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 ¿PORQUE CREÓ DIOS AL HOMBRE? (semana 6)

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hgo1939
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MensajeTema: ¿PORQUE CREÓ DIOS AL HOMBRE? (semana 6)   ¿PORQUE CREÓ DIOS AL HOMBRE? (semana 6) I_icon_minitimeDom Jun 05, 2011 9:39 pm

¿PORQUE CREÓ DIOS AL HOMBRE? (semana 6)
Dios llama a Abraham
Lunes --- Leer con oración: Job 37:2; Ro 4:17; He 11:3
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios (Jn 1:1). Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió” (Sal 33:9)
LA PALABRA DE DIOS ES SU VOZ
Dios es invisible, pero cuando habló, Su Palabra creó todas las cosas. La Biblia declara que el universo fue constituido por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Esto significa que toda la creación surgió del Dios invisible y de Su Palabra (He 11:3).
En Hechos 17:24 leemos que Dios hizo el mundo y todo lo que en él existe. Esto ocurrió por medio de la Palabra. Juan 1:1-3 dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Antes de que Dios hablara, la Palabra estaba con Él, y no existían las cosas visibles. Cuando Dios habló, la Palabra salió de Él, trayendo a la existencia todas las cosas visibles del universo (Ro 4:17).
Nuestro Dios, a diferencia de los ídolos mudos, es verdadero, habla y actúa (1 Cr 16:26; 1 Co 12:2). Él rige el universo, los movimientos de los astros y de los planetas, de manera que en la tierra, no cesan la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche (Gn 8:22). Él controla todos estos arreglos, sustentándolos por la palabra de Su poder (He 1:3).
Asimismo, Dios mismo “es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas” (Hch 17:25). Mientras la ciencia explica o intenta explicar estos fenómenos, los atributos invisibles de Dios son claramente reconocidos (Ro 1:20). En todas las cosas creadas, admiramos la sabiduría y el poder de Dios. Por eso somos llevados a alabarlo: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (Ap 4:11) ¡Aleluya!
La palabra de Dios es Su voz. En el libro de Job, el Joven Eliú describe la voz de Dios como el estruendo de un trueno: “Truena Dios maravillosamente con su voz; El hace grandes cosas, que nosotros no entendemos. Porque a la nieve dice: desciende a la tierra; también a la llovizna, y a los aguaceros torrenciales. Así hace retirarse a todo hombre, para que los hombres todos reconozcan su obra” (Job 37:5-7). Así es la palabra de Dios: llena de poder para dar vida. ¡Aleluya!
Punto Clave: Nuestro Dios verdadero habla y actúa.
Pregunta: ¿Cómo las cosas visibles del universo llegaron a existir?



Martes --- Leer con oración: Job 1:10, 22; 1 Co 15:45-48; 2 Co 2:4; 7:8
“Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Co 5:15)
VIVIR POR LA VIDA DE DIOS
Como ya vimos, Dios creó al hombre de una manera especial, pues formó el espíritu en él. La Palabra nos enseña que como criaturas, fuimos engendrados por Dios, es decir, somos del linaje de Dios (Lc 3:38; Hch 17:28-29). Él nos hizo a Su imagen y semejanza, porque desea llenarnos con Su vida, para entregarnos el gobierno de la tierra en el mundo venidero.
Adán fue el primer hombre a quien Dios le confió la incumbencia de gobernar sobre el mundo; sin embargo, falló. Como resultado de su desobediencia, los descendientes de Adán se dividieron en dos líneas. Por un lado, los que vivían de labrar la tierra; por otro, la descendencia de Caín, formada por nómadas que criaban ganado.
Entre los descendientes de Caín, probablemente estaban aquellos que como él, intentaban hacer el bien, porque el lado bueno del fruto del árbol de la ciencia hace que el alma del hombre se esfuerce por agradar a Dios (Ro 7:22). El gran peligro de esto es que no siempre la intención de hacer el bien es según lo que Él quiere. Entonces, cuando el lado bueno del alma es rechazado, el lado malo se manifiesta en palabras y acciones. La Biblia presenta varios ejemplos al respecto.
Por ejemplo, Job era temeroso de Dios e intentaba agradarle, aunque lo hacía mediante el lado bueno de su alma. Él era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Al principio, Dios aceptó que Job actuara así, y le concedió muchas bendiciones terrenales. Pero la lección que el Señor nos muestra en la historia de Job es que hasta un hombre recto puede no conocer a Dios verdaderamente.
