LA BIBLIA ES UN LIBRO ACERCA DE COMER
Lectura bíblica: Gn. 2:8-9, 16; Ex. 12:6-8; Dt. 12:6-7; 15:19-20; 16:10-11, 15; Jn. 6:35, 57, 63; Ap. 22:2, 4
La Biblia es un libro maravilloso, pero ¿cuál es su tema principal? Es perfectamente válido decir que la Biblia habla de Cristo, la vida y la salvación. Además, es correcto decir que habla de que las esposas deben someterse a sus maridos, del amor que éstos deben tener para con aquéllas, del honor que los hijos deben dar a sus padres y del cuidado de éstos para con ellos. También se puede decir que la Biblia habla de la humildad, la paciencia, la paz y la bondad, que habla del amor de Dios, Su luz y Su santidad. También podemos decir que habla de adorar a Dios, amarle y servirle. Podemos enumerar centenares y millares de temas que la Biblia contiene. Sin embargo, es interesante que jamás hayamos oído un mensaje acerca de que la Biblia habla de comer.
Es cierto que la Biblia es un libro de vida, de salvación, de amor y de enseñanzas. No obstante, después de leer los versículos citados, debemos reconocer que la Biblia es un libro acerca de comer.
Cuando Dios creó al hombre, no le dijo que necesitaba vida o salvación, ni que debía obedecerle, ni que debía ser humilde o pacífico, sino que lo puso en un huerto frente al árbol de la vida, indicándole en efecto que debía comer, comer y comer. ¿De qué habla la Biblia? De comer. ¿Cuál es el tema de la Biblia? Comer.
La Biblia es un libro profundo y misterioso. No nos aburre aun después de leerla repetidas veces ni podemos agotar sus riquezas después de leerla cien, o mil, o diez mil veces. Cada vez que leemos la Biblia hallamos algo nuevo. Hace unos treinta años yo ya había gastado tres o cuatro Biblias de tanto leerlas, y pensaba que la entendía casi en su totalidad. Pero llegué a comprender que todavía hay muchas verdades en la Biblia que no he visto. Si ahora me preguntan: “¿Hermano Lee, ¿qué ha descubierto en la Biblia ahora?” Les respondería: “Descubrí una sola palabra: comer”.
PARA LEER LA BIBLIA DEBEMOS DESECHAR NUESTRAS IDEAS
Este tema se presenta claramente en la Biblia, pero no lo vemos ni siquiera después de leerla muchas veces. ¿Por qué no lo vemos? Porque las ideas obsoletas que tenemos son un velo que nos cubre los ojos. Es evidente que la palabra comer se encuentra en la Biblia, mas nosotros no la vemos. Esto se debe a que tenemos ideas preconcebidas y viejas.
Los versículos de Deuteronomio que citamos contienen un mandato que se repite muchas veces: “Y comeréis allí ... vosotros y vuestras familias” (12:7). Aunque hemos leído esta expresión muchas veces, es posible que no veamos que está ahí. Sin embargo, la expresión de Josué 24 que dice: “Yo y mi casa serviremos a Jehová” (v. 15), que sólo consta una vez en los sesenta y seis libros de la Biblia, es conocida por todos los creyentes. ¿A qué se debe esto? A que en nuestros conceptos naturales, la idea de servir a Dios cabe muy bien, pero no tenemos noción alguna de lo que es comer al Señor. Por lo tanto, aun después de leer los versículos que mencionan este tema, quizá todavía no veamos la palabra comer. Este verbo está en la Biblia, pero no es parte de nuestros conceptos. Sin embargo, la noción de servir sí es parte de nuestra mentalidad. Siendo francos, inclusive sin leer el versículo de Josué 24, según nuestros conceptos, nosotros diríamos igualmente: “Yo y mi casa serviremos a Jehová”. Este versículo bíblico concuerda con nuestros conceptos. Por consiguiente, esta idea se fija fácilmente en nuestra mente al leer el versículo. Esto es ajustar la Biblia a nuestros conceptos, no nuestros conceptos a la Biblia. Este es el problema que tenemos al leer la Biblia.
Dios dice que Sus pensamientos no son nuestros pensamientos; con todo, nosotros no estamos dispuestos a desechar los nuestros. Cada vez que acudimos a la Palabra de Dios, no leemos la Biblia, sino nuestros conceptos. Por ejemplo, tenemos el concepto común de que la esposa debe sujetarse al esposo y que el esposo debe amar a la esposa. Así que, al leer Efesios 5 donde se mencionan estas cosas, las vemos inmediatamente. Pero hay muchos pasajes importantes de la Biblia que pasamos por alto aunque los leamos muchas veces.
GENESIS: EL DESEO DE DIOS ES
QUE EL HOMBRE COMA DEL ARBOL DE LA VIDA
¿De qué habla la Biblia de principio a fin? Todos los estudiosos de la Biblia reconocen que hay un principio básico en la Biblia: cuando la Biblia menciona algo por primera vez, establece el significado inmutable de ese tema en su desarrollo posterior. Por consiguiente, si deseamos conocer la debida relación entre Dios y el hombre, debemos ver lo que Dios quería que él hiciera cuando lo creó. Cuando El creó a Adán, no le dijo: “Adán, te he creado para que me adores”. No notamos estas cosas en la Biblia, pues los pensamientos del hombre son religiosos. No digo con esto que tales conceptos sean malos, sino que son religiosos y provienen de la mentalidad del hombre caído; no son el pensamiento original. Cuando Adán fue creado, Dios lo puso frente al árbol de la vida y le dijo que podía comer gratuitamente del fruto de los árboles del huerto. Lo primero que Dios deseaba era que el hombre comiera, comiera y comiera. Por eso decimos que la Biblia es un libro que habla de comer. Pero ¿comer qué? Comer a Dios. Comer al Señor.
