LA LIMITACION DEL CUERPO
Si usted no es más que un creyente, puede actuar como quiera, pero si es un miembro del Cuerpo, entonces debe permitir que los demás miembros lo limiten. Es aquí donde vemos cuánto necesitamos la cruz. La cruz nos conduce al Cuerpo y opera en la esfera del Cuerpo. Si yo soy rápido y otro es lento, no debo insistir en marchar a mi propio paso; debo dejarme limitar por el miembro más lento. Si soy profeta, entonces debo dar paso al evangelista cuando se trate de predicar el evangelio a los que no son salvos. No debo sentir la necesidad de predicar simplemente porque tenga el don de profecía. “A cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo” (Ef. 4:7). Es esencial para el desarrollo del Cuerpo que cada uno de nosotros reconozca cuál es su medida y no trate de sobrepasarla. Este es un requisito básico para el crecimiento del Cuerpo.
El Cuerpo de Cristo no sólo constituye una protección para los miembros, sino también una limitación. El cristiano es un solo miembro del Cuerpo de Cristo y debe aceptar la limitación del Cuerpo. No debemos permitirnos hacer lo que queremos, sino que debemos aprender a compenetrarnos con los demás hermanos y hermanas. Ni la manera de ser del individuo ni sus peculiaridades tienen cabida en la iglesia. Cada miembro debe honrar los talentos de los demás y ser fiel usando el suyo. Además, cada miembro debe conocer su propia capacidad y no tener un concepto más elevado de sí que el que debe tener. Si todos hacen esto, no habrá envidias, ni ambición ni deseo de hacer lo que otros hacen. En 2 Corintios 10:14 Pablo dijo: “Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros”. Sin embargo, muchos no han visto su propia capacidad y, como resultado, sobrepasan su límite. Aquellos que se extralimitan, pisotean a otros, los patean, los presionan y usurpan la porción de otros miembros. Si los miembros actúan así en la iglesia, algunos comenzarán a monopolizar, mientras que otros comenzarán a retraerse. Esto perjudicará a toda la iglesia. No debemos obrar de esta manera. Debemos volvernos y ocupar nuestro lugar en el Cuerpo, y dejarnos limitar por el Cuerpo. Si hacemos esto, el Cuerpo será preservado y no sufrirá daño.
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
Watchman Nee
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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