El propósito de Dios al crear al hombre – semana 1
LUNES
Lectura bíblica: Jn 7:39;1:12-13;Ro 1:1-4;1 Co 15:45
Leer con oración:
"Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios" (Ro 1: 1)
PREDICAR EL EVANGELIO DE DIOS
En la serie pasada del Alimento Diario, "Apartados para el Evangelio de Dios", hablamos mucho sobre predicar el evangelio del reino. Vimos que este evangelio es el evangelio de la vida, que el Señor nos comisionó para predicar a todas las personas (Mt 24:14; Jn 3:3,5).
En el Nuevo Testamento encontramos primeramente los cuatro evangelios, los cuales hablan del vivir del Señor Jesús. Él tuvo una vida ejemplar, y es esto lo que muchos predican; sin embargo, Su vivir no fue únicamente para establecer un modelo a seguir. Antes bien, Él murió, resucitó y se hizo el Espíritu vivificante, de manera que cuando creímos, llegamos a ser hijos de Dios.
Después de los cuatro evangelios tenemos el libro de los Hechos, que presenta a los apóstoles que son enviados para propagar el evangelio. Seguidamente, la Epístola a los Romanos, que muestra los varios aspectos del evangelio de Dios.
Aunque se le da mucha importancia a la predicación del evangelio, muchos cristianos todavía no son conscientes de la amplitud de su contenido, piensan que predicar el evangelio es sólo predicar lo que el Señor Jesús hizo por nosotros, y llevar a los pecadores a creer en Él con el propósito de que sean salvos.
Al estudiar la epístola a los Romanos, vimos que también recibimos la comisión de predicar el evangelio de Dios, así como ocurrió con el apóstol Pablo. Predicamos el evangelio porque son las buenas nuevas de Dios para todos. Cuando lo hacemos, debemos presentar el evangelio de la gracia para quienes aún no han creído, pero también debemos predicar el evangelio del reino, el evangelio de la vida, para que los que creyeron puedan crecer en vida.
Somos bienaventurados por haber recibido el evangelio de la gracia y la comisión de predicar el evangelio del reino en toda la tierra.
Punto clave: Comisionados para predicar el evangelio de Dios. .
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre los cuatro evangelios y la epístola a los Romanos?
MARTES
Lectura bíblica: Gn 2:7;3:6-8; Mt 6:9-10; Ro 1:1,3;8:3;1 Co 6:11
Leer con oración:
"Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios" (1 Co 6:11).
EL HIJO DEL HOMBRE
El evangelio de Dios habla del evangelio del reino de Dios. El reino de Dios es la esfera donde Su voluntad es hecha, Su autoridad es ejercida y Su administración es realizada.
La tierra fue usurpada por Satanás y, por esa razón, la voluntad y la administración de Dios no son hechas, ni Su autoridad es ejercida en ella, como lo es en los cielos, por eso tenemos el evangelio. del reino de Dios. Mt 6:9-10). En otras palabras, el evangelio de Dios existe para traer el reino de Dios a la tierra. Además, también tiene como objetivo que la voluntad de Dios sea hecha en nuestra vida.
En Romanos 1: 1-4 vemos que el Señor Jesucristo, que es el evangelio de Dios, tiene dos aspectos: según la carne, Él vino de la descendencia de David, pero también fue declarado Hijo de Dios con poder, según el espíritu de Santidad por la resurrección de entre los muertos.
Ahora veamos porqué era necesario que el Señor se presentara como el Hijo del Hombre.
Según el libro de Génesis, el deseo de Dios era que el hombre comiera del árbol de la vida y viviera para siempre (3:22). Sin embargo, Su deseo fue frustrado, porque el hombre no Le obedeció ni tampoco hizo Su voluntad; sino su propia elección al comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Desde entonces Adán, que fue hecho un alma viviente, comenzó a depender del conocimiento del bien y del mal que provenía de su alma. Dios había creado al hombre para que fuese justo, santo y tuviese Su gloria, pero por causa de la desobediencia de Adán, éste perdió todo eso. En consecuencia, el pecado pasó a morar en el cuerpo del hombre, se convirtió en un pecador '(Ro 7:20~23). Cuando el hombre vive en su alma, Satanás lo tienta y peca (vs. 15~ 17).
No obstante, Dios quería recobrar Su propósito original, con el fin de usar al hombre para que conquiste y recobre la tierra que fue usurpada por Satanás (Gn 1: 18; cfr. Lc 4:6).
Para ello Dios tenía primeramente que solucionar el problema de los pecados del hombre. De acuerdo con el capítulo 2 de Hebreos, puesto que los hijos participaron de carne y de sangre, el Señor Jesús también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (vs. 14~15).
