LA ELECCIÓN DE ADÁN FUE LA RAZÓN DE LA CRUZ
Adán eligió el árbol de la ciencia del bien y del mal y, en consecuencia, tomó posición en un terreno independiente. El resultado fue muerte, más bien que vida.
Ahora vemos la razón divina de la muerte y resurrección del Señor Jesús. Vemos también la razón divina de la consagración verdadera: considerarnos muertos al pecado mas vivos a Dios en Cristo Jesús, y presentarnos a Él como vivos de entre los muertos. Debemos todos ir a la Cruz, porque lo que está en nosotros por naturaleza es vida propia, sujeta a la ley de pecado. Adán eligió vida propia antes que vida divina, así que Dios tuvo que reunir todo lo que había en Adán y eliminarlo. Nuestro 'viejo hombre' ha sido crucificado. Dios nos ha puesto a todos en Cristo y le crucificó como el último Adán, y así todo lo que es de Adán ha desaparecido. Entonces Cristo resucitó y es por participar de su vida de resurrección que somos constituidos hijos de Dios. “A todos los que le recibieron... les dio potestad de ser hechos hijos de Dios,… son engendrados... de Dios” Jn. 1: 12,13).
Dios no tiene intención de reformar nuestra vida. No es su pensamiento traerla a cierto grado de perfección, porque está sobre un plano totalmente errado. En ese plano no puede ahora llevar el hombre a la gloria; Él insiste en un nuevo hombre; uno nacido de nuevo, nacido de Dios.
EL QUE TIENE AL HIJO TIENE LA VIDA
Existen varios niveles de vida. La vida humana está entre la vida de los animales y la vida de Dios. Nosotros no podemos cruzar la gran sima que nos separa del nivel superior y del nivel inferior, y la distancia que nos separa de la vida de Dios es mucho mayor que la que nos separa de la vida de los animales.
Ocurrió cierto día, en la China, que visité a un líder cristiano que se hallaba enfermo, y a
quien llamaré Sr. Wong. Era un erudito, un Doctor en Filosofía, y se le tenía en mucha estima por todo el país por sus elevados principios morales, y desde hacía tiempo se ocupaba en la obra cristiana. Pero no creía en la necesidad de la regeneración; proclamaba sólo un evangelio social.
Cuando fui a ver al Sr. Wong, el perrito de la casa estaba al lado de su cama. Después de que le hube hablado al Sr. Wong de las cosas de Dios y de la naturaleza de su obra en nosotros, señalando al perro pregunté cómo se llamaba. Me dijo que Fido. “¿Fido es su nombre o su apellido?”, le pregunté (usando. los términos chinos de nombre personal y nombre de familia). Pues ese es su nombre nada más”, me dijo. “¿Quiere decir que es su nombre de pila? ¿Puedo llamado Fido Wong?”, inquirí. “¡Claro que no!”, me replicó con énfasis, “Pero él vive en su familia”, continué. “¿Por qué no le llama Fido Wong'!” Luego, señalando a sus dos hijas, le pregunté: “¿Sus hijas se llaman Srtas. Wong, no es verdad'?” “Sí”. “Pues ¿.entonces por qué no puedo llamar a su perro Sr. Wong?” El doctor se rió, y yo pregunté: “¿Comprende ahora lo que quiero significar? Sus hijas nacieron en su familia y tienen su apellido porque usted les ha comunicado su vida. Su perro puede ser muy inteligente, de muy buen comportamiento, en fin, un excelente perro, pero el asunto no consiste en saber si es un perro bueno o un perro malo. Se trata simplemente de esto: ¿Es un perro o no. No necesita ser malo para que sea rechazado de formar parte de su familia; sólo necesita ser lo que es, un perro. El mismo principio se aplica a usted en su relación con Dios. La cuestión no consiste en si usted es un hombre bueno o malo, sino ¿Es un hombre o no? Si su vida está en un nivel más bajo que el de la vida de Dios, entonces usted no puede pertenecer a la familia divina. Sr. Wong: durante su vida usted ha procurado transformar a hombres malos en buenos por medio de su predicación; pero siempre en hombres, sean ellos buenos o malos, y no pueden tener relación vital alguna con Dios. Nuestra única esperanza está en recibir al Hijo de Dios, y cuando hacemos esto su vida en nosotros nos constituirá en hijos de Dios”. El doctor vio la verdad, y ese día fue hecho miembro de la familia de Dios al recibir al Hijo de Dios en su corazón.
Tomado de: “La Vida cristiana normal”
W. Nee
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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