EL HOMBRE ES LA CABEZA DE LA MUJER
“Pero quiero que sepáis que CRISTO ES LA CABEZA de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. 1 Corintios 11:3
En lo que Dios ha dispuesto, el hombre es cabeza de la mujer. Por lo tanto, las hermanas no tienen ningún poder administrativo en la iglesia. Sin embargo, esto no significa que cualquier hombre puede ser la cabeza de la mujer; sólo aquellos que están bajo la autoridad de Cristo pueden ser cabeza de las hermanas. Cuando las hermanas se cubren la cabeza exhiben una señal de que ellas mantienen el orden en el Cuerpo, que se someten a Cristo y también a la autoridad del Cuerpo.
Siendo exactos, no existe autoridad en el Cuerpo mismo, pues toda la autoridad está en la Cabeza. La debilidad de la autodenominada iglesia consiste en que la autoridad se ha convertido en un asunto de posición, no de vida. En el Cuerpo de Cristo, la autoridad es un asunto de vida, no de posición. Si un miembro tiene autoridad, esto se debe a que esa autoridad ya ha sido forjada en él. El pasó por la disciplina de Dios, y la autoridad ha llegado a ser vida en él. Dios no ha designado a ciertos individuos para que actúen como ojos, oídos, boca, manos, etc. El logra que ellos sean estas cosas por la operación de la cruz. Si ellos son estos órganos, funcionan naturalmente como tales. Todo depende de la vida. Mientras obedezcamos la vida del Cuerpo, que fluye a medida que el Cuerpo mantiene su posición bajo la absoluta autoridad de la Cabeza, habrá un crecimiento continuo y perfectamente proporcionado. A menos que estemos verdaderamente en la vida del Cuerpo, no podrá haber un aumento en la medida de Cristo.
Ni los apóstoles ni los ancianos tienen autoridad en sí mismos; sólo tienen autoridad en la medida en que estén bajo la autoridad del Señor. Ejercen la autoridad en el Cuerpo al representar la autoridad de la Cabeza. Si los apóstoles y los ancianos tienen la mente de Dios, entonces tienen la autoridad de Dios, porque El sólo respalda aquello que El favorece. El respalda con Su autoridad lo que autoriza.
La vida del Cuerpo requiere un quebrantamiento severo de la vida natural. Todos debemos ser quebrantados para que estemos dispuestos a someternos a la autoridad delegada del Cuerpo y estar dispuestos a ministrar y recibir la ministración en el lugar que se nos haya asignado. Dios no puede permitir que falte la ley en Su iglesia, porque esto haría imposible el desarrollo del Cuerpo. Tampoco puede permitir que se levante por sí misma ninguna cabeza humana, porque también esto estorbaría el desarrollo del Cuerpo y negaría la posición de Cristo como Cabeza. Cualquier deseo de un creyente por ejercer autoridad es contrario a la vida del Cuerpo. Sólo Cristo es la Cabeza, y todos somos miembros los unos de los otros. Si alguno dice tener revelación acerca del Cuerpo, pero no está sujeto a la autoridad del Cuerpo ni se relaciona debidamente con los demás miembros, tal declaración es falsa. Una vez que verdaderamente veamos el Cuerpo, reconoceremos nuestra necesidad de obediencia y de una relación mutua. La sumisión es una característica sobresaliente de quienes están familiarizados con la vida del Cuerpo.
Dios hizo arreglos específicos e instituyó el orden en el Cuerpo de Cristo. Debemos ser cuidadosos para poder discernir el Cuerpo, como se nos exhorta en 1 Corintios 11:29. No podemos obrar descuidadamente en el Cuerpo ni hacer propuestas triviales ni propasarnos pensando que somos algo. Cada miembro debe estar en el debido orden y andar ordenadamente. La autoridad es ordenada por Dios; nadie puede ser una autoridad en sí mismo, y nadie puede elegir a otros para ponerlos en autoridad. La autoridad viene de lo que Dios dispone y redunda en beneficio de la vida del Cuerpo. Debemos entender claramente cuál es nuestra posición en el Cuerpo y debemos mantener esta posición. En la vida del Cuerpo, todos debemos andar según el orden que hay en él.
Watcman nee
“El misterio de Cristo” Publicado por: Living Stream Ministry
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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