NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES

NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
El Espíritu de realidad (Jn 14:16-18; 16:13).
VIERNES
Lectura Bíblica: (Jn 19:34; 1 Co 12:3; Ro 1:1-4; 1 Ti 1:3-4; 5:23; Ap 2:4-5).
Leer con oración: “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados” (Hch 26:16-18).
EL CAMINO PARA SER UTILES AL SEÑOR
Después de escribir Apocalipsis, Juan fue a Éfeso, donde la iglesia pasaba por un momento bastante complicado (Ap 2:4-5). Pablo ya le había escrito a aquella iglesia una carta completa, cuyo contenido era toda la economía neotestamentaria de Dios. En los primeros tres capítulos, vemos el dispensar del Dios Triuno, quien engendro la iglesia, los componentes de la iglesia y la manera de manifestar la multiforme sabiduría de Dios por medio de la iglesia como el misterio de Cristo. Los tres últimos capítulos de Efesios hablan del vivir practico de la iglesia, que comprende cinco tipos de andar: en la gracia, en la verdad, en amor, en la luz y en el espíritu, que implica llenarnos del Espíritu (Ef 5:18).
Sin embargo, los hermanos en Éfeso consideraron todas esas palabras sólo en su mente, usando la Epístola de Pablo para promover discusiones entre sí. Consiente de esa situación, el apóstol le pidió a su cooperador Timoteo que se quedara allí, a fin de promover la economia de Dios entre los santos (1 Ti 1:3-4). No obstante, el joven Timoteo no tuvo éxito en llevarlos al espíritu, y hasta se enfermó, al verse abrumado por toda aquella esfera negativa (5:23).
Cuando fue a Éfeso, Juan vio que la necesidad de los hermanos no era de conocimiento, sino de practicar las primeras obras con espíritu y vida. Por eso creemos que él debe haber introducido la práctica de invocar el nombre del Señor. Cuando lo invocamos inmediatamente estamos en el espíritu (1 Co 12:3): ¡Oh Señor Jesús! Este nombre puede salvar no sólo nuestro espíritu, sino principalmente nuestra alma.
Asimismo, tal como ocurrió con Pedro años antes, Juan también aprendió a negarse a sí mismo. La experiencia de esos dos apóstoles nos enseña que, independientemente de que nuestro perfil sea impulsivo, , como el de Pedro, o mas discreto como el de Juan, todos necesitamos aprender a negar la vida del alma para poder ser útiles al Señor.
El Evangelio de Juan muestra que el Señor murió incluso antes de derramar Su sangre (Jn 19:30, 34). Esto significa que Su muerte no fue sólo para solucionar el problema de nuestros pecados, sino para crucificar con Él nuestra carne, nuestro viejo hombre, que es la fuente de los pecados (Ro 6:6). Una vez crucificado con Él nuestro viejo hombre, podemos ser salvos de los pecados y recibir Su vida. Después de entregar el Espíritu, un soldado le abrió el costado a Jesús con una lanza, y al instante salió sangre y agua. La sangre es para redimirnos de nuestros pecados (Col 1:14; He 9:22), y el agua representa la vida de Dios por la cual obtuvimos el nuevo nacimiento (Jn 3:3-5). El problema es que muchos cristianos se han detenido en la experiencia de la regeneración, es decir, en la etapa inicial de la salvación.
La gran mayoría de los hijos de Dios vive cómodamente su vida cristiana, preocupándose sólo de su disfrute personal, sin darse cuenta de que su ego está creciendo continuamente. Esta es la razón por la cual hay tantas opiniones en medio del pueblo de Dios y no son pocas las divisiones en la iglesia. Aunque han creído en el evangelio de la gracia, que muestra lo que el Señor hizo por nosotros en la cruz para darnos la vida eterna, no perciben que el nuevo nacimiento es sólo el comienzo, la base para ver y entrar en el reino de Dios. Después de la regeneración aun hay largo camino para andar y crecer en la vida divina hasta alcanzar la madurez y recibir como herencia el premio de reinar con Cristo. Este camino del nuevo nacimiento hasta el reino es el contenido del evangelio del reino, el cual veremos mañana.
Punto clave: Invocar el nombre del Señor y negar la vida del alma para ser útiles al Señor
Pregunta: ¿Cuál era la verdadera necesidad de los hermanos de Éfeso cuando Juan salió de la isla de Patmos?



