La confesión nos salva de una manera practica
Romanos 10:9 Que si confiesas con tu boca a Jesús como Señor, y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. (10) Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.
Supongamos que usted no abre su boca, pero dice mentalmente: "He decidido seguir al Señor Jesús, ahora yo soy de Él. Los demás lo seguirán considerando igual a ellos. Así que cuando pecan o se ven involucrados en concupiscencias, piensan que usted está del lado de ellos. Usted sabe en su corazón que es cristiano y que no está bien andar con ellos, pero no puede rechazarlos porque no quiere disgustarlos. Al principio inventa pretextos para no aceptar sus invitaciones, pero la presión de ellos continúa y tiene que pensar en una nueva excusa o quizás dos más para no ir con ellos. ¿Por qué no decir desde un principio que usted es creyente? Todo lo que tiene que hacer es confesar una o dos veces para que dejen de molestarlo.
Si usted no confiesa públicamente, es decir, si es un cristiano secreto, será más difícil para usted que para los que son cristianos abiertamente, ya que las tentaciones serán mucho más fuertes para usted que para los otros cristianos que confiesan al Señor. Es mejor que declare desde el primer día: "He creído en el Señor Jesús y lo he recibido en mi corazón". Una vez que usted haga saber esto a sus compañeros de clase y de trabajo, a sus amigos y familiares, ellos sabrán qué clase de persona es usted, y eso le ahorrará muchos problemas; de lo contrario, usted se encontrará con muchos obstáculos. Confesar al Señor evita muchas contrariedades.
******************************
Aguas refrescantes 31 de diciembre
En medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo. Filipenses 2: 15. .
Un candil debe iluminar hasta que esté totalmente consumido y de la misma manera el testimonio de un hombre debe continuar hasta su muerte. Si la luz de un candil ha de permanecer será necesario, entonces, que encienda otro candil antes de que esté totalmente apagado. Al encender un candil tras otro, la luz puede perma¬necer hasta que llegue a cubrir todo el mundo. Tal es el testimonio de la Iglesia.
Cuando el Hijo de Dios vino al mundo encendió varios candiles. Más tarde encendió otro candil en Pablo y por supuesto muchos otros. Durante dos mil años desde en¬tonces la luz de la Iglesia ha continuado brillando de candil en candil. Muchos han sacrificado sus propias vidas para encender la de otros, y si bien un candil se apaga el otro sigue iluminando, y así en forma sucesiva y continuada. Por tanto, ¡ve y testifica para el Señor! Que su testimonio ilumine en la tierra de manera ince¬sante.
W. Nee
Jesús es el Señor!
laiglesiaenarmenia@yahoo.com,
Tels: 7461843 – 312 2501173 – 315 6009339