El Ministerio que Seguimos y Practicamos Mensaje 1
Semana 1 – El Ministerio Neotestamentario (Ap 5: 1-5)
Lunes -- Lectura Bíblica -- (Gn 1:26-28; 2:7; 3:6-7; Is 14:12-15; Ez 28-12-17; Jn 16:11; Ro 5:12; Ef 5:12; Ap 12:4a).
Leer con oración: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree…” (Gn 1:26a).
EL PROPÓSITO DE DIOS AL CREAR AL HOMBRE
Alabamos al Señor porque hemos iniciado con este tomo una serie más del Alimento Diario, titulada “El Ministerio que Seguimos y Practicamos”. El tema de esta semana es “El Ministerio Neotestamentario”. Conforme a la dirección que el Señor nos ha dado, lo que practicamos es vivir en el espíritu por invocar Su nombre. Por ser fieles a esto, Él nos ha dado muchas revelaciones, como las palabras que encontramos en Hebreos 2:5-8, que nos dicen que Dios no sujetó a los ángeles el mundo venidero, sino a los hombres.
Dios creó el hombre del polvo de la tierra, a Su imagen y conforme a Su semejanza, para que este señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. El Señor sopló en su nariz el aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente (Gn 1: 26-28: 2:7). El alma o el ser viviente es la personalidad, la persona del hombre.
Sin embargo, con el objetivo de impedir el cumplimiento del propósito de Dios, Satanás se adelantó y antes de que la vida divina entrara en el hombre mediante el árbol de la vida, engañó a Eva y la indujo a comer del árbol de la ciencia del bien y del mal (Gn 3:1-7: 2 Co 11:3). Al ser engañados, Adán y Eva pecaron, y por medio de ellos el pecado entró en todos los hombres. Puesto que la naturaleza pecaminosa está en el hombre, éste peca de manera espontánea (Ro 5:12).
¿Cómo podría este hombre caído y fracasado gobernar el mundo venidero? Precisamente por estar en una condición pecaminosa, el ser humano necesita la redención. El Señor solucionó el problema de nuestros pecados al ser crucificado y derramar Su sangre preciosa. Una vez que el problema del pecado fue solucionado, todo aquel que cree en el Señor Jesús está apto para recibir la vida divina. El nuevo nacimiento es el primer requisito para quién desea reinar en el mundo venidero (Cfr. Jn 1:12-13; 3:3, 5). Pero aunado a ello, el hombre necesita madurar y ser perfeccionado en la obra del ministerio, lo cual quiere decir que necesita tener experiencias de servir al Señor. Todo esto tiene como fin prepararlo para el reino de Dios.
El mundo venidero no fue entregado a los ángeles, sino a los hombres. No obstante, el mundo antiguo fue entregado al gobierno de un arcángel, llamado Lucero, hijo de la mañana, o Lucifer (Is 14:12; Ez 28: 12-17). Pese a que Lucero fue creado por Dios de manera perfecta, en su interior se levantaron el orgullo y la ambición, y por eso quiso exaltarse a sí mismo (Is 14:13-14). Aunque ya tenía una posición elevada por ser el arcángel principal, él no se sintió satisfecho; quería ascender más y más, hasta el punto de ser semejante al Altísimo. Dios no podía tolerar eso, por lo cual fue lanzado a la tierra, junto con la tercera parte de los ángeles que lo siguieron (Ap 12:4a). Esos son a los que Ef 6:12 llama “principados y potestades (…) gobernadores de las tinieblas de este siglo (…) huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Ellos son los que hoy dominan a las naciones. Además de los ángeles, las criaturas que existían en la tierra en la era pre-adámica también lo siguieron en la rebelión. Por eso Dios los juzgó con agua, y ellos se convirtieron en los espíritus inmundos o demonios.
En la tierra hay aproximadamente 200 naciones y podemos afirmar que todas están bajo el control del príncipe de este mundo (Jn 16:11). Por esta razón hay tantas desavenencias, conflictos y guerras entre los pueblos, como resultado del dominio de los principados y potestades, que están bajo el comando del príncipe de este mundo, Satanás, el diablo, el adversario de Dios, quién usurpó su autoridad.
El propósito de Dios es retomar el dominio de la tierra, que fue usurpado por Su enemigo, y Él lo hará por medio del hombre regenerado por la vida divina. Para ello, Él nos proporcionó una salvación completa y un lugar maravilloso en el que podemos crecer y madurar en Su vida: “la vida de la iglesia”. Una vez que estemos maduros y seamos transformados, podremos expresar no solo a Dios en plenitud, sino también ejercer el dominio por Él, es decir, traer Su reino a la tierra (Mt. 6:10). ¡Alabado sea el Señor!
Punto Clave: Reinar por la vida divina
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cómo puede gobernar el mundo venidero el hombre creado del polvo de la tierra?
Dong Yu Lan
!Jesus es el Senor!