LIBERACIÓN DE LA VIEJA VIDA
Tenemos ahora ante nosotros dos mundos, el antiguo y el nuevo. En el antiguo, Satanás tiene el dominio absoluto. Tú puedes ser un buen hombre en la antigua creación, pero mientras pertenezcas a ella estás bajo pena de muerte, porque nada de la antigua creación puede pasar a la nueva. La Cruz de Cristo es la declaración de Dios de que todo lo que es de la antigua creación debe morir. Nada del primer Adán puede pasar más allá de la Cruz; todo termina allí. Cuanto más pronto veamos esto, tanto mejor, pues es por la Cruz que Dios nos ha hecho un camino para escapar de la vieja creación. Dios encerró en su Hijo todo lo que fue de Adán y lo crucificó; así en Él todo lo que fue de Adán se eliminó. Es como si Dios hubiera proclamado por todo el universo: “Por medio de la Cruz Yo he puesto de lado todo lo que no es de Mí; y vosotros, que pertenecéis a la antigua creación, estáis todos incluidos en la Cruz; ¡vosotros también habéis sido crucificados con Cristo!” Ninguno de nosotros puede escapar de ese veredicto.
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo” (Ro. 6:3-4). ¿Cuál es el significado del bautismo? No es sólo una cuestión de una gota de agua, ni aun de un bautisterio lleno de agua. El bautismo es una cosa tremenda, porque se relaciona tanto a la Cruz como a la resurrección de nuestro Señor. Pedro, en su primera epístola, se refiere al bautismo como la “respuesta de una buena conciencia para con Dios” (1 P.3:21, V.M.). Por cierto, no podemos responder sin que alguien nos hable primero. Si Dios no hubiera dicho nada, no tendríamos respuesta. Pero Él ha hablado. Por la Cruz, Él nos ha hablado de su juicio contra nosotros, contra el mundo, contra la antigua creación y contra el antiguo reino. La Cruz no es sólo de Cristo -una Cruz 'individual'. Es una Cruz que incluye a todos, una Cruz 'corporativa', una Cruz colectiva que me incluye a mí y a ti. Dios nos ha puesto a todos en su Hijo y nos crucificó en Él. En el Último Adán, Él ha borrado todo lo que fue del primer Adán.
Ahora, ¿cuál es mi respuesta al fallo de Dios contra la antigua creación? Contesto con solicitar el bautismo. ¿Por qué? En Ro. 6:4, Pablo explica que el bautismo significa la sepultura. El bautismo se relaciona tanto con la muerte como con la resurrección; pero en sí mismo no es ni muerte ni resurrección, es sepultura, pero ¿para quién es la sepultura? Sólo para los muertos. Así que si yo pido el bautismo, me proclamo a mi mismo muerto y sólo apto para la tumba. Mi solicitud de bautismo significa que digo “Sí” a la muerte a la cual Dios me ha entregado. Digo: “Señor, creo que Tú has cumplido la crucifixión y ahora pido la sepultura. Me has consignado a la muerte, y pido ser sepultado”.
En cierta ocasión, una mujer perdió su esposo pero fuera de sí por causa de su pérdida, se negó rotundamente a hacerlo sepultar. Día tras día, por dos semanas, quedó el cadáver en la casa. Ella dijo: “No está muerto, hablo con él todas las noches”. Se opuso a la sepultura, porque ella no creía que estuviese muerto. ¿Cuándo tenemos voluntad de enterrar a nuestros seres queridos? Sólo cuando estamos absolutamente seguros que han fallecido. Mientras tengas la menor esperanza de que estuvieran vivos, no los entregarías a la sepultura. ¿Cuándo debo pedir el bautismo? Cuando veo que la voluntad de Dios es perfecta, cuando reconozco que merezco morir, y cuando verdaderamente creo que Dios ya me ha crucificado. Una vez que yo esté plenamente persuadido de que, ante Dios, yo estoy bien muerto, entonces solicitaré el bautismo. Digo, en efecto: “Alabado sea el Señor, estoy muerto. Señor, Tú me has muerto, ahora deseo ser sepultado”. Dios ha cumplido la obra de la crucifixión, pero nosotros debemos sellar aquella muerte por la sepultura.
En la China tenemos dos servicios médicos de emergencia, una 'Cruz Roja' y una 'Cruz Azul. La primera se ocupa de los heridos en batalla, para socorrerlos y curarlos; la segunda se ocupa de los muertos, sea por hambre, inundación o guerra, a fin de darles sepultura. El proceder de Dios con nosotros en la Cruz, es más drástico que el de la 'Cruz Roja'. Él no se dispone a remendar la antigua creación. Aun los que viven están condenados por Él a muerte y sepultura, para que puedan resucitar a nueva vida. Dios ha hecho la obra de la crucifixión, así que ahora estamos en la lista de los muertos; pero debemos aceptarlo y someternos a la obra de la 'Cruz Azul’, sellando esa muerte con la 'sepultura'.
Hay un antiguo mundo y un nuevo mundo; entre los dos hay una tumba. Dios ya me ha crucificado, pero debo consentir en ser enviado a la tumba. Mi sepultura confirma el fallo de Dios pronunciado contra mí en la Cruz de su Hijo. Afirma que he sido cortado del viejo mundo y que pertenezco ahora al nuevo. Así, el bautismo no es cosa de poca monta. Me separa del antiguo mundo y me prepara para el nuevo. Significa para mí romper definitiva y conscientemente con la antigua manera de vivir. Este es el significado de Romanos 6:2: “Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” Pablo, en efecto, dice: “Si pudieras continuar en el antiguo mundo, ¿por qué bautizarte? Nunca deberías haber sido bautizado, si tenías intención de vivir en el antiguo reino”. Una vez que hemos visto esto, damos lugar a la nueva creación al consentir en la sepultura de la antigua.
W. Nee
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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