Entrar en el reino de los cielos para ganar el galardón – semana 6
Lunes
Lectura bíblica:
Is 53:11-12;'Mt 1:18, 21, 23; 2:1-4;]n 1:46; Ro 3:23; He 2:14
Leer con oración:
“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad" (Mi 5:2).
EL NACIMIENTO DEL REY
El evangelio de Mateo muestra la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham, que nació de una virgen -María- con el propósito de salvamos.
Esto muestra que nuestro Rey es el Hijo del Hombre, un ser humano normal y perfecto que, como tal, está calificado para morir en nuestro lugar. Sólo siendo humano como nosotros, Él podía sustituimos y pagar el precio por nuestros pecados.
Puesto que la carne es pecaminosa, el Señor vino en semejanza de carne de pecado y murió por nosotros en la cruz, tomando sobre Sí nuestros pecados (He 2: 14; Is 53:11.12). En el aspecto negativo, el Señor vino para salvar al hombre de Sus pecados, fue llamado Jesús, que quiere decir Jehová nuestra salvación (Mt 1:21); en el aspecto positivo, recibió el nombre de' Emanuel, Dios con nosotros (v. 23). Veamos un poco más cómo fue el nacimiento del Rey del reino de los cielos.
Cuando Jesús nació vinieron del oriente a Jerusalén unos magos guiados por una estrella, a fin de encontrado y adorado (2:1,2).
Cuando los magos llegaron a Jerusalén preguntaron sobre el nacimiento del Rey. El rey Herodes al oír esto se turbó, y toda Jerusalén con él (v. 3). Entonces los sacerdotes y escribas fueron llamados para explicar en donde nacería el Señor, ya que ellos también tenían información sobre el nacimiento de Cristo.
Dios había dejado registrado en Su Palabra el lugar del nacimiento del Rey: "Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel" (v. 6; cfr. Mi 5:2). Aquellos magos habían traído valiosos obsequios para el niño y, después de entregárselos volvieron por otro camino.
El rey Herodes quería tener más informaciones con respecto al nacimiento del niño porque se sentía amenazado. Cuando se le comunicó el lugar y la época de Su nacimiento mandó matar a todos los niños menores de dos años (Mt 2:16).
Esto indica que Satanás usurpó la tierra y no deseaba que el Rey naciera, además del hecho de que el Señor Jesús era el Rey que vino a los suyos, pero éstos no le recibieron (Jn 1:11).
Así que, antes de la matanza de los niños, José -el marido de María- había sido advertido en sueños y huyó con el niño Jesús y Su madre a Egipto. Tiempo después, habiendo muerto Herodes, José volvió con ellos a la tierra de Israel. Ellos no se instalaron en Belén, o Jerusalén que era una gran ciudad, sino en la región de Galilea, un lugar pobre (Mt 2:22). Ellos fueron a vivir a Nazaret, un lugar de pecadores, sin mucha cultura y por ende, despreciado (v. 23; cfr. Jn 1:46).
Así, el Rey del reino de los cielos, después de nacer en un pesebre y huir para no ser muerto, creció en un lugar despreciado por todos y fue llamado el Nazareno.
Punto clave: Jesús y Emanuel.
Pregunta: ¿Por qué no querían recibir al Rey de los judíos?
Martes
Lectura bíblica:
Lv 7:31-35; 8:7-9; Mt 3:4,11; Lc 1:2-5,8,13; 15:7, 17-20,32
Leer con oración:
“Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" (Mt 3:2)
CAMBIO DE MENTALIDAD
Ayer vimos el nacimiento del Rey del reino de los cielos. Hoy veremos un poco sobre Su precursor: Juan el Bautista.
Antes que comenzara el ministerio de Su Hijo, Dios envió a Juan el Bautista como precursor para preparar el camino del Señor (Lc 1:76). Juan sabía que Jesús era el Rey y les predicó a las personas para que se arrepintieran porque el reino de los cielos se había acercado (Mt 3:2).
Arrepentirse no es sentir un remordimiento, sino tener un cambio de mentalidad, un cambio en la manera de pensar (Lc 15: 7, 17 - 20, 32).- Juan predicó el arrepentimiento porque los judíos vivían bajo la influencia del alma. Puesto que en sus mentes eran muy religiosos, Juan les habló del arrepentimiento, de un cambio en la manera de pensar.
Juan el Bautista era un descendiente de sacerdotes (1:8, 13), pero fue preparado por Dios para ser el precursor del Señor. Aunque era del linaje sacerdotal, aceptó la comisión divina y rechazó ser un sacerdote según la manera tradicional, establecida en el Antiguo Testamento. Por la práctica tradicional, debía usar trajes sacerdotales, pero usaba vestiduras de piel de camello y un cinto de cuero. Así se convirtió en una afrenta para la tradición religiosa (Mt 3:4; cfr. Lv 8:7 9).