Fue con ese propósito que el Señor Jesús fue engendrado por medio de María, y se hizo el Hijo del Hombre. Aunque el hombre posee una naturaleza pecaminosa dentro de sí, el Señor Jesús sólo tenía la semejanza de la carne de pecado (Ro 8:3). Esto nos remite a los animales que eran inmolados. en la época del Antiguo Testamento. El oferente ponía la mano sobre la cabeza del animal que iba a ser muerto, esto significa que se unía a aquel animal y reconocía que él (el pecador), es quien debía morir (Lv 1:4).
De igual manera, Dios hizo que el $eñor Jesús viniera en carne, como el Hijo. del Hombre, que viviera treinta y tres años y medio, fuera crucificado y llevara sobre Sí nuestros pecados. Esto significa que nosotros, los pecadores, fuimos crucificados con Él.
Nuestro problema .de los pecados fue solucionado, porque la sangre de Cristo que fue derramada en la cruz nos limpia y purifica de todos los pecados que cometemos (1 Co 6:11; Col 2:14).
Al creer en la obra que el Hijo del Hombre realizó por nosotros, somos salvos. Esto es el evangelio de la gracia. ¡Aleluya!
Punto clave: Salvos por la muerte de Cristo.
Pregunta: ¿ Cuál es el propósito del evangelio de Dios?
MIERCOLES
Lectura bíblica: Mt 24: 14;]n 1: 13; 3:3, 5-6; Ro 1 :4; Ap 22: 14
Leer con oración:
"V si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados" (Ro 8: 17).
EL HIJO DE DIOS
Aunque usted y yo, por causa de nuestros pecados, debíamos haber muerto, el Señor Jesús murió por nosotros. Por el hecho de haber creído en el Señor Jesús, Su muerte llegó a ser mi muerte. Yo, como pecador, ya he muerto, porque cuando creí, todo lo que Él realizó llegó a ser real para mi Gn 5:24). Por medio de Su muerte, fuimos redimidos de nuestros pecados (1 P 1:18-19).
Al creer en el Señor, además de ser perdonados nuestros pecados, fuimos regenerados y recibimos la vida de Dios. Por tanto, nacimos dos veces porque "a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne ni de voluntad de varón, sino de Dios" Jn 1:12-13).
Nacer de nuevo es un requisito para entrar en el reino de los cielos Jn 3:3, 5-6). Pero esto no es todo, ya que, una vez que fuimos regenerados, todavía necesitamos crecer en vida. Es exactamente de lo que trata el segundo aspecto del evangelio de Dios, es decir, el Señor Jesús como el Hijo de Dios. Este aspecto se refiere al evangelio del reino de los cielos, que se relaciona con el crecimiento de vida. La vida de Dios, que recibimos al creer en Él, necesita crecer en nosotros para que seamos usados por Él.
Esperamos ansiosamente que el Señor Jesús vuelva pronto, pero en realidad es Él quien nos está esperando, y espera que prediquemos el evangelio del reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones (Mt 24:14).
Punto clave: Crecer en vida para entrar en el reino de los cielos.
Pregunta:¿Qtié es' el evangelio de la vida?
JUEVES
Lectura bíblica:
Mt 24:30¡25:31-40¡Ap3:1O¡ 13:16-17¡ 14:9
Leer con oración:
"De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (Mt 25:40).
LOS CIUDADANOS DEL REINO - LAS OVEJAS
Como veremos el día de hoy, no entraremos al reino sólo para ser ciudadanos, sino para, juntamente con el Señor Jesús, ejercer autoridad y administrar la tierra.
Sabemos que, antes de la gran tribulación el Señor primero vendrá en las nubes, en Su parusía. Vendrá para guardar y salvar a los Suyos de la gran tribulación que ha de venir sobre el mundo entero (Ap 3:10).
Durante la gran tribulación, el anticristo pondrá su imagen en el templo, para ser adorado por las personas, y aquellos que lo hagan recibirán una marca en la frente o en la mano derecha por la cual él los controlará (2 Ts 2:3-4; Mt 24:15). Cuarenta años atrás, no comprendíamos cómo esto podría ser hecho, pero ahora, en la era de la informática, entendemos que es posible a través de un chip.
No obstante, los cristianos que se rehúsen a adorar al anticristo no recibirán la marca de la bestia y, por eso, no tendrán la posibilidad de comprar alimentos, pasarán hambre y no podrán adquirir medicamentos.
Por esto Dios preparó a un grupo de personas para cuidar a Sus hijos llamados "hermanos más pequeños", conforme veremos a continuación.
Cuando el Hijo del Hombre venga en Su majestad y con Él todos los ángeles, se sentará en el trono de Su gloria y todas las naciones serán reunidas en Su presencia. Entonces Él apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de .los cabritos y pondrá a las ovejas a Su derecha, y a los cabritos a Su izquierda (Mt 25:31-33).