Hubo un día en que Satanás acusó a Job delante de la presencia del Señor, afirmando que Job sólo temía a Dios porque era una persona bendecida. Entonces Dios permitió que Satanás le quitara sus bienes y su familia. Pero aun así no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno (Job 1:21-22).
Afligido por muchos males, Job recibió la visita de tres amigos que con buena intención, habían venido a condolerse de él y a consolarlo (2:11). No obstante, puesto que eran personas que también vivían bajo el principio del árbol de la ciencia del bien y del mal, rápidamente empezaron a discutir con respecto al motivo por el cual Job estaba siendo atribulado, insinuando que él había pecado contra Dios. Por su parte, Job se defendía y argumentaba. En el transcurso de los muchos capítulos, vemos la discusión entre Job y sus tres amigos, cada uno intentando hacer prevalecer su opinión.
Cuando vivimos por la vida de Dios, la situación es muy distinta. El Espíritu de Dios, que mora en nuestro espíritu humano, siempre nos muestra cuando no agradamos al Señor. Así, en vez de replicar y murmurar, podemos dejar de lado nuestras razones, aunque éstas sean buenas, y nos arrepentimos delante del Señor (2 Co 7:8-9).
Finalmente, Dios fue misericordioso y Le apareció a Job, quien se postró y se arrepintió –no por haber pecado, sino por no conocer realmente a Dios ni a sí mismo. Cuando Job vio a Dios, también percibió su condición y arrepentido, se sujetó totalmente a Él (Job 42:5-6).
El linaje del primer Adán produjo personas que intentaron agradar a Dios. Con excepción de algunos, que fueron citados en Hebreos 11:4-39, los demás no obtuvieron Su aprobación. Para que el hombre tuviera una nueva oportunidad, fue necesario que Cristo viniera a la tierra y muriera en la cruz. Como el postrer Adán, Él puso fin a la historia de fracasos de la generación adámica, abriéndonos un camino de victoria al hacerse el Espíritu vivificante. Sólo Él capacita al hombre para cumplir la voluntad de Dios (1 Co 15:45).
Adán es descrito como un alma viviente, el resultado de la combinación del barro con el soplo de Dios. Por eso él también es llamado de hombre terrenal (v. 47) o hombre natural (1 Co 2:14). El Señor Jesús, por su parte, es el hombre celestial, pues en Él estaba la vida, la Palabra y la gloria de Dios (Jn 1:4, 14). Después de la resurrección del Señor, Él sopló en los discípulos y recibieron el Espíritu Santo (Jn 20:22). Aquellos que reciben el Espíritu, por medio del nuevo nacimiento, forman parte de Cristo, el nuevo hombre, creado según Dios (Ef 4:24).
¡Gracias al Señor! Por estar en Cristo, ya somos el nuevo hombre, por eso debemos vivir por la vida de Dios, siendo enseñados por la unción y orientados por la Palabra. De esta manera, no nos guiaremos por la vanidad de los pensamientos, sino que seremos dirigidos por el Señor (1 Jn 2:27; Sal 119:105). ¡Amén!
Punto Clave: Quien vive en el Espíritu, siempre está dispuesto a arrepentirse.
Pregunta: ¿Qué cambio hubo en la vida de Job cuando Dios se le apareció?



Miércoles --- Leer con oración: Gn 5:21-23, 32; 6:1-7, 10, 18
“Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (Gn 5:24)
INVOCAR, ANDAR CON DIOS Y RECIBIR SU REVELACIÓN
Como vimos, el resultado de la caída del hombre fue la división de la humanidad en dos líneas: la de los que vivían de labrar la tierra, y la formada por los nómades que criaban ganado, como la descendencia de Caín.
De entre los descendientes de Adán, hubo algunos que percibieron que no podían vivir sin Dios. Adán y Eva, después de la muerte de Abel, tuvieron otro hijo, Set, que a su vez, tuvo un hijo llamado Enós. En ese tiempo, los hombres vieron su frágil condición y dependencia de Dios, de manera que espontáneamente comenzaron a invocar el nombre de Jehová. Y por el hecho de invocarle, Dios los cuidaba.
Después de cuatro largas generaciones, surgió Enoc, que probablemente también invocaba el nombre de Jehová, pues la Biblia dice que él andaba con Dios (Gn 5:21-24). Así que, aunque vivía en la tierra, su corazón estaba con Dios, cuya presencia él buscaba. Enoc anduvo con Dios durante trescientos años y al final, Dios lo tomó para Sí. ¡Qué maravilloso es esto!