El precursor del Señor dejó de lado la tradición sacerdotal y sus costumbres. Si él hubiera servido en el templo, podía comer de los alimentos ofrecidos a los sacerdotes, como carnes, panes y las ofrendas de diversos alimentos. Las comidas en el templo eran abundantes, pero,- aunque tenía el derecho de participar de ellas, Juan el Bautista prefirió- ir al desierto y alimentarse de langostas y miel silvestre (Mt 3:4; Lv 7:31 35).
Además de predicar, Juan también bautizaba a las personas, las llevaba a tener un cambio de manera de pensar y les mostraba la necesidad de sepultar todo lo que era antiguo. Les decía: "Yo a la verdad os bautizo en: agua para arrepentimiento" (Mt 3:11a). Su meta era que las personas cambiaran de mentalidad; en otras palabras, era como si dijera: "ustedes deben salir de la tradición religiosa, porque el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; Él es el Rey del reino de los cielos".
punto clave: Arrepentirse para recibir al Rey.
Pregunta: ¿Cuál era la función de Juan el Bautista?
Miercoles
Lectura bíblica:
Mt 3:11-12; Ro 12:11; 2 Co 11:23-27; 1 TI 5:19; 1 P 1:6-7, 4:12
Leer con oración:
"Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad" (He 12: 10).
EL BAUTISMO EN ESPÍRITU SANTO Y FUEGO
Ayer vimos que Juan el Bautista fue enviado para predicar el arrepentimiento y bautizar, conforme a sus propias palabras registradas en Mateo 3: 11: "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego".
El Señor nos dio una nueva luz en cuanto a la interpretación de este versículo. Si observamos con cuidado, veremos que al final dice "bautizará en Espíritu Santo y fuego". En el pasado, pensábamos que el texto indicaba que el bautismo sería en el Espíritu para los que creyesen, y en el fuego para los incrédulos.
Creíamos que el fuego del versículo 11 se refería al fuego del juicio eterno, como en el versículo 12: "Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará". Pero eso sólo sería correcto si el versículo 11 dijera que: "bautizará en Espíritu Santo o en fuego".
Ciertamente, cuando recibimos al Señor Jesús, ambos -el Espíritu Santo y el fuego- entraron en nuestro espíritu y van, poco a poco, expandiéndose hacia nuestra alma, esto indica crecimiento de vida (Ro 12:11; 1 Ts 5:19). Este fuego que está en nuestro espíritu sirve para quemar las impurezas de nuestro interior.
El apóstol Pedro nos enseñó mucho sobre esto, pues tuvo muchas experiencias de estar bajo ese fuego. Antes, nuestro concepto era que los sufrimientos psicológicos o los que provenían de las circunstancias, como los descritos en 2 Corintios 11:23,27, eran para que nos negáramos a nosotros mismos, y de esa manera, perdiéramos la vida del alma. Creíamos que sufrimientos como las enfermedades y los choques de automóviles nos sobrevenían porque el Señor quería que negáramos nuestra vida del alma. A pesar de que tienen cierto provecho, percibimos que éstos no producían muchos resultados, pues nuestra vida del alma permanecía firme después de que el sufrimiento pasaba.
Sin embargo, a través de la experiencia del apóstol Pedro, obtuvimos la revelación de que los sufrimientos que realmente eliminan nuestras impurezas son los que resultan de las experiencias de ser expuestos por la luz del Señor, es así como podemos ver nuestras fallas y arrepentimos (1 P 1:6,7; 4:12).
Punto clave: La luz del Señor que nos expone sirve para eliminar nuestras impurezas.
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre los sufrimientos vividos por Pablo y Pedro?
Jueves
Lectura bíblica:
Mt 3:14,15; 9:14;Jn 3:25,26; 1 P 1:6,7
Leer con oración:
"Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó" (Mt 3: 15).
CUMPLIR LO QUE DIOS DETERMINÓ
Ayer leímos que los sufrimientos son necesarios para nuestra purificación (1 P 1:6,7). Aunque usted no se haya rebelado contra Dios, necesita del Espíritu y del fuego para quemar todas sus impurezas, todo aquello que hay de natural en su ser. El. Espíritu y el fuego son para quemar nuestra vida del alma. El mismo Señor Jesús vivió experiencias difíciles. Él pasó por grandes dificultades y sufrimientos.
Cuando el Señor Jesús fue hasta Juan el Bautista para ser bautizado, él se le opuso diciendo: "Yo necesito ser bautizado por ti" (Mt 3:14). Juan el Bautista, que bautizaba con agua, había confesado que el Señor era mayor que él y que bautizaría en Espíritu Santo y fuego. Por eso Juan no comprendió porqué Jesús debía ser bautizado por él, y no como él pensaba.