Sin embargo, podemos ver que de inmediato el hombre cometió el error de comer lo que no debía, y cayó. Es terrible comer lo que no debemos. Adán cayó porque comió. Comer físicamente es un símbolo de esto. Lo que comamos, sea de la vida animal o de la vida vegetal, es nuestra provisión vital. Si comemos lo que no debemos, podemos intoxicarnos. En algunos casos, nos podemos enfermar, y en casos más serios, hasta podemos morir. Lo mismo se aplica al ámbito espiritual. Solamente Dios es la verdadera comida; debemos comerlo únicamente a El. Si comemos otro alimento, comemos lo que no debemos. No nos debe sorprender que todos los seres humanos estén intoxicados. La última oración del libro de Génesis dice, refiriéndose a José: “Lo embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto” (50:26). Tal fue el fin de José, y ése es precisamente el final del género humano. Este fue el resultado de que el hombre que Dios creó se hubiera intoxicado. Después de que el hombre se envenenó, murió, luego fue puesto en un ataúd, y permaneció en Egipto.
EXODO: EL DESEO DE DIOS ES QUE EL HOMBRE COMA EL CORDERO
Después de Génesis, tenemos el Exodo, libro en el que Dios salva al hombre, quien todavía estaba en Egipto. ¿Cómo llevó a cabo Dios la salvación? En esta ocasión Dios se presentó en otra forma. En Génesis Dios se presentó como árbol de la vida, mas en Exodo se presenta como el Cordero.
Primero, Dios se presenta como una planta; luego como un animal. Ambos son figuras muy significativas. Un cordero es pequeño, y creo que el árbol de la vida no era un árbol grande ni alto, ya que estaba al alcance de Adán. De hecho, pienso que no era un árbol que crecía muy alto, sino que se extendía horizontalmente como la vid. Por consiguiente, Dios no se nos presenta como algo enorme.
No digo con esto que Dios no sea grande, sino que cuando El se nos dio para que lo comiéramos, se hizo pequeño. Cuando Jesús vino, los judíos esperaban al Mesías. Para ellos, éste tenía que ser un hombre grandioso. No obstante, cuando vino el Señor Jesús, a ellos les pareció muy débil y sin atractivo ni majestad; para ellos, El era un nazareno, de Galilea. Era verdaderamente insignificante.
Un día este pequeño hombre Jesús hizo algo espectacular. Alimentó con cinco panes y dos peces a cinco mil personas, sin contar a las mujeres ni a los niños. Por eso los judíos dijeron: “Este verdaderamente es el Profeta”, y trataron de hacerle rey. El Señor se les escabulló cuando oyó tal cosa. Nosotros no lo necesitamos aplaudir, pues si lo hacemos, El no recibirá el homenaje, sino que se irá. Al día siguiente el Señor Jesús regresó, pero no haciendo un despliegue de grandeza, sino en secreto, y les dijo: “Yo soy el pan de vida. Vine como alimento. No me interesa ser vuestro rey. No me adoréis, ya que cuanto más lo hacéis, más me desagrada. Pero si me coméis, me alegraré. Yo soy el pan de vida; el que me come vivirá por causa de Mí”.
Este concepto no se basa en la moral ni en la religión; ya que es un concepto divino. Hasta el presente, nosotros tenemos conceptos religiosos y seguimos pensando que el Señor está lejos en los cielos y que es supremamente santo. No digo que esto sea errado ni que no sea bueno, sino que no concuerda con el concepto de Dios, el cual consiste en que no hagamos un sinnúmero de actividades sino que le comamos.
Tomado de “Comer al Señor”. Witness Lee
Aguas refrescantes 23 de junio
Todos los santos os saludan. 2 Corintios 13:13.
Es inútil tratar de producir santos individuales. Ala¬bemos al Señor que individuos pecadores se salvan, pero esto es para que lleguen a ser miembros del cuerpo de Cristo. Dios nunca está satisfecho con creyentes: separados o individualistas. La meta divina es un Hombre y no una hueste de hombres pequeños. La cruz y la resurrección nos conducen hacia el Cuerpo. .
Esto debe ser puesto en la práctica. Así como leer una guía de una ciudad no puede ser un reemplazo de una visi¬ta a la misma, y así como tener un recetario de cocina lleno de deliciosas recetas no tiene valor hasta que entre¬mos en la cocina y comencemos a cocinar, tampoco es su¬ficiente creer en las enseñanzas acerca del cuerpo de Cristo. Es esencial aprender y practicar la santidad junto con otros creyentes. Debemos renunciar a metas puramente indivi¬duales y aprender a actuar junto con otros. Con frecuencia notaremos que esto significa no tan sólo agregar a nuestra vida aquello que es de Cristo por medio del Espíritu, sino también quitar a veces con dolor cualquier cosa que en nosotros debe ser llevado a la cruz. Sea con dolor o sin él, practiquemos la responsabilidad de nuestra membrecía en el Cuerpo.
Watchman Nee
Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är lorden
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