CRISTO COMO NUESTRA VIDA
Cada religión aporta algo para el bienestar de la sociedad. Cada una de ellas tiene algún punto en común: le dan algo al hombre o lo llevan hacia alguna meta. Aunque los métodos que emplean quizás sean diferentes y varíen en cuanto a lo que ofrecen, todas tienen algo que ofrecer. Naturalmente creer en Cristo implica recibir algo de El. Ahora queremos ver lo que Cristo ofrece al hombre.
PARA QUE EL HOMBRE PUEDA RECIBIR
LA REGENERACION
Lo que veremos no son las contribuciones hechas por el cristianismo a las naciones, ni a los gobiernos, ni al mundo, ni a la sociedad en general. Queremos estudiar un asunto más básico, crucial y práctico. Lo que Cristo da al hombre es la regeneración. Cuando creemos en El recibimos la regeneración. Tenemos que admitir que la regeneración es un gran tema en la Biblia. Sólo podemos darle una vista general a su significado.
Si usted lee la Biblia cuidadosamente, descubrirá que pone énfasis en la vida. En muchos pasajes alude a la vida. En esta tierra hay muchas clases de vidas con muchas expresiones diferentes. Cada vida tiene su propia expresión. Se puede identificar una vida por su expresión distintiva.
LAS EXPRESIONES DE DIFERENTES VIDAS
Pongamos por ejemplo un pájaro. Uno sabe que tiene vida porque está viviendo. También usted puede identificar las expresiones distintivas de ese pájaro. ¿Cuál es esta expresión? Aun un niño sabe que un pájaro puede volar. La capacidad que el pájaro tiene de volar es la expresión distintiva de su vida. Hay tal unicidad en la vida de los pájaros. Cuando este rasgo único se manifiesta, se expresa en el vuelo.
Ahora considere a un pez. El pez no sólo tiene vida, sino que expresa las características de su vida al nadar en el agua.
Si comparamos al pez con el pájaro, podemos ver que aunque ambos tienen vida, las expresiones de sus vidas individuales son diferentes. Un pájaro sólo puede volar; no puede nadar. Un pez, por otra parte, puede solamente hacer lo opuesto. Es imposible para el pájaro nadar, aunque trate de enseñarle. De la misma manera, no hay manera de que usted pueda enseñar a un pez a volar. Las diferentes vidas tienen expresiones diferentes. Las características que cada uno demuestra nos permiten identificarles como vidas diferentes.
Ya que el modo de vivir está determinado por la vida que posee, la cuestión de la vida no tiene nada que ver con el aprendizaje ni la imitación. Si las vidas son diferentes, no es posible cambiar de la una a la otra con el proceso del aprendizaje. La única posibilidad es tener un cambio de vida. Si se cambia la vida, la expresión de la misma también cambiará. Si la vida permanece igual, es imposible alterar la expresión.
UN CAMBIO DE COMPORTAMIENTO SIGUE
A UN CAMBIO DE VIDA
Supongamos que una persona está muy interesada en la investigación de animales pequeños. Anhela ver nadar a un pájaro. Para esta persona nada sería más emocionante que poder entrenar a un pajarito a nadar. Así que empieza a enseñar a un pajarito a zambullirse en el agua, respirar en el agua, mover sus alas y ejercitar sus garras en la manera apropiada. ¿Piensan ustedes que podría tener éxito?
Supongamos que continúa con su experimento cambiándole la dieta al pájaro o alterando su postura para dormir, etc., para poder adaptarlo a una vida en el agua. ¿Tendrá éxito? ¡No! Sus doctrinas quizás funcionen. Pero la vida del pájaro es diferente. Esta vida puede volar cómodamente por el aire, pero no se le puede hacer nadar en el agua.
La clase de vida determina la clase de expresión. Esto es una ley. Usted no puede cambiarla. Si trata de cambiar la expresión sin cambiar la vida, fracasará totalmente. Basados en el principio de esta ley, nosotros tenemos una doctrina de lo más vital y básica en nuestra fe, la regeneración.
LA REGENERACION ES UN CAMBIO DE VIDA
Cada expresión de nuestro vivir como seres humanos está basado en la clase de vida que poseemos. Un vivir corrompido es causado por una vida corrompida. Para cambiar el modo de vivir, primero tenemos que cambiar la vida. Si se cambia la vida, su expresión también cambiará. No habrá problemas con la última cuando a la anterior ya se le ha cuidado. De otra manera, cualquier esfuerzo será tan fútil como entrenar a un pájaro para que nade o darle clases a un pez para que vuele. La regeneración es un cambio de vida. Lo que Cristo nos ofrece no es simplemente un cambio de comportamiento sino la regeneración basada en un cambio de vida.
Una cosa admitimos unánimemente: la vida humana que poseemos es corrupta y mala. Por una parte, culpamos a la maldad en el mundo y a las circunstancias desmoralizantes a nuestro alrededor, pero por el otro, tenemos que admitir que somos básicamente malos y sucios por dentro. Nos damos cuenta de que en todas partes del mundo hay una lucha por poder y posición, pero también nos damos cuenta de que estamos llenos de celos y orgullo. Admitimos que el corazón del hombre es rebelde e irreflexivo. No hay ningún hombre que sea gentil ni amoroso. No solamente somos pecaminosos sino sumamente perversos. Sabemos que el pecado es aborrecible, que no le da paz a nuestra conciencia. También deseamos y queremos tratar con el pecado y deshacernos de él. El fenómeno básico de nuestra vida es un enredo total con el pecado.
