ORACIÓN QUE RESISTE A SATANÁS
La Biblia nos da mucha ayuda en este asunto de orar contra Satanás. Aquí vamos a examinar unos pocos de estos pasajes para aprender a hacer esta oración.
Recordemos como en Génesis 3 Dios castigó y maldijo al diablo después de su primera maldad. En esa maldición divina Dios predijo claramente que la cabeza del diablo sería aplastada por el Señor Jesús en la cruz. Teniendo en cuenta esto, cuando estemos sufriendo en las manos de Satanás, podemos sacar provecho del castigo que él recibió y orar así: “Oh Dios mío, maldice a Satanás otra vez para que no pueda hacer lo que quiere. Tú lo aplastaste en el huerto del Edén. Te pido que lo maldigas de nuevo, que lo pongas bajo el poder de la cruz para dejarlo inmóvil.” Lo que más teme el diablo es la maldición de Dios. Tan pronto como Dios lo maldice Satanás no se atreve a herirnos.
En Marcos 1 se hace constar qué cuando el Señor Jesús arrojaba a los demonios, no les permitía hablar. Es por esto que cuando Satanás usa a la gente para decir muchas palabras de incomprensión y de violencia, podemos pedirle al Señor que le cierre la boca y que no le permita hablar por medio de ellos. A veces cuando estamos predicando el evangelio o enseñando a la gente, podemos pedirle al Señor que prohíba al diablo hablar a nuestro auditorio para inducirles a dudar o a resistir la palabra de Dios. Recordemos la historia de Daniel en el foso de los leones. Una oración es realmente muy eficaz: “Oh Señor cierra la boca del león, no le permitas herir a tu propio pueblo.”
En Mateo 12 encontramos otra buena palabra de oración enseñada por el Señor: “¿Cómo alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa” (v. 29). Sabemos que el hombre fuerte al que el Señor se refiere es Satanás. Para vencer a Satanás primero hemos de atarlo y así inmovilizarlo. Pero nosotros mismos naturalmente no tenemos la fuerza para atar al hombre fuerte y hacerle perder su libertad para oponerse a nuestras obras. Pero podemos orar. En nuestra oración podemos pedir a Dios que ate a Satanás y lo deje sin poder. Si cada vez que comenzamos una obra, primero atamos a Satanás con la oración, nuestra victoria es segura. Debemos siempre orar: “Oh Señor, ata al hombre fuerte.”
“Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:
. Tan pronto como nos demos cuenta de una obra del diablo, podemos orar así: “Oh Dios mío, tu Hijo apareció para deshacer las obras del diablo. Te damos gracias porque Él ha deshecho las obras del diablo en la cruz. Pero ahora el diablo está obrando otra vez. Te pedimos que deshagas su obra en nosotros, que deshagas sus manejos en nuestra obra, que deshagas todas sus tretas en nuestras circunstancias, y que deshagas todas sus obras.” Cuando oremos podemos hacerlo de acuerdo a la situación en que nos encontramos. Si notamos que Satanás está obrando en nosotros, o en nuestra familia, o en nuestro trabajo, o en nuestra escuela, o en nuestra nación, podemos pedirle a Dios que destruya su obra en esa área en particular.
Nuestro Señor Jesús, “despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:15). Siempre que veamos el poder del diablo en un alboroto, debemos resistirlo poniéndonos en el terreno de la cruz y pidiendo al Señor que avergüence al diablo una vez más. El diablo ya ha sido avergonzado en la cruz; por eso, tomando esa primera humillación, podemos pedir al Señor que lo avergüence otra vez. Cuando el diablo es avergonzado, no se atreve a levantar la cabeza. Entonces, ¿cómo va a molestarnos otra vez? Por esto oremos así: “Oh Señor, nos ponemos al pie de la cruz y te pedimos que avergüences al diablo otra vez.”
Aguas refrescantes 16 de septiembre
Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Apocalipsis 3:11.
No es difícil descubrir lo que tenían que vencer los vencedores de las iglesias de Asia. Sin embargo, en Filadelfia todo parecía ser aceptable al Señor. Podríamos pensar que ésta era una iglesia de su agrado; una iglesia modelo, sin necesidad de hacerles un llamado para vencer. No obstante, el llamado a vencer les fue presentado al igual que a las otras seis.
La única sugerencia de advertencia que les hizo el Señor era que retuvieran su posición espiritual. Esta, pues, era la esfera donde debían luchar y vencer. Su peligro no radicaba en hacer algo malo, sino en dejar de seguir con firmeza el sendero de la voluntad de Dios. Todos necesitamos esta advertencia de parte del Señor, a retener nuestra posición espiritual hasta su retorno.
Watchman Nee
Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är lorden
Literatura disponible en:
corpocri@yahoo.com
laiglesiaenarmenia@yahoo.com