 
NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
El Espíritu de realidad (Jn 14:16-18; 16:13).
SABADO
Lectura Bíblica: (Jn 14:16-17, 26).
Leer con oración: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir (Jn 16:13).
EL ESPÍRITU DE REALIDAD NOS GUIA A TODA LA REALIDAD
Por medio de María, el Señor Jesús, como el Hijo del Hombre, recibió la naturaleza humana, por medio de Su muerte y resurrección, Él fue declarado Hijo de Dios (Ro 1:4), es decir, Su naturaleza humana fue glorificada con la naturaleza divina. Cuando invocamos el nombre del Señor, recibimos la vida divina y nacimos de Dios. Ahora debemos permitir que esa vida crezca hasta dominar nuestras acciones, pensamientos y preferencias. Este es el evangelio del reino.
Antes de la muerte y resurrección del Señor no teníamos ningún tipo de esperanza de que Él habitara en nosotros y estuviera junto a nosotros para siempre, porque, como hombre, Jesús estaba limitado por el tiempo y el espacio. Sin embargo, en Juan 14:16-17, el Señor dijo: “Y yo rogare al Padre, y os dará otro Consolador para que este con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. La mejor traducción para el Espíritu de verdad es Espíritu de realidad. En el versículo 18, el Señor continúa: “no os dejare huérfanos; vendré a vosotros”. ¡Aleluya! Esto nos muestra que el Espíritu es el mismo Señor Jesús, quien estará con nosotros para siempre.
El versículo 26 dice: “Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviara en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará t6odo lo que yo os he dicho”. Por el hecho de haber recibido El Espíritu en su espíritu, Juan pudo escribir su evangelio a los 90 años de edad. Esto nos muestra que el Espíritu aún tenía algo importante que revelar. En su evangelio Juan corrobora todo lo que Pablo habló y además complementó sus escritos. Pablo hablo de andar en la gracia y en la verdad; en Juan 1:17: “Pues la Ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”. La realidad de la gracia y de la verdad es la persona del Señor Jesús. Pero no sólo eso, pues en Primera de Juan 1:5 leemos que “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en El”, en Efesios, Pablo nos exhorta a andar como hijos de luz (5:. Mientras Pablo nos dijo que debemos andar en amor (v.2), Juan definió que Dios es amor (1 Jn 4:16). Pablo también hablo de llenarnos del Espíritu (Ef 5:18), Juan afirmo en su evangelio que por el hecho de que Dios es Espíritu, debemos adorarlo en Espíritu y en verdad, o realidad (Jn 4:24). Estos versículos nos muestran que, en el evangelio y las epístolas, Juan complementó y reforzó el encargo del apóstol Pablo.
Además, en su evangelio, Juan nos muestra que el Espíritu de realidad nos guiará a toda realidad y nos anunciará las cosas que están por venir (16:13). Esto se cumplió en el libro de Apocalipsis, cuando el Señor dio a conocer a su siervo Juan, “para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto” (Ap 1:1). De la misma forma, hoy el Señor continua utilizando a hombres que hablan por el Espíritu para mostrarnos Su voluntad para nuestras vidas.
Punto clave: El Espíritu nos condice a la realidad de las cosas espirituales.
Pregunta: ¿Cómo Juan pudo recordar las palabras del Señor incluso después de tanto tiempo?











 
NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
El Espíritu de realidad (Jn 14:16-18; 16:13).
DOMINGO
Lectura Bíblica: (Hch 1:14; 2:4; 16:9-15; 1 Jn 2:20, 27 ).
Leer con oración: “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él”. (1 Jn 2:27).
EL CAMINO PARA REALIZAR LA OBRA DEL SEÑOR
Toda la obra que hacemos necesita comenzar por el Espíritu, con mucha oración invocando el nombre del Señor. Asi fueron los inicios de la iglesia en Jerusalén, como leemos en Hechos 1 y 2, en el segundo viaje del apóstol Pablo (Hch 16) y también cuando Juan fue a Éfeso para ayudar a los hermanos allí.
Hace algún tiempo, cuando recibimos la noticia de que Estados Unidos facilitaría la visa para los Brasileños, inmediatamente recibimos el encargo del Espíritu de predicar el evangelio del reino en America del Norte, pues vimos que ese hecho era como una puerta abierta. Tras mucha oración, los hermanos partieron con el propósito de buscar un lugar para abrir un BooKafe en Miami. Un día, mientras oraban en una determinada calle, conocieron a un Brasileño, dueño de un restaurante chino, quien los ayudo a encontrar un lugar con mucha visibilidad para abrir un BooKafe. Gracias al Señor, hoy en ese lugar hay muchos hermanos de diferentes grupos cristianos que se están reuniendo regularmente y comprobando que sí es posible ser uno en el Señor. También, algunos ya están participando del CEPPEV que existe en esa ciudad.
Esa y muchas otra experiencias que hemos tenido recientemente nos muestran que el camino para realizar la obra del Señor es la dependencia absoluta del Espíritu, donde todo comienza por la oración, sin tener nada preconcebido. Si queremos cooperar con el Señor, no podemos confiar en nuestra capacidad y en la tradición que hemos cultivado a lo largo de estos años de vida cristiana, sino que necesitamos tener un nuevo comienzo, siendo guiados por el Espíritu de realidad.
Este mismo Espíritu de realidad nos conducirá a incluir a los nuevos hermanos en el servicio de la iglesia y en la obra de expansión del evangelio. Entre nosotros hay muchos hermanos que solo necesitan una oportunidad para ser útiles en este ministerio, tal como Onésimo que, después de convertirse y ser cuidado por el apóstol Pablo, llegó a ser útil para el apóstol y para Filemón (Flm 11). Incluso aquellos que tienen un único talento pueden ser muy útiles en las manos del Señor. Que todos estemos involucrados en la propagación del evangelio del reino.
Punto clave: Guiados por el Espíritu de realidad.
Pregunta: ¿Ha tenido alguna experiencia de ser guiado totalmente por el Espíritu en la predicación del evangelio? ¿Cómo fue?
Lectura de apoyo: Aprendiendo con los apóstoles – caps. 2-5 – Dong Yu Lan
¡Jesús es el Señor!