UNA OBSERVACION PERSONAL Cont… 2
Ejemplo 5 - Alegría
Gran número de personas desea tener alegría en su sentimiento. La llamada risa santa es un caso extremo del asunto. Se ha enseñado que si una persona fuese llena del Espíritu Santo, invariablemente tendrá esta risa santa.
Aquel que declara poseer esta especie de risa no puede controlarse a sí mismo; sin razón aparente reirá, reirá y reirá como si estuviese infectado por cierta enfermedad y parecerá estar parcialmente enfermo.
En cierta reunión, después de haber concluido el sermón, fue anunciado que todos deberían buscar esta risa santa. Todos comenza¬ron a golpear en las mesas o sillas, brincando y saltando por todas partes, hasta que después de cierto tiempo apareció esta llamada risa santa. Las personas simplemente se miraban unas a otras y caían en carcajada.
Cuanto más pensaban en eso, más jocoso se volvía. Por eso no podían contenerse y continuaban riendo. ¿Qué es eso? ¿Hay alguna posibilidad de que tal cosa sea la plenitud del Espíritu Santo? ¿Puede eso ser Su obra? No, esto es ciertamente una de las obras del alma.
Menciono este caso extremo a fin de ilustrar por medio de un “extremo” cómo podemos escapar por la tangente por sólo dos o tres grados de inexactitud. Cuando el señor Barlow (un amado compañero cristiano) estuvo aquí reunido con nosotros, una ayuda especial que recibí de él fue esa observación: a fin de ver si una cosa es cierta o errada sólo tenemos que aumentarla unos cien grados, esto es, no importa lo que sea, llévela al extremo.
El principio orientador es que si estuviese errado en los cien grados, la persona sabe que también está errado en el primer o segundo grado. Es muy difícil juzgar sólo por el primer o segundo grado; en caso de que haya algún error, con certeza será demasiado pequeño para identificarlo. Pero al prolongar el aumento de la situación o circunstancia, todo será muy distinto.
Existe un proverbio chino que dice: “El desvío de un centésimo o milésimo de una pulgada, terminará en una distancia de mil kilóme¬tros”. Tú puedes comenzar con un error de sólo un centésimo o milésimo de una pulgada, sin embargo, más tarde se convertirá en una discrepancia de mil kilómetros. La afirmación inversa sería: si examinamos la discrepancia de mil kilómetros, podemos ver el error de un centésima o milésima de una pulgada.
Supongamos que haya dos líneas que no son exactamente parale¬las, sino que se separan en un pequeño ángulo de uno o dos grados, difícilmente notable a simple vista. Si prolongas estas líneas una pulgada más, la distancia entre ellas obviamente se volverá mayor.
¿Quién podrá decir cuántas centenas de kilómetros estarán separadas la una de la otra, si fueren prolongadas hasta los confines de la tierra. La distancia a los diez mil kilómetros de su origen prueba la existencia del error formado en el punto inicial.
Apliquemos ahora esta norma a la llamada risa santa. ¿Cómo consiguen las personas esta risa santa? ¿Qué método siguen o qué condiciones deben cumplir? No es otra cosa sino solicitar que se ría. Sólo existe un pensamiento que es reír. ¿Están buscando ser llenos del Espíritu?
Sus labios pueden realmente proferir palabras como: “Oh Dios, lléname con Tu Espíritu”. Aun así, eso es sólo un método; el objetivo de la petición de ser llenos con el Espíritu es algo más que ser llenos. Aunque puedan decir con sus bocas, el deseo de sus corazones está en otro lugar.
¿Cuál es su objetivo? Quieren reír y quedar alegres. No oran diciendo: “Oh Dios, te pido que me llenes con Tu Espíritu, quedaré satisfecho si tengo algún sentimiento o no”. Cualquiera que desee ser lleno con el Espíritu de Dios, debe asumir tal actitud.