Enoc fue el primer hombre en ser arrebatado para Dios. Puesto que siempre estaba en la presencia del Señor, él fue salvo de la muerte. Esto es lo que dice Hebreos 11:5: “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios”. Este fue el resultado glorioso de esta descendencia que invocaba el nombre de Jehová en la tierra.
Satanás, descontento por esto, buscó corromper aún más al hombre. En esa oportunidad, la trampa del enemigo fueron los ángeles caídos, que tomaron a las hijas de los hombres por mujeres, de las que más les agradaron. El hombre se volvió carnal, y la tierra se llenó de violencia. Entonces Dios se arrepintió de haber creado al hombre, y eso Le dolió en el corazón (Gn 6:1-7).
En medio de una generación caída y corrupta, “Noé halló gracia ante los ojos de Jehová (...) Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé” (vs. 8-9). Noé agradaba a Dios, pues andaba con Él, por eso podía consolar a los que estaban a su alrededor, obteniendo buen testimonio delante del Señor; en sus días, ciertamente resplandeció como luminar en el mundo (Mt 24:37-39; Fil 2:15).
Ante esto, Dios tuvo la libertad de revelarle aquello que estaba a punto de hacer: “He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra” (Gn 6:13). Así, Noé fue orientado a cómo construir el arca, y también recibió de Dios la promesa de la salvación, para él y para toda su familia (v. 18; He 11:7). ¡Alabado sea el Señor por esta gran salvación!
Punto Clave: Ser una generación que invoca el nombre del Señor.
Pregunta: ¿Cuál es la manera más práctica de andar con Dios?



Jueves --- Leer con oración: Gn 7:18; 9:1-7, 20-27; 2 P 2:5
“Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” (Col 3:14)
PREGONAR LA JUSTICIA Y AMAR A LOS HERMANOS
Noé se demoró cien años para construir el arca (Gn 5:32; 7:6). ¿Por qué se demoró tanto? Podemos deducir que Noé quería aprovechar el tiempo para intentar salvar al pueblo de sus pecados, con la esperanza de que así, Dios se arrepintiera del diluvio. Es probable que al mismo tiempo en que construía el arca con sus tres hijos, como pregonero de justicia, anunciara el evangelio a las personas para que se arrepintieran y dejaran el pecado (2 P 2:5).
Después de cien años, la construcción del arca fue concluida, pero nadie atendió a la predicación de Noé. Dios no podía soportar más la corrupción de la humanidad, de modo que orientó a Noé a traer parejas de cada especie de animal al arca, además de entrar en ella con toda su familia. Entonces comenzó el diluvio: “Aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches” (Gn 7:11-12).
Toda la tierra fue inundada y, entre las personas, sólo ocho fueron salvas del diluvio: Noé y su familia. Todos los demás fueron eliminados, incluso los seres que surgieron como consecuencia de la mezcla de la raza humana con los ángeles caídos. Después, Dios firmó un pacto con Noé y tuvo un nuevo comienzo con la humanidad.
Como descendiente de Adán, Noé era labrador y después de salir del arca, plantó una viña (9:20). La viña produjo uvas, y el jugo de uva fermentado se convirtió en vino. El error de Noé fue embriagarse, bebió vino en exceso y se desnudó en su tienda (v. 21).
Noé tenía tres hijos: el primero era Sem; el segundo Cam y el tercero, Jafet (6:10). Cam vio la desnudez de su padre e inmediatamente se lo hizo saber a sus hermanos (9:22). Sem y Jafet no quisieron ver la desnudez de su padre; por el contrario, tomaron su ropa y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros (v. 23). Cuando Noé supo lo que había sucedido, maldijo a su hijo menor y a su descendencia. Sem y Jafet, por su parte, fueron bendecidos (vs. 25-27).
¿Qué aprendemos de esta lección esencial? Al ver el error de algún hermano, no debemos exponerlo, tampoco debemos promover la curiosidad sobre las fallas ajenas. Lo que debemos hacer es ayudarnos los unos a los otros en la comunión, bajo la luz de Dios, y amar a los hermanos fervientemente, porque el amor cubre multitud de pecados (1 Jn 2:10; 1 P 4:Cool. Si actuamos así, ciertamente seremos bendecidos por Dios.
