AGUAS REFRESCANTES 20 de NOVIEMBRE
El mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17: 14.
Mirando desde el punto de vista de la elección de Dios, somos sacados del mundo, pero del punto de vista de nuestra nueva vida no pertenecemos para nada al mundo, sino que somos de arriba, de origen celestial. Como pueblo de Dios, el cielo no es para nosotros tan sólo nuestro destino, sino también nuestro lugar de origen. Esto es algo maravilloso, el pensar que en ti y en mí hay un elemento que es esencialmente extra-mundial. Tan de otro mundo es, que no importa cómo o cuánto progresa este mundo, ese elemento que hay en nosotros nunca puede asemejarse a él. La vida que tenemos como don de Dios no tiene correspondencia alguna con el mundo, pero sí está en' perfecta correspondencia con el cielo.
Aunque estemos en contacto con el mundo diariamente nunca nos permitirá afincarnos y sentimos cómodos aquí. Tan pronto el mundo toma contacto con aquello que en nosotros es de origen divino, su hostilidad se manifiesta de inmediato. Por otra parte, esto no es de sorprender, pues no importa cuánto evolucione el mundo, jamás podrá producir un solo cristiano.
W. Nee
Jesús es el Señor!
La iglesia en Armenia