Por haber recibido un cuerpo de María, Jesús poseía la carne humana, que estaba sujeta a las debilidades y por eso, tenía que ser bautizado.
El Señor Jesús sabía que necesitaba ser bautizado y le respondió a Juan: "Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia" (v. 15). Esta palabra no se
refiere a la justicia que está relacionada con el pecado. "Conviene que cumplamos toda justicia", significaba cumplir lo que Dios había determinado, cumplir lo que Él había establecido. En seguida, Juan bautizó al Señor.
Sin embargo, es interesante ver que Juan el Bautista no fue bautizado por el Señor. Él debió haber sido bautizado y ser Su discípulo. Pero, por el contrario, lo que sucedió fue que Juan mantuvo su propio grupo de discípulos y no los llevó para ser bautizados por el Señor Jn 3:25 26). Hay un registro bíblico donde vemos que los discípulos de Juan llegaron a cuestionar al Señor sobre el porqué Sus discípulos no ayunaban, mientras que ellos y los fariseos lo hacían (Mt 9:14).
Después que Jesús fue bautizado, el rey Herodes apresó a Juan que, desde la cárcel, envió a sus discípulos para preguntar al Señor si Él era Aquel que había de venir o tendrían que esperar a otro (11:2 3), como cuestionando al Señor por no haber hecho nada para sacarlo de la prisión.
Esta situación es semejante a la registrada en el libro de los Hechos, cuando Pedro y Juan se encontraban en la prisión y fueron liberados (Hch 4:19 21j 12:7 11). Entonces ¿Por qué Jesús no liberó a Juan el Bautista? Porque Juan y sus discípulos estaban compitiendo con el Señor en vez de seguirlo.
Finalmente Juan fue decapitado por Herodes, esto es una advertencia para nosotros, él debió haber aceptado el bautismo del Señor Jesús.
Al responder a los enviados de Juan, el Señor mandó que le hicieran saber las cosas que estaban oyendo y viendo (Mt 11:4). En otras palabras, le mostró que tenía
el poder para librarlo, pero no lo haría porque esa no era la voluntad de Dios.
Punto clave: Los sufrimientos son necesarios.
Pregunta: ¿Cuál es la finalidad del bautismo en Espíritu y en fuego?
Viernes
Lectura bíblica:
Dt 8:1-3,9-10; Mt 3:13, 17; 4:2-4
Leer con oración:
"Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre" (Dt 8:3).
ALIMENTARSE DE LO QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS
Después que el Señor fue bautizado y salió del agua, los cielos se abrieron y el Espíritu de Dios descendió como paloma sobre Él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" (Mt 3: 17). Dios estaba proclamando y confesando que Jesús era Su Hijo amado. Él fue ungido por el Espíritu Santo y llegó a ser el Cristo.
La palabra Cristo significa ungido. Ser ungido es recibir una comisión. El Señor recibió una comisión del Padre y a partir de ese entonces comenzó a ejercer Su ministerio de predicar el evangelio del reino de los cielos. Pero antes de eso fue necesario pasar por una dura experiencia, que es el tema de esta semana.
El capítulo cuatro del Evangelio de Mateo registra que el Señor fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Después de estar cuarenta días sin comer, el tentador vino a él y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan" (v. 3).
Las palabras del diablo estaban basadas en las palabras del capítulo ocho de Deuteronomio. Esta porción bíblica detalla las riquezas de la tierra de Canaán, que era una tierra de la cual fluía leche y miel. Allí había todo lo que el ser humano necesita para vivir.
Sin embargo, había una condición estipulada por Dios para que disfrutaran de todas las riquezas de aquella tierra: "Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos" (8:1 2).
Estos versículos muestran que el Señor usó la permanencia del pueblo de Israel en el desierto con el propósito de saber lo que había en su corazón.
Los versículos 9 y 10 describen las riquezas de la tierra de Canaán: "tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado".
Como Hijo de Dios, el Señor Jesús podía hacer el milagro de transformar aquellas piedras en pan, pero Él no lo hizo ni cayó en la tentación del diablo, sino respondió: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4:4; cfr. Dt 8:3b).
Dios puede hacer que las piedras de hierro y cobre se transformen en alimento. Pero todo eso es una prefiguración, pues lo que realmente tenemos que comer es la palabra de Dios.
El Señor Jesús pasó cuarenta días ayunando y tenía mucha hambre al ser tentado por el diablo, pero, aunque Él transformara aquellas piedras en panes, éstos jamás satisfacerían Su real necesidad. En realidad, la palabra que sale de la boca de Dios es siempre lo más importante.
En cuanto a nosotros, también sentimos hambre, pero no vivimos sólo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Esta es nuestra real necesidad.