Punto Clave: Luchar para salvar al pueblo de su pecado.
Pregunta: ¿Por qué Cam fue maldito por su padre?



Viernes --- Leer con oración: Gn 10:10; 11:4; Is 2:11, 17; 1 P 5:2-4
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil 2:9-11)
EXALTAR SÓLO AL SEÑOR
Noé bendijo a sus hijos Sem y Jafet, mientras que maldijo a Cam. Por esa razón, el linaje de Noé fue dividido: Sem y Jafet permanecieron en la condición de depender de Dios, mientras que la descendencia de Cam siguió otro camino.
De entre los descendientes de Cam estaba Cus, que engendró a Nimrod, un vigoroso cazador delante de Dios. Éste se destacó mucho y en consecuencia, los hombres comenzaron a exaltarlo y a seguirlo. Consciente de la posición que había alcanzado, Nimrod se enorgulleció y se convirtió en un líder que reinó en una ciudad llamada Babel (Gn 10:10).
Es posible que por causa de su influencia, las personas se animaron a construir una torre alta, con el objetivo de hacer célebre el nombre del hombre (11:4), enfrentando de esta manera a Dios. Así los hombres sustituyeron el nombre del Señor por el nombre de un hombre, se rebelaron contra Dios. El engrandecimiento de Nimrod dio origen a la idolatría, porque el pueblo sin temer a Dios, comenzó a exaltar a un hombre y sus obras.
Siempre que abandonamos el nombre del Señor abrimos un camino para la degradación. Por causa de la situación que involucró la torre de Babel, Dios tuvo que confundir la lengua del pueblo para que no se entendieran entre sí, y los esparció desde allí sobre la faz de la tierra; fue así que dejaron de edificar la ciudad (vs. 6-Cool.
Jamás debemos sustituir el nombre del Señor por el de otra persona, ni siquiera destacar nuestro propio nombre. Por ejemplo, cuando trabajamos en la obra de la predicación del evangelio sólo debemos dar énfasis al nombre del Señor y a ningún otro. Tengamos cuidado de no ser poseídos por la ambición cuando nos es confiada la obra de Dios.
Como siervos, debemos pastorear la grey de Dios, no para dominar a los que nos fueron entregados, sino para ser ejemplos de la grey. Sólo somos Sus siervos, mientras que Él, el Príncipe de los pastores, es nuestro Señor y Rey (1 P 5:2-4). Exaltemos únicamente el nombre del Señor, pues en el mundo venidero no será diferente: en aquel día sólo el Señor será exaltado (Is 2:11, 17). ¡Aleluya!
Punto Clave: Exaltar únicamente el nombre del Señor.
Pregunta: ¿Cuál es el resultado de abandonar el nombre del Señor?



Sábado --- Leer con oración: Gn 12:1-3; 2 Cr 20:7; Is 41:8; Hch 7:2
“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba” (He 11:Cool
DIOS LLAMA A ABRAHAM
Dios no abandonó Su voluntad, por eso vino nuevamente a buscar al hombre. A pesar de la situación negativa causada por la torre de Babel, aun así Él quería continuar con Su propósito. Por un lado, el hombre tiene una necesidad del Dios verdadero en su interior, porque cuando se aleja de Él, siente un vacío que intenta llenar con los ídolos. Por otro, Dios también necesita de nuestra presencia, porque nos ama con amor eterno (Jer 31:3). ¡Gracias al Señor!
Como los hombres sentían la necesidad de adorar a Dios, pero como se habían alejado de Él, hicieron ídolos. Por ejemplo, la región de Caldea estaba llena de ídolos. Pese a ello, para restaurar el conocimiento de Su voluntad, Dios necesitaba encontrar a alguien que pudiera cooperar con Él. Por esa razón, llamó a Abram, a quien después le cambió el nombre por Abraham (Gn 12:1-3; 17:5; Jos 24:2-3).
Abraham vivía en Ur, una ciudad de Caldea. Dios lo llamó para que saliera de la casa de su padre y fuera a la tierra que Él le mostraría. Tal vez por ser joven, su fe aún no era suficiente para salir solo de Ur. Es posible que le haya relatado la orden de Dios a su padre Taré, que para alentarlo, se dispuso a acompañarlo en su jornada. Entonces Abraham dejó Ur de los caldeos y se fue a la ciudad pecaminosa de Asiria llamada Harán, donde su padre falleció (Gn 11:31-32; Hch 7:2-4).
