Las funciones del cuerpo se manifiestan en las reuniones
1 Corintios 14:26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene enseñanza, tiene revelación, tiene lengua, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.
Colosenses 3:16 ...enseñándoos y exhortándoos unos a otros con salmos e himnos y cánticos espirituales...
1 Tesalonicenses 5:11 Por lo cual, consolaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis...
Hebreos 3:13 Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: "Hoy"...
El funcionamiento mutuo de los miembros del Cuerpo se expresa y realiza específicamente en las reuniones. La ayuda mutua, la influencia mutua y el cuidado mutuo de los miembros (los ojos ayudan a las piernas, las orejas a las manos, y las manos a la boca) se manifiestan mucho más claramente en las reuniones. Muchas respuestas a nuestras oraciones y la luz que como individuos no podemos obtener, las recibimos cuando asistimos a las reuniones. Lo que vemos como individuos jamás puede compararse con lo que vemