ALIMENTO DIARIO SEMANA 2 - VIERNES
El Ministerio que Seguimos y Practicamos
Semana 2 – El Ministerio Neotestamentario (Ap 5: 1-5)
Jueves -- Lectura Bíblica -- (Mt 11:-2-6: 14:3-12).
Leer con oración: “Sea la luz de Jehova nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Si, la obra de nuestras manos confirma” (Sal 90:17).
CREER QUE EL SEÑOR ES EL CRISTO
Cuando Juan el Bautista fue encarcelado, mandó a sus discípulos a preguntarle al Señor Jesús: ¿Eres tu aquel que había de venir, o esperaremos a otro? (Mt 11:3). El Señor no respondió ni sí, ni no; sólo le dijo: “Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí” (vs. 4-6).
Otras personas reconocían que el Señor era el Cristo. Cuando el Señor estaba cerca del pozo de Sicar, tuvo hambre, y los discípulos fueron a comprar comida. Él se quedó solo en el pozo y apareció una mujer samaritana. Después de que el Señor le habló acerca del agua viva, que sería en ella una fuente de agua que salte para vida eterna, y también de adorar a Dios en espíritu y en verdad, la mujer le dijo que sabía que había de venir el Mesías. Entonces el Señor le dijo: “Yo soy, el que habla contigo” (Jn 4:26). La mujer volvió a la ciudad y le dijo a las personas: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?” (v. 29). Hasta la mujer samaritana creía que el Señor era aquel que había de venir, pero Juan el Bautista envió a sus discípulos a cuestionar al Señor sobre este asunto.
El hombre siempre apunta los errores de los demás, pero raramente logra ver los suyos. Juan el Bautista no era la excepción. El sabía que el Señor Jesús era el Mesías pero mandó a sus discípulos a cuestionarlo. El Señor Jesús no lo salvó de la prisión, sino que les dijo a los que lo cuestionaron que le informaran a Juan todas las obras que Él hacía.
Tal vez algunos se pregunten: ¿Por qué el Señor Jesús no salvó a Juan? Probablemente porque Juan, quién vino para ser Su precursor, terminó siendo Su competencia. Hubo un cambio por parte de Juan, por eso el Señor Jesús no usó milagros para sacarlo de la prisión, como lo hizo con Pedro y con Pablo (Hch 12:5-9; 16:23-27), solo relató las obras que Él mismo hacía, dándole así una oportunidad de arrepentirse.
El desenlace de esta historia es que en la fiesta de cumpleaños del rey Herodes, al ser agradado con la danza de la hija de su cuñado Herodías, le prometió a la muchacha que le daría lo que pidiera, y ella, instigada por su madre, le pidió la cabeza de Juan el Bautista. De este modo, Juan fue decapitado en la cárcel (Mt 14:10).
La historia de Juan el Bautista debe ser una alerta para nosotros. Que aprendamos la lección de no hacer ninguna obra que compita con la obra del ministerio del Señor.
Punto clave: No permitir que las circunstancias nos impidan seguir al Señor.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿De qué manera Juan el Bautista podía reconocer que el Señor era el Cristo?
Dong Yu Lan
¡Jesus es el Senor!