Ese aún no era el deseo de Dios para Abraham, pues el Señor quería darle como herencia la tierra prometida. En Génesis 12:1, leemos que el Señor mismo se le apareció a Abraham para llamarlo de Harán: “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré”.
Cuando Abraham salió de Harán, no sabía adónde ir. Sin embargo, por la fe en la palabra de Dios, partió, creyendo que Dios lo conduciría hasta la buena tierra. Finalmente, Abraham llegó a la tierra de Canaán (v. 5), y en esa ocasión el Señor se le apareció nuevamente, confirmando la promesa de darle una descendencia para que heredara aquella tierra. Gracias a Dios, la reacción de Abraham fue adorarlo: plantó su tienda, edificó un altar e invocó el nombre del Señor (vs. 7-Cool. El hecho de que Abraham haya plantado su tienda al lado del altar muestra que estaba agradecido al Señor, y que a partir de allí su vivir sería totalmente consagrado a Él. ¡Aleluya!
La consagración de Abraham fue determinante para que él, como amigo de Dios, viviera en Su presencia y recibiera todas las bendiciones prometidas (18:17-18, 22; 2 Cr 20:7; Is 41:Cool. Anhelemos estar siempre en la presencia del Señor, adorándole, consagrándonos a Él e invocando Su nombre, con el objetivo de hacer Su voluntad. ¡Amén!.
Punto Clave: El Señor desea darnos una herencia.
Pregunta: ¿Qué semejanza hay entre nuestro llamamiento y el de Abraham?



Domingo --- Leer con oración: Jn 1:1-3, 17; 2:2, 7, 10; 3:1-4, 10; 4:2
“¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia” (Mi 7:18)
LA MISERICORDIA DE DIOS Y NUESTRO ARREPENTIMIENTO
Dios está lleno de amor y misericordia. Él es rico en perdón (Mi 7:18). Aunque nos apartemos de la voluntad del Señor, como lo hizo Abraham por causa de las preocupaciones de este mundo, Él está dispuesto a recibirnos cuando nos arrepentimos.
La historia registrada en el libro de Jonás nos muestra a un Dios amoroso y siempre dispuesto a perdonar. Ayer vimos que Abraham salió de Ur de los caldeos y se fue a Harán, una ciudad de Asiria, cuya capital era Nínive, cuya maldad subió hasta Dios, por eso envió a Jonás para anunciar su destrucción (Jon 1:2).
Nínive era una ciudad desértica de Asiria, con un sol incandescente. Allí, desde el rey hasta el menor, todos eran pecadores. Al comienzo Dios quería destruir totalmente aquella ciudad, pero Él es lleno de amor. Jonás sabía que Dios es misericordioso y si ellos se arrepentían, tal vez no destruiría Nínive. Por eso decidió huir de la presencia del Señor (4:2). Después de haber sido lanzado al mar, y tras pasar tres días en el vientre de un gran pez, Jonás clamó al Señor y se arrepintió (2:2, 7).
Entonces el Señor le habló por segunda vez y le envió a proclamar Su palabra a aquella ciudad. El hecho que Dios haya enviado a Jonás a Nínive muestra que esta ciudad era muy importante para Él. Jonás se levantó e hizo lo que el Señor le había ordenado: anunció el mensaje de Dios recorriendo toda la ciudad (3:1-4).
Felizmente, los habitantes de allí creyeron a Dios y arrepentidos proclamaron un ayuno. Por mandato del rey, todos los ninivitas, desde las autoridades hasta los ciudadanos comunes, debían ayunar. Ni siquiera los animales podían ser alimentados o beber agua durante el ayuno. Hasta el rey se despojó de su vestido, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza, para dar testimonio de su arrepentimiento y se convirtió a Dios, determinando que todos clamaran fuertemente a Él (vs. 5-7). La esperanza de los ninivitas era que Dios oyera el clamor de ellos y no destruyera más la ciudad.
Jonás 3:10 dice: “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo”. Nuestro Dios es lleno de amor y misericordia. Él habita en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados (Is 57:15). Esta es una valiosa lección que debemos aprender: arrepentirnos siempre, postrados bajo el amor y la misericordia del Señor.
Punto Clave: Dios siempre está dispuesto a perdonarnos.
Pregunta: ¿Qué lección podemos extraer de la experiencia de Jonás?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: “Editora Arvore da Vida”
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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