El ministerio del apostol Juan en su madurez (semana 24)
LUNES
Lectura bíblica:
Jn 5:39-40; 13:17; Jn 20:31; 21:22
Leer con oración:
"El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (...) porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó" (Jn 6:63; 1 Jn 1:2).
EL MINISTERIO DE JUAN EN SU MADUREZ. REVELACIÓN y PRÁCTICA
El ministerio epistolar de Juan concluyó los evangelios, las epístolas y toda la Biblia. Su ministerio, conforme a la revelación que hemos recibido, es el último y permanecerá hasta la venida del Señor (Jn 21:22).
Su ministerio no es sólo del Espíritu, sino también de la vida, porque para entrar en el reino, es necesario tener la vida divina. Por esa razón, el evangelio de Juan describe el proceso de nacer de nuevo -la regeneración¬ y la importancia de la vida eterna para todos los que creen
(Jn 1:4; 3:3-6, 15-16; 4:14; 5:24, 39-40; 6:47; 63; 8:12; 10:10; 11:25; 14:6; 17:3; 20:31)..Juan también mostró en sus epístolas que la vida se manifestó y dio testimonio de
ella (1 Jn 1:1-2). Sin embargo, el ministerio de Juan no fue sólo el de escribir epístolas, sino llevar a practicarlas.
Cuando Juan fue usado por Dios para escribir sobre la importancia del Espíritu y la vida, ya había alcanzado la madurez. Cuando Dios lo llamó, Jerusalén ya había sido destruida, Pedro y Pablo ya habían sido martirizados y muchas de las cosas naturales que había en él fueron terminadas después de sus varios años de exilio en Patmos.
Desde el momento en que el ángel del Señor habló con Juan, conforme a lo registrado en Apocalipsis, él vio la importancia de escribir y practicar ese ministerio.
Hoy, por estar "sobre los hombros" de varios siervos de Dios del pasado, también hemos visto la importancia de practicar este ministerio hasta la venida del Señor.
Las revelaciones que el Señor tiene que dar a sus siervos son inagotables, sin embargo, Dios quiere que practiquemos y vivamos las revelaciones que recibimos, y no sólo las conozcamos y estudiemos (Jn 5:39-40; 13:17).
Algo muy precioso que recibimos de tales siervos del pasado fue la práctica de invocar el nombre del Señor. En Brasil, comenzamos con esa práctica en 1975. Desde entonces, la hemos practicado, y se hizo algo tan esencial para nuestro vivir como el aire que respiramos y el alimento que comemos. Invocar el nombre del Señor nos lleva al Espíritu, en el cual tenemos vida (20:31).
Otra práctica que nos ha ayudado a vivir en el Espíritu y ganar de Él la vida, es leer y orar la palabra de Dios. El Señor es el pan de vida, el agua de la vida y la luz de la vida. Juan enfatizó que Él vino para que tengamos vida y la tengamos en abundancia (Jn 10:10). Cuando oramos Su Palabra, contactamos Su Espíritu y por medio de Él Su vida es dispensada a nosotros (6:63). ¡Aleluya!
Punto clave: Practicar.
Pregunta: ¿Cómo disfrutar en la práctica el Espíritu y la vida?
MARTES
Lectura bíblica:
Ap 2-3
Leer con oración:
"Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre" (Ap 3:
.
LAS SIETE IGLESIAS DE ASIA Y LA HISTORIA DE LA IGLESIA
Cuando el apóstol Juan recibió la revelación registrada en el libro de Apocalipsis, vio la situación de las siete iglesias en Asia. Lo que es dicho sobre esas siete iglesias describe la historia de la iglesia, como un todo, a través de las eras.
Así que, la primera carta fue dirigida a la iglesia en Éfeso, y en ella se describe la situación de la iglesia en la época de los apóstoles. La segunda iglesia quedaba en la ciudad de Esmirna, cuyo nombre proviene de la palabra "mirra", que significa "sufrimiento". A partir del final del primer siglo de la era actual, la iglesia pasó por intensos sufrimientos, por causa de la persecución del imperio romano, que perseguía y mataba a los cristianos.
Durante el periodo representado por la iglesia en Esmirna, hubo diez periodos de intensa persecución contra los cristianos. Muchos fueron martirizados porque invocaban el nombre del Señor y guardaban Su palabra. Ellos prefirieron morir que dejar de invocar este nombre.
