que nuestro gozo sea cumplido; y si oramos sin cesar, nuestra vida cristiana estará llena de gozo.
Si oramos sin cesar y Dios no nos contesta o si hemos sido cristianos por años y Dios a duras penas nos escucha o nunca nos responde, algo muy serio está pasando. Aunque somos hijos de Dios, nuestras oraciones no son respondidas. Esto jamás debe suceder. Todo creyente debe recibir de Dios respuesta a sus oraciones, pues tal experiencia es básica. Si Dios no nos ha contestado la oración por mucho tiempo, esto indica que algo se ha interpuesto entre Él y nosotros.
Estamos equivocados si dejamos oraciones sin respuesta, porque las oraciones no son palabras al viento, puesto que se ofrecen para ser contestadas. Las oraciones sin respuesta son oraciones vanas, y los creyentes deben esperar respuestas a sus oraciones, porque si usted ha creído en Dios, Él debe contestarle.
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Aguas refrescantes 15 de Enero
“He aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente”. Ezequiel 47: 1.
El problema no consiste en determinar si la corriente del Espíritu fluirá en nuestra generación, sino más bien si tú y yo estaremos involucrados en esa corriente. Tenemos una gloriosa herencia del pasado pero también tenemos la solemne responsabilidad de transmitirla. Si fracasamos en cumplir con nuestro rol en el propósito de Dios para esta era presente, El buscará otros que lo hagan. El fruto en el pasado se logro porque hombres de Dios permanecieron en la corriente central de su propósito. Ahora nos toca a nosotros el privilegio de ofrecemos a El para que sus planes prosigan. Si El puede encauzar sus propósitos a través de nuestras vidas, ésa llegará a ser nuestra máxima gloria. De lo contrario, igualmente proseguirá con sus planes tomando alguna otra dirección, y nosotros tendremos la trágica experiencia de haber sido salteados.
No sólo se requiere la proclamación de la verdad de Dios hoy día. Esa verdad apunta a la manifestación de Cristo resucitado en vidas humanas, y sólo se logra cuando nuestras vidas se encuentran involucradas en la corriente del Espíritu que siempre sigue hacia adelante.
W. Nee
Jesús es el Señor!
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