LA EXPRESION DEL VIVIR ES EL PECADO
He estado predicando por más de diez años. He conocido a mucha gente. Pero aún no he conocido a nadie que proclame no tener pecado. En todos los lugares por donde he viajado, aún no he conocido algún individuo que pueda jactarse de su perfección. Todos admiten en un grado mayor o menor que tienen manchas oscuras y defectos en su vivir. Todos tenemos que confesar que nuestro vivir no es apropiado.
NO REFORMACION SINO REGENERACION
Basado en esta comprensión, el hombre empieza a pensar en maneras para cambiar su modo de vivir. Este es el propósito de muchas religiones.
Pero, ¿puede esto ser cambiado? Es verdad que el hombre debería ser limpio, cortés y permanecer en la ley y debe ser enseñado y cultivado en estas virtudes. Pero, ¿cuál es el propósito de esta educación y cultivo? Quizás pueda mejorar un poco exteriormente, pero, ¿puede cambiar interiormente? Sabemos perfectamente bien que las partes internas no pueden cambiarse. No estamos estableciendo un debate con otras religiones; ¡sólo estamos presentando esta característica! Un punto muy crucial en nuestra fe es el asunto de la regeneración, no el de la reformación.
UNA VIDA CORRUPTA NO EXHIBE UN VIVIR LIMPIO
Nuestro énfasis descansa en este hecho: no es solamente la expresión del vivir humano corrupto y pecaminoso, sino que la vida misma es corrupción y el hombre mismo es pecado.
A la gente no le gusta oír esta clase de palabras. Pero nosotros sólo podemos hablar con la verdad. El hombre está básicamente mal en su vida. Es corrupto en naturaleza y peca como resultado de su corrupción. Muchas personas admiten su mal comportamiento pero no admiten su corrupto ser. Algunas admiten esto último pero no se dan cuenta de que son corruptos hasta la médula. El hombre, que es tan corrupto, naturalmente no puede exhibir un vivir limpio.
Una vez cuando estaba en Kaifeng, hablé con una persona que admitía que estaba mal en una cosa. Después de un rato confesó que estaba mal en otra. Francamente le dije que el problema no estaba en que hiciera alguna cosa correcta o equivocadamente; la persona era el problema. Cuando la persona está mal, seguramente las cosas que haga estarán mal. Si usted es un pez, seguramente no puede volar. No le puedo culpar por no poder volar, porque usted es un pez. Cuando el hombre no es apropiado, la expresión del vivir tampoco es apropiada. Esto es enteramente un asunto de vida. No es meramente un asunto de un comportamiento externo. La corrupción humana está dentro de él.
LAS CORRECCIONES EXTERNAS SON INUTILES
Puesto que el hombre es corrupto por dentro, de nada sirve corregirlo exteriormente. Tengo un amigo que vino de Nanking. Cuando el tren pasó por Wushih, compró unas muñecas para su hija. Todas las muñecas estaban hechas de barro. Estaban pintadas y bien decoradas con colores brillantes. Su hija tenía siete años. Cuando recibió los juguetes se desbordó de gozo. Inmediatamente asumió el papel de madre, acariciando las muñecas y poniéndolas a dormir. Cuando era tiempo de comer, las alimentaba. Con sus manos metía el arroz en las bocas de las muñecas, diciendo: “¿Por qué no comes?”. Bueno, ¡las caras de las muñecas estaban sucias con la grasa y el arroz! La niña actuaba como su madre, y empezó a limpiarles las caras con agua y toallas. Desafortunadamente, una mancha negra apareció cuando una parte fue limpiada. Cuanto más la limpiaba, más grande se hacía la mancha negra. Después de un rato, la nariz, los ojos y los oídos desaparecieron. Ella empezó a llorar. ¡No había nada que se pudiera hacer! Su padre le dijo: “Tíralas. Te compraré nuevas. Las muñecas de barro no se pueden lavar”.
LA UNICA MANERA: UN CAMBIO DE VIDA
Yo estaba allí cuando esto sucedió. Creo que tratar de mejorar nuestro comportamiento humano es como limpiarles las caras a esas muñecas. Pensamos que si nos deshacemos de nuestra actitud orgullosa y de todas nuestras mentiras y nos comportamos en forma más refinada, seremos mejores personas. Este es nuestro concepto humano. Dios dice que la corrupción externa del hombre es causada por la corrupción interna. La única solución es un cambio básico de vida. El reconocimiento de la inutilidad y maldad del hombre y la comprensión de la necesidad de un cambio son el fundamento básico de nuestra fe cristiana.
EL CORAZON DEL HOMBRE ESTA LLENO DE MALDAD
Un día estaba caminando por una calle de Shangai con un amigo que tiene una mentalidad muy activa. Me dijo: “Es una lástima que no podemos ver a través del corazón de otro. ¿No sería interesante si de una mirada pudiera yo decir lo que esta o aquella persona estuviera pensando? Qué lástima que no podemos calar al corazón”.
Yo le dije: “Eso está muy lejos de ser una lástima. Yo descanso de no poder calar al corazón de otro. No trates de adivinar lo que otros piensan, porque todos los pensamientos del hombre son malos. No hay otra cosa más que robo, engaño y traición en nuestras mentes. No hay pensamientos buenos. Todos los pensamientos tienen que guardarse en secreto. Es una fortuna que el corazón está encerrado de nuestra vista por algunos huesos y alguna piel. Si pudiéramos verlo, inmediatamente lo aborreceríamos”.
W. Nee