Sin embargo, al percibir que la estrategia de perseguir a los cristianos sólo hacía que su número aumentara ¬por el intrépido testimonio de los que enfrentaban la muerte por causa del nombre del Señor-, Satanás cambió su manera de actuar. Por medio del gobernante de la época, el cristianismo pasó a ser bien visto. Las personas que se declaraban cristianas pasaban a gozar de algunos beneficios como por ejemplo, ser exentos del pago de impuestos o ser librados del servicio militar. Así, muchos que no creyeron verdaderamente en el Señor Jesús comenzaron a denominarse cristianos, y hubo una unión entre el mundo y la iglesia. A partir de ese momento, comenzó el periodo de la iglesia representado por la iglesia en Pérgamo, donde estaba el trono de Satanás (Ap 2:13).
La unión entre el mundo y la iglesia se fue profundizando hasta que descendió a un nivel aun más degradado, representado por la iglesia en Tiatira, donde los siervos de Dios fueron seducidos a practicar la fornicación y comer cosas sacrificadas a los ídolos. En esa época, la degradación de la iglesia llegó a tal punto que en ella estaban las profundidades de Satanás (2:20-24).
Además, en el periodo de la historia de la iglesia, representado por la iglesia en Tiatira, ya no se practicaba la palabra de Dios, sino que se usaban las enseñanzas de Jezabel (v. 20).
Pero Dios no quiso que esa situación perdurara, por eso comenzó Su obra, haciendo surgir a la iglesia en Sardis, cuyo nombre significa restauración. No obstante, en Apocalipsis, el Señor dice a Sardis: "tienes nombre de que vives, y estás muerto" (3:1). Sardis empezó a restaurar algunas cosas, pero no completó la obra. Algunos grupos cristianos expresan esto hoy. Entre ellos, podemos ver a los que dan énfasis al estudio de
la Biblia, pero les falta vitalidad. Por otra parte, hay otros que enfatizan el poder pentecostal, pero terminan expresando excesivamente sus emociones.
La sexta iglesia es la iglesia en Filadelfia, cuyo nombre significa amor fraternal. Esta iglesia recibió la aprobación del Señor porque guardó Su palabra y no negó Su nombre. Hemos buscado andar por este camino, leyendo y orando la Palabra e invocando el nombre del Señor. Finalmente, la última iglesia mencionada en Apocalipsis quedaba en Laodicea, cuyo significado es la opinión del pueblo. Esta iglesia no aceptaba la obra del Espíritu Santo, sino que prefería la opinión humana. Estaba compuesta por cristianos que se sentían ricos y satisfechos, como si no tuvieran necesidad de nada. Es como algunos dicen hoy: "Nosotros tenemos todas las verdades y estamos muy satisfechos", pero a ellos el Señor les dijo: "No sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo" (3:17).
A todas ellas, excepto a Esmirna y Filadelfia, el Señor les dijo que se arrepintieran (2:5,16,21; 3:3,19).
Punto clave: Disfrutar- del Nombre y la Palabra.
Pregunta: ¿Cuál fue el problema de la iglesia en Sardis?
MIERCOLES
Lectura bíblica:
Ap 2:10;3:7-10
Leer con oración:
"He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona" (Ap 3:11).
UNA IGLESIA SALUDABLE TIENE EL NOMBRE Y LA PALABRA
Ayer vimos un poco sobre las siete iglesias mencionadas en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, que representan la situación de la iglesia a lo largo de las eras. Los hermanos de Éfeso, la iglesia cuyo nombre significa deseable, después de recibir la ayuda del apóstol Juan, según veremos en los próximos días, comenzaron a invocar el nombre del Señor y a tomar Su Palabra con oración. Esta práctica también fue mantenida por la iglesia en Esmirna, la iglesia que sufrió la persecución del imperio romano. Pero la iglesia en Pérgamo comenzó su proceso de degradación, que se profundizó en la época de Tiatira.
La iglesia en Sardis comenzó con la restauración, pero no la concluyó, dando origen a varios tipos de grupos cristianos: los que analizan la Palabra en la mente, aquellos que viven en sus emociones y dan un énfasis excesivo a las manifestaciones sobrenaturales y los que viven en su voluntad obstinada y orgullosa, no recibiendo ayuda de nadie, como los de Laodicea.
