EL BAUTISMO
Mr. 16:16; Hch. 2:38; 22:16; 1 P. 3:20-21; Ro. 6:3-4; Col. 2:12
El bautismo es un tema muy destacado en la Biblia. Hay dos aspectos del bautismo que debemos entender claramente. Primero, antes de ser bautizados, necesitamos saber lo que el bautismo puede hacer por nosotros. En segundo lugar, después de ser bautizados, necesitamos mirar retrospectivamente y preguntarnos acerca del significado de nuestro bautismo. En el primer caso, el bautisterio y el agua están delante de nosotros. Cuando vamos a ser bautizados debemos preguntarnos: “¿Qué puede hacer el bautismo por mí?”.
Después de ser bautizados, tenemos que preguntarnos: “¿Qué significado tiene mi bautismo?”. La primera observación se hace mirando hacia el futuro, y la segunda, mirando retrospectivamente. Aquella tiene que ver con lo que uno sabe antes de ser bautizado, mientras que la última, con el entendimiento que uno tiene después de ser bautizado.
I. LO QUE EL BAUTISMO HACE POR UNA PERSONA
“El que crea y sea bautizado, será salvo; mas el que no crea, será condenado” (Mr. 16:16). Este versículo nos muestra lo que el bautismo hace por una persona.
A. El bautismo nos salva del mundo
“El que crea y sea bautizado, será salvo”. Me parece que este versículo infunde cierto temor a todos los protestantes y, por ende, no se atreven a leerlo. Siempre que lo leen, lo cambian por: “El que crea y sea salvo, será bautizado”. Pero eso no es lo que dice la Palabra del Señor. A fin de evitar el error del catolicismo, los protestantes deliberadamente dan rodeos al exponer la Palabra de Dios. Sin embargo, al tratar de evadir el error del catolicismo, ellos mismos caen en otro error. La Palabra del Señor es clara: “El que crea y sea bautizado, será salvo”. El hombre no tiene autoridad para cambiarlo por: “El que crea y sea salvo será bautizado”.