EL PELIGRO DE TENER UNA MENTE NO RENOVADA
He mencionado sólo unos cuantos síntomas de una mente enferma. La raíz de toda enfermedad puede hallarse en el corazón. Muchas personas están deprimidas y su mente es torpe debido a que ellas son perezosas en su corazón. Es similar al caso de los pacientes que se acostumbran a la enfermedad, y llegan a preferir estar enfermos. Les agrada más estar enfermos que tener que levantarse para ir a trabajar. Muchas veces cuando la mente está muy cansada para pensar o trabajar, debe tomar un descanso. Pero si la persona siempre evita trabajar, su corazón es perezoso. Cuando la mente de un hombre piensa demasiado o cuando no piensa en absoluto, es un síntoma de una mente enferma.
El apóstol dijo en Efesios 4:18 que los gentiles están ajenos a la vida de Dios debido a la dureza de su corazón; por lo cual la luz de Dios no puede brillar en su entendimiento. Debido a esto, tanto su mente como la función de la misma se hallan entenebrecidas. La condición de su mente obedece a la dureza de su corazón. Esta es la verdadera condición de los gentiles. A los ojos de Dios existe el peligro de que los creyentes se encuentren en esa misma condición.
LA RENOVACION DE LA MENTE
Deseamos saber cómo podemos renovar nuestra mente. Tenemos una vida nueva y un corazón nuevo. Nuestra mente fue renovada e iluminada por la luz de Dios por lo menos en una ocasión. Lo que necesitamos hacer ahora es abrir nuestra mente a Dios diariamente, de tal modo que podamos recibirlo todo de Dios, conocer Su voluntad, entender Su deseo y comprender lo que enseña la Biblia. Hoy queremos dar énfasis a esto. Hermanos, ¿desean ustedes entender la voluntad de Dios y lo que El desea? ¿Quieren entender lo que la Biblia enseña? Si tal es el caso, necesitan que su mente sea renovada.
En el pasaje de Efesios 4:17-24, el apóstol dice que debido a que hemos oído y hemos sido enseñados conforme a la realidad que está en Jesús, debemos manifestarlo de una manera práctica. Lo que consta en los versículos 20-24 es la base de la exhortación que viene después. En otras palabras, los versículos 20-24 son los hechos cumplidos que los creyentes poseen en el Señor, y los versículos siguientes muestran la conducta que un creyente debe tener basándose en estos hechos. No voy a hablar en esta ocasión de todo este pasaje; sólo voy a examinar la renovación de la mente y su relación con el viejo hombre y el nuevo, basándome en la posición que tenemos en el Señor. En cuanto al hecho realizado por Cristo, ya nos despojamos del viejo hombre. Sin embargo, esto no significa que en la experiencia no veamos la sombra del viejo hombre. En posición, nuestra mente fue renovada, pero esto no quiere decir que no necesitemos que nuestra mente sea renovada frecuentemente, lo cual es esencial.
NOS DESPOJAMOS DEL VIEJO HOMBRE
EN CUANTO A LA PASADA MANERA DE VIVIR
Leemos en los versículos 22-23: “Que en cuanto a la pasada manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se va corrompiendo conforme a las pasiones del engaño, y os renovéis en el espíritu de vuestra mente”. Note que en la expresión “el espíritu de vuestra mente” se ve una relación entre el espíritu y la mente. Si queremos que el espíritu de nuestra mente sea renovado, debemos despojarnos del viejo hombre, pues si no lo hacemos, no podremos experimentar la renovación de nuestra mente.
Despojarse del viejo hombre es un asunto específico; es como pasar por una puerta; no es como andar por una calle que se extiende indefinidamente. Una puerta es diferente a una calle. Pasar el examen de admisión de un colegio es como pasar por una puerta, mientras que estudiar en el colegio es como caminar por una calle. Si un creyente desea saber si su mente ha sido renovada, sólo debe preguntarse si se ha despojado de su viejo hombre, es decir de su pasada manera de vivir y si se ha vestido del nuevo hombre. Noten además que en Romanos 6 se habla del viejo hombre en un tono diferente. Romanos 6:6 habla de los hechos que el Señor ya cumplió; dice que nuestro viejo hombre fue crucificado. Por lo tanto, nosotros sólo necesitamos darlo por realizado y creer en el hecho. Efesios 4 no habla de ser crucificados sino de despojarnos. La crucifixión es algo que debemos creer, es un asunto de fe. Pero despojarnos es un asunto de la voluntad. Despojarnos es un acto voluntario. No sólo debemos creer que nuestro viejo hombre fue crucificado, sino que también debemos ejercer nuestra voluntad para hacer a un lado nuestro viejo hombre. Si sólo ejercemos nuestra fe, sin ejercer la voluntad para despojarnos del viejo hombre, no habrá resultados. Necesitamos tanto nuestra voluntad como nuestra fe.
Este pasaje nos muestra que si queremos que nuestro entendimiento y nuestra mente sean renovados, debemos específicamente despojarnos del viejo hombre. Si queremos ser renovados continuamente, debemos despojarnos del viejo hombre continuamente. Así como usamos nuestra voluntad para quitarnos la ropa y ponerla a un lado, debemos ejercer nuestra voluntad para despojarnos del viejo hombre y hacerlo a un lado. Todo lo que pertenece al viejo hombre, ya sean nuestras palabras, nuestros pensamientos o nuestra conducta, debe ser deliberadamente puesto a un lado; debemos rechazar todo lo pecaminoso, lo impuro y lo que pertenezca al yo. Al mismo tiempo, debemos buscar al Señor con un corazón sincero y confiar en que el Espíritu Santo renovará nuestra mente. Esta renovación corresponde al Espíritu Santo. Si quitamos todos los obstáculos y confiamos en que El realice dicha renovación, veremos que nuestra mente será renovada gradualmente. Continua…
Tomado de: La renovación de la mente W. Nee