AGUAS REFRESCANTES 10 de OCTUBRE
Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. 1 Pedro 2:17.
Para el creyente que ha gustado el gozo de estar a solas en comunión con Dios, surge la tentación de no hacer más nada y quedar allí soleándose en la luz de su presencia. No tiene ningún apuro por volver a su trabajo habitual con su cuota diaria de pruebas y dificultades. Cara a cara con el Señor siente sólo el gozo, la santidad y la victoria, pero cuando sale para realizar sus tareas diarias, se encuentra una vez más con el desánimo y la derrota.
Tal hermano debe ser advertido que está haciendo de sí mismo el centro de todo, y por ende se está haciendo inútil para atender a las necesidades de los demás. Nuestros deberes hacia los hombres están claramente definidos en las Escrituras, y nuestra responsabilidad en los asuntos rutinarios de la vida diaria también. La experiencia más sublime del cristiano no es incompatible con el cumplimiento de su responsabilidad como hombre. Para el Señor no hay diferencia entre tareas domésticas y un ministerio espiritual. La vida de Cristo se exhibe a través de toda clase de actividades.
W. Nee
Jesus es el Señor!
La iglesia en Armenia