En los versículos 34 y 35 leemos: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis". Este reino preparado desde la fundación del mundo es el reino de Dios en la tierra, y fue preparado para los calificados, aquellos que llegaron a ser justos, llamados ovejas (v. 33).
Estas personas, por tener un buen corazón, cuidarán a los hijos de Dios en la época de la escasez. Por eso, Dios las llama ovejas y justos. Esta justicia no es conforme al criterio de Dios, sino del hombre.
Todo lo que estos justos hagan a los hermanos más pequeños se lo harán al Señor. Esto indica una identificación entre el Señor y Sus hermanos, aquellos que creyeron en Él y fueron regenerados.
Hoy, según ese mismo principio, el Señor se identifica con nosotros; si tenemos hambre, el Señor Jesús es quien tiene hambre; si estamos enfermos, es el Señor quien está enfermo. Cuando alguien nos cuida y se preocupa por nosotros, aun sin saberlo, está haciéndoselo al Señor. Todo lo que le hacen a usted se lo hacen a El; esta identificación es una demostración del amor de Dios por usted.
Punto clave: Crecer en vida
Pregunta: Quienes son las ovejas?
VIERNES
Lectura bíblica:
Mt 16:24; 25:41-46; Ap 19:20; 20:15
Leer con oración:
"Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" (Mt 16:24).
EL REQUISITO ELEVADO PARA REINAR
Como ya vimos ayer, Dios en Su juicio, separará a las ovejas de los cabritos. Estos serán personas crueles, pues sólo se preocuparán por sí mismos, no ayudarán a los hermanos más pequeños del Señor; les darán las espaldas en su escasez (Mt 25:42-43).
A ellos el Señor les dirá: explícitamente: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles" (v.41). Los cabritos no serán llamados justos, sino malditos, e irán al lago de fuego (v.46; cfr. Ap 20:15). Irán al castigo eterno por no haber tratado bien a los más pequeños, a los hijos de Dios.
Es- importante destacar que las ovejas, llamadas justos no somos nosotros~ sino aquellos que aun no teniendo la vida de Dios, cuidarán a Sus hijos. Ellos irán a la vida eterna y serán las naciones durante el reino milenario.
Así pues, vemos que para formar parte de las naciones en el reino milenario, los requisitos son pocos y fáciles. Basta ser una persona buena y ayudar a los hijos de Dios. Sin embargo, para nosotros, que tenemos la vida divina y que vivimos la vida de la iglesia, las exigencias son mayores.
Después de revelar la iglesia, en el capítulo 16 de Mateo, el Señor dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará" (vs. 24~25).
La palabra vida, en el versículo mencionado significa la vida del alma, según el original griego. Perder la vida del alma es la exigencia de Dios para nosotros. Esto no es un proceso rápido ni fácil, a tal punto de que cualquier fuego puede exterminarla.
Con el apóstol Pedro aprendimos que necesitamos del fuego santificador para ser purificados. Es necesario que seamos afligidos en diversas pruebas, para que el valor de nuestra fe sea confirmado y, al ser purificada por el fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo (1 P 1:6~7).
No debemos sorprendemos de las circunstancias que surgen para probamos, como si alguna cosa extraña nos hubiese acontecido, pues es el trabajar de Dios en nosotros. Esta es Su exigencia: debemos negar la vida del alma, a fin de ser transformados y así crezcamos en vida.
A medida que proseguimos en la vida cristiana, el Señor expone nuestras fallas y viene con Su fuego para quemamos. El fuego que usa inicialmente tiene una determinada temperatura, sin embargo es suficiente sólo para quemar ciertas impurezas. Paulatinamente, el Señor aumenta la temperatura, y nos purifica de nuestro hombre natural en una cantidad que ni siquiera imaginamos, ya que nuestra vida natural es muy profunda.
Un fuego común no podrá quemarla. Por lo general, pensamos que 200 grados son suficientes para quemar todo, pero después de pasar por ese fuego, descubrimos que todavía tenemos demasiadas impurezas y que necesitamos 500, 800, y 1000 grados. Cuando pensamos que todo terminó, Dios aún nos muestra una cosa más: nuestra actitud incorrecta, nuestro orgullo, nuestro egoísmo, nuestro hablar inadecuado, etc.
Por lo tanto, vemos que para formar parte de las naciones durante el reino milenario, basta sólo ser una buena persona. Pero, para entrar en el reino de Dios y gobernar sobre las naciones con el Señor, es necesario ser regenerado, negar la vida del alma y crecer en vida. Dios nos ama y no quiere que seamos sólo ciudadanos del reino.