Punto clave: La Palabra es lo que verdaderamente necesitamos.
Pregunta: ¿Por qué el Señor respondió al diablo con Deuteronomio 8:3?
Sábado
Lectura bíblica:
Dt 6:13,16; Sal 91:11-12; Mt 4:5-11
Leer con oración:
"Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en Piedra" (Sal 91: 11-12).
VENCER LAS TENTACIONES POR MEDIO DE LA PALABRA
Después de tentar al Señor Jesús por primera vez y fallar, el diablo Lo llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra" (Mt 4:5-6).
Satanás usó los versículos 11 y 12 del Salmo 91: "Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra". Y la respuesta del Señor a tal proposición fue: "Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios" (Mt 4: 7). Las palabras de Jesús estaban basadas en Deuteronomio 6: 16, cuando Dios le advirtió al pueblo de Israel a no tentarlo como lo hicieron en Masah, recibiendo las consecuencias sobre sí mismos. Con esa respuesta del Señor, por segunda vez, Satanás fue derrotado.
Pese a ello, no desistió y vino nuevamente para tentar al Señor: "Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares" (Mt 4:8,9). Hay muchos que si hubiesen estado en la posición del Señor, habrían aceptado la oferta hecha por Satanás. No obstante, el Señor no actuó de ese modo, sino que le dijo: "Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás" (v. 10). Estas palabras tienen como base Deuteronomio 6: 13.
Satanás usó la palabra de Dios para tentar al Señor Jesús, pero Él siempre respondió y venció la tentación por medio de la misma Palabra divina. El resultado fue que el diablo Lo dejó y vinieron ángeles para servirlo (v. 11).
Punto \Clave: Adorar al Señor en vez de tentarlo.
Pregunta: ¿De qué manera el Señor venció a Satanás?
Domingo
Lectura bíblica:
Is 9: 1; Mt 4: 15 16'
Leer con oración:
"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros" (Co13:16a).
LA LUZ DE LA PALÁBRA
Esta semana vimos que Jesús, el Rey del reino de los cielos, es el Hijo de Dios, pero también es el Hijo del Hombre. Como hombre normal y perfecto -sin pecado¬ estaba apto para morir en nuestro lugar, a fin de que Dios nos perdonara de nuestros pecados.
Inmediatamente después que Jesús nació Su vida fue puesta en riesgo, pues Herodes, el gobernante de aquella época, quería matarlo. Sin embargo, Dios actuó soberanamente y Lo libró de las garras de Sus perseguidores. Él fue criado en Nazaret, una tierra despreciada, y fue conocido como el Nazareno.
Antes de comenzar Su ministerio como el Cristo, Dios envió a un precursor para preparar el camino del Señor, a Juan el bautista, que predicaba el arrepentimiento y bautizaba a las personas. Él rompió con las prácticas religiosas tradicionales y predicaba para que todos tuvieran un cambio de mentalidad, ya que el reino de los cielos se había acercado y su Rey estaba listo para manifestarse.
El mismo Juan dio testimonio con respecto al Señor diciendo que Él bautizaría en Espíritu y fuego. Tanto el Espíritu como el fuego son para nuestro crecimiento de vida. Cuando nos sobrevienen las tribulaciones, el fuego interior nos quema y, así como el oro es purificado por el fuego, el valor de nuestra fe es probado. El Espíritu y el fuego queman todas las impurezas contenidas en nuestra vida natural.
Después de ser bautizado por Juan, el Señor fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Jesús fue tentado tres veces, pero en todas ellas derrotó al tentador puesto que usó con sabiduría la palabra dc Dios.
Luego de ser tentado por el diablo, el Señor Jesús se fue a Galilea para vivir en Capernaum, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: "Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció" (Mt 4:15-16; cfr. Is 9:1).
El Señor venció las tentaciones y le mostró a las personas que necesitaban de la luz. Quien está en tinieblas no puede entender las palabras de Dios. Necesitamos de la luz del Señor que recibimos por medio de Su Palabra, para no permanecer en las tinieblas. Satanás siempre desea llevarnos a las tinieblas, pero el Señor nos lleva a la luz. ¡Aleluya!
Oímos y recibimos las palabras del Señor, que son la luz del mundo. Respondamos con Sus palabras a las tentaciones de Satanás. Necesitamos más de las palabras del Señor para que también moren en abundancia en nuestros corazones (Col 3:16).
Punto clave: Estar en la luz para vencer las tinieblas.
Pregunta: ¿De qué manera el Señor comenzó Su ministerio?
Lectura de apoyo:
Jóvenes: participantes de la naturaleza divina - cap. 2 ¬Los editores
Venga Tu reino - cap. 11
Dong Yu Lan
Jesus es el Señor!
La iglesia en Armenia