Permítanme relatar una historia verdadera. Un estudiante se había arrepentido y había creído en el Señor. Él tenía un condiscípulo que confesaba poseer esta risa santa, y daba la impresión de ser excesiva-mente alegre. Este colega le instó para que buscase ser lleno con el Espíritu Santo, diciendo cómo él era feliz desde la mañana al anoche¬cer, sin tristeza alguna, y afirmando cuán útil tal experiencia sería para el crecimiento espiritual.
Considerando que este colega era un creyente y poseedor de esa experiencia, el recién salvo pensó que podría tenerla también. Consecuentemente comenzó a orar ansiosamente a Dios. Continuó en oración pidiendo a Dios la experiencia; pidió tanto que llegó al punto de perder el apetito y descuidar sus estudios.
Más tarde fue a ver a un profesor y le pidió que orase por él. El estudiante mismo oró ardientemente a Dios e hizo un voto de que no se levantaría de la oración aquella noche si Dios no le diese la petición. Continuó orando hasta que repentinamente saltó y dio un grito diciendo cuán alegre se sentía. Él rió y rió. Cuanto más reía, más alegre se sentía.
Él rió, danzó y gritó. Su profesor pensó que estaba fuera de sí. Actuando como si fuese un médico, su profesor lo agarró y le dijo: “Hermano, cálmese, no se porte desordenadamente”. Pero cuanto más era advertido, más violentamente reaccionaba.
Su profesor no se atrevió a decir más nada temiendo ofender al Espíritu Santo, en caso de que eso fuese realmente de Dios. Finalmente el estudiante fue a casa y al día siguiente ya estaba mejor. Ahora, eso no fue nada más que una gran liberación del poder del alma, pues él había cumplido la condición para su liberación.
Ejemplo 6 - Visiones y Sueños
Actualmente muchas personas en las iglesias están buscando tener visiones y sueños. Si alguien me pregunta si creo en eso, respondo que no me opongo a nada de eso. Yo mismo he tenido algunas experiencias, y a veces pueden ser útiles. Aun así quiero llamar tu atención sobre la fuente de los mismos. ¿De dónde vienen; son de Dios o no?
Cuán frecuentemente en una reunión alguien comienza a contar haber tenido una visión, y eso da origen a una avalancha de visiones, hasta que todos en la congregación llegan a testificar haber tenido visiones y soñado sueños.
Oyendo sobre visiones, las personas comienzan a orar pidiendo a Dios que les dé la misma experiencia. Ayunarán y orarán por muchas noches mientras no sea concedida una visión. Gradualmente sus cuerpos se debilitarán, sus mentes se volverán vagas y sus voluntades perderán todo el poder de resistencia.
Ahí recibirán lo que es llamado visión y sueño. No hay duda que reciben algo, pero ¿cómo reciben estos sueños y visiones? ¿Vienen de Dios? Tolerancias tales como dejar la mente vaga y la voluntad pasiva está definitivamente en contra de la enseñanza de la Biblia. Estas personas simplemente se hipnotizan.
Algunas personas son propensas a soñar y parecen tener condicio¬nes de interpretar sus sueños, aunque frecuentemente sea de modo absurdo. Tuve un amigo médico que parecía tener facilidad para soñar. Cada vez que yo lo veía, me contaba nuevos sueños e interpre¬taciones.
Soñaba casi todas las noches, y frecuentemente tenía tres o cuatro sueños en una sola noche. ¿Por qué le acontecía eso? ¿Sería porque Dios quería darle tantos sueños? Yo sé la razón. Él era alguien que vivía soñando durante el día, y por eso soñaba por la noche también.
Era bien interesante encontrar un médico tan inteli¬gente con pensamientos tan confusos. Continuamente su mente dibujaba cuadros desde la mañana hasta el anochecer, y no tenía cómo controlar su pensamiento. Lo que él soñaba en la noche era lo que había pensado durante el día.
Por causa de eso le rogué de modo bien directo diciéndole que si no resistía a esos sueños, finalmente él sería engañado y su vida espiritual no podría crecer. Gracias a Dios él mejoró más tarde. De eso conocemos que muchos de los sueños no son de Dios; simplemente son los resultados de una mente dispersa.
“El poder latente del alma”
Watchman Nee
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är lorden – Jesus är Herre
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