Pero alabado sea el Señor por la iglesia en Filadelfia, la iglesia donde hay amor fraternal entre los hermanos. Ellos restauraron la práctica de invocar el nombre del Señor y de leer y orar Su Palabra (Ap 3:
. Sin embargo, sufrieron la oposición de otros y por eso, el Señor les declaró: "He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado" (v. 9). Probablemente eran una minoría, tenían poca fuerza y fueron expulsados de Sardis, pero el Señor los amaba, pues estaban en el camino correcto, practicando la palabra y viviendo en el espíritu.
Puesto que los hermanos de Filadelfia invocaban el nombre del Señor y leían la Palabra con oración, estaban en el espíritu, y así recibían el Espíritu y la vida. Por el hecho de estar en la vida, expresaban el amor entre los hermanos, el amor fraternal. Por eso Dios les dio una comisión especial: conservar la corona de la vida, la misma corona que la iglesia en Esmirna había recibido (v. 11; cfr. 2:10). Asimismo, Filadelfia tenía la llave de David, es decir, la llave del reino (3:7). Aunque los de filadelfia sufrían oposición, permanecían en el Espíritu y en la vida.
Punto clave: Obtener vida y retener la corona.
Pregunta: ¿Cuál es la importancia de invocar el nombre del Señor y de leer-orar la Palabra para mantener la condición normal de la iglesia?
JUEVES
Lectura bíblica:
Hch 19:1-10; 20:17-30; 1 Ti 1:3-7; 6:3-5; 2 Ti 1:15
Leer con oración:
"Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto
haced; y el Dios de paz estará con vosotros" (Fil4:9).
LA EXPERIENCIA DE PABLO CON LA IGLESIA EN ÉFESO
Los hermanos de la iglesia en Éfeso habían recibido el bautismo de Juan, pero ellos aun necesitaban recibir el bautismo en Espíritu Santo y fuego (19:1-7). Entonces, el capítulo 19 de Hechos muestra que, cuando volvió allá, en su tercer viaje, Pablo supo que los hermanos ni siquiera habían oído hablar del Espíritu Santo, por eso los bautizó en el nombre del Señor Jesús. Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos y comenzaron a hablar en lenguas y a profetizar. Fue una situación muy parecida a lo ocurrido en el día de Pentecostés, conforme a lo descrito en Hechos 2.
Los primeros tres meses que Pablo estuvo en Éfeso, discutía en la sinagoga con las personas. Después, permaneció en una escuela durante dos años, y allí también discutía con otros (19:8-10).
Sin embargo, no vemos la acción interior del Espíritu transformando a los hermanos allí a pesar de todas las discusiones y milagros. Por eso la iglesia en Éfeso permaneció en la infantilidad, y vulnerable a los ataques de los lobos rapaces y de hombres que hablaban cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos (20:19-30).
Todo esto indica que los hermanos de la iglesia en Éfeso tuvieron un comienzo relacionado a milagros y discusiones sobre la Palabra, pero tales prácticas no les ayudaron a crecer en vida ni a negarse a sí mismos. Las cartas que Pablo escribió a Timoteo también comprueban que esa situación perduró allí e incluso se degradó mucho más (1 Ti 1:3-7; 4: 1-2; 6:3-5; 2 Ti 1:15).
Pablo había dejado a Timoteo en Éfeso a fin de ayudar a los hermanos a promover el servicio de Dios en la fe (1 Ti 1:4). Timoteo permaneció allí, pero después de algún tiempo, tampoco soportó, pues las personas que viven en el alma son muy difíciles de ser llevadas al espíritu. Entonces, Timoteo tuvo problemas estomacales por causa de tal presión (5:23) y su espíritu se apagó (2 Ti 1:6). A fin de reavivar el fuego del espíritu de Timoteo, Pablo le hizo recordar la imposición de manos que el apóstol y los ancianos habían hecho sobre él, y que el Espíritu que él recibió de Dios no era de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (v. 7).
Pablo había escrito a los Efesios sobre la economía de Dios, pero ellos no la practicaron. Sus enseñanzas a los efesios estaban llenas de Espíritu y vida, éstas mostraban la voluntad de Dios. Ellos eran bienaventurados por haber recibido aquella epístola y, si la hubieran practicado, habrían recibido una gran ayuda (Fil4:9).
Punto clave: Aplicar y practicar la Palabra.
Pregunta: ¿Por qué la iglesia no recibió la ayuda de Pablo?