NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
El amarrará su pollino a la vid (Gen 49:8-12)
Semana 15
DOMINGO
Lectura Bíblica: (Gn 49:11-12; Jn 15:1)
Leer con oración:
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (…) Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Jn 15:5, 7-
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ATADOS A LA VID VERDADERA
El secreto de madurar para reinar juntamente con el león de la tribu de Judá es estar atado a la vid (Gn 49:11-12). Esta transición es muy difícil, porque aún somos peores que los cachorros de Ezequiel 19:1-3; somos “pollinos” que anhelan ser “leones”. Queremos ser reyes y reinar con el Señor, pero nuestra condición dista de eso, pues tenemos una naturaleza tan testaruda como la del asno. Pero hay esperanza mientras estemos atados a la Vid verdadera, que es el Señor Jesús (Jn 15:1).
Atados a la Vid, podemos alimentarnos de su fruto. Esto nos confirma que nuestra actitud para con las verdades no debe ser aprenderlas en forma intelectual, sino todos los días comerla como la uva, que simboliza el suministro abundante del Espíritu y la vida. Asimismo, tampoco podemos dar descanso a nuestra vida del alma; antes, debemos “atarla”, es decir, negarla y alimentarnos de Cristo.
El espíritu, la actitud de un ceppevista, de alguien que esta siendo perfeccionado, es no darle lugar a la vida del alma; al contrario, en todo momento se vuelve al espíritu. Así tiene que ser la vida de la iglesia. Hay muchos hermanos que viven la vida de la iglesia normalmente, son buenos hermanos, siempre están presentes cuando la iglesia planifica salidas para predicar el evangelio, y son uno con la iglesia. Sin embargo, a veces, falta un poco de espíritu de lucha. Cuando la iglesia lo planifica, ellos participan. Cuando la iglesia no lo hace, ellos no se mueven, pues no han incorporado aún a su vivir este espíritu de ceppevista. Por eso es aconsejable que esos hermanos vayan al CEPPEV. Si ustedes no tienen tiempo, si trabajan mucho, si están muy ocupados con el trabajo, salgan unos días de vacaciones para ir al CEPPEV. ¡Marcará una diferencia! Esto produce en nosotros otro espíritu, el espíritu de Josué y Caleb, un espíritu ejercitado, guerrero, todo el tiempo luchando por el reino de Dios. En algunas ciudades hay CEPPEV los fines de semana para quien no tiene tiempo. Si la esposa y los hijos los acompañan, todos van a volver con el encargo de predicar el evangelio en todo lugar, de hacer colportaje.
En segundo lugar, debemos involucrarnos con el BooKafé. Allí hay un equipo de colportores con los cuales nos podemos relacionar. Debemos estar cerca de ellos, orando, saliendo, yendo a los eventos que ellos nos indiquen.
Si un matrimonio no puede involucrarse tanto, al menos puede ir delante del Señor y orar para que Él los lleve a producir frutos. Ellos pueden no saber que hacer, no tener elocuencia, no tener tanta instrucción en la verdad, pero tienen encargo. El matrimonio puede hacer una lista de nombres por los cuales orar e invitar a esas personas a una reunión en su casa. En este tipo de reunión puede leer una porción de un libro del Alimento Diario. Durante la lectura es importante usar el espíritu, leyendo con énfasis y orando con respecto al asunto leído. De esa manera, las palabras del libro les hablaran a las personas. Esto ha dado buen resultado en muchos lugares. Cuando tenemos a gente nueva, rostros nuevos en nuestros grupos familiares, somos renovados y forzados a alimentarnos más de la Vid verdadera para crecer más. Esto es lo que necesitamos.
Alimentarnos de la Palabra va a transformarnos de “pollinos” a “leones”, es decir, cambiará nuestra naturaleza caída y mundana en santa, espiritual y victoriosa. De ese modo, lavaremos nuestros vestidos en el vino y el manto en la sangre de uva; nuestros ojos brillaran del vino, y nuestro dientes serán blancos de la leche (Gn 49:11-12). Esto quiere decir que nuestra apariencia expresará al Señor que está en nuestro interior.
Cuando sólo buscamos conocer la verdad, sin que ella sea nuestra práctica, nuestra experiencia, obtenemos mucha doctrina y conocimiento, pero no tenemos el brillo en los ojos; nos volvemos maestros del saber, pero no tenemos los dientes blancos. ¿Qué tipo de vivir queremos tener? ¿Un vivir lleno de conocimiento, pero poco fructífero? O ¿Tener los ojos brillando de tanto comer “uva”, es decir, alimentarnos del Señor en Su Palabra, practicándola y andando en la verdad y en amor, amando a las personas, cooperando con el Señor para propagar esa realidad en toda la tierra habitada?
Punto clave: Permanecer en el Señor y practicar Su Palabra nos hará fructíferos.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué podemos hacer para que nuestra vida cristiana y la vida de la iglesia en nuestra ciudad “brillen”?
Lectura de apoyo:
Venga Tu reino – caps. 13 y 37 – Dong Yu Lan.
El ejercito de Israel y el servicio de los levitas –cap. 2 – Dong Yu Lan.
La venida del Señor está cerca – caps. 6 y 9 – Dong Yu Lan.
¡Jesús es el Señor!