Punto clave: El Señor expone nuestras impurezas con el propósito de purificamos.
Pregunta: ¿Cuál es el requisito principal para reinar con el Señor?
SABADO
Lectura bíblica:
Mt25:20, 23; Le 19:17,19; Ef5:18-19
Leer con oración:
"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra" (Gn 1:28).
HACER DEL REINO DE DIOS EL REINO DE LOS CIELOS
En la primera estrofa y en el coro del Himno 21 - Fructificar y Multiplicar (Himnos Suplementarios Editorial Árbol de la Vida) encontramos el deseo de Dios presentado en Génesis 1:28:
Cumplir el deseo de Dios
Y a la tierra Su reino traer;
Para eso el Señor nos creó
Las ciudades nos comisionó.
En espíritu siempre andar,
Para así muchos hijos ganar.
y cuidando con labor de amor
Pues en Cristo, Dios nos llamó.
Fructificar y multiplicar, llenar la tierra y señorear;
Edificar y laborar, en Cristo nada nos detendrá.
Fructificar y multiplicar, llenar la tierra y señorear;
Para salir, para vencer, el reino podremos traer.
Al cantar himnos, necesitamos usar nuestro espíritu. Cantar los himnos no tiene como objetivo expresar la emoción de nuestra alma, para satisfacer sus necesidades o disfrute. El himno mencionado, por ejemplo, debe suplir nuestro interior para que tengamos cada vez más la carga de predicar el evangelio. El Señor nos puso en la iglesia y nos comisionó para producir muchos hijos Suyos, para llenar la tierra y señorearla.
Necesitamos cantar más este himno, pero no basta sólo cantarlo; necesitamos recibir en nuestro espíritu la carga de ser enviados para Justificar, multiplicar, llenar la tierra y señorear, hasta que los reinos de este mundo vengan a ser de nuestro Señor y de Su Cristo (Ap 11:15). Esta es la voluntad del Padre.
Hay muchos lugares que todavía necesitan ser alcanzados por el evangelio de la vida a fin de que el reino de los cielos llegue hasta allá. Para que esto ocurra, necesitamos disponernos para cooperar con Dios y cumplir lo que Él nos encomendó.
Punto clave: Cumplir la voluntad de Dios.
Pregunta: ¿Porqué cantamos himnos en las reuniones de la iglesia?
DOMINGO
Lectura bíblica:
Mt 25:20-23; Le 19:17,19
Leer con oración:
«y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mt 25:21).
LA COMISIÓN DE DIOS PARA LA IGLESIA
El deseo de Dios es que no seamos simplemente ciudadanos del reino de los cielos; Él quiere que entremos en el reino para que lo administremos y ejerzamos autoridad juntamente con Él (Mt 25:20,23; Lc 19:11, 19). En Génesis 1:28 Dios bendijo al hombre y a la mujer para que sean fructíferos, se multipliquen, llenen la tierra y la señoreen. Al principio no teníamos la osadía de decir que nosotros mismos sojuzgaríamos y señorearíamos en la tierra, pero hoy, a través de la revelación de Su Palabra, entendemos que Dios nos está preparando para esta comisión.
Ahora creemos que fuimos comisionados para hacer que el reino de Dios llegue a ser el reino de los cielos aquí en la tierra. Para ello debemos llevar a todos a santificar Su nombre, a través de invocarlo, para que venga Su reino.
Es necesario que llevemos este evangelio del reino a toda la tierra habitada. Necesitamos predicar el evangelio completo: hacer que las personas sean regeneradas y apacentadas para que crezcan en vida. De esta manera, más iglesias serán establecidas, así la tierra será llena y sujeta, conforme a la comisión que Dios nos dio.
Podemos orar: "Señor Jesús, Te agradecemos por este maravilloso evangelio que nos alcanzó. Éramos pecadores y no teníamos ni la más mínima oportunidad de cambiar nuestra condición, pero un día viniste a nosotros y en amor nos redimiste. Por causa de la redención, Tu vida nos fue dada. Ahora Señor, queremos valorar esta vida, tener un vivir que corresponda a ella, que avance de la condición de pequeños para expresarte en todo lugar. También rogamos que nos des la osadía para que juntamente con Tu iglesia podamos cumplir la comisión de predicar este evangelio a todas las personas y a todos los hijos de Dios. ¡Amén!".
Punto clave: Predicar el evangelio.
Pregunta: ¿Qué significa fructificar, multiplicar, llenar la tierra y señorear?
Lectura de apoyo:
Venga Tu reino - cap. 44 - Dong Yu Lan
La venida del Señor está cerca - cap. 6 - Dong Yu Lan
Literatura disponible en: corpocri@yahoo.com
Jesus es el Señor!
La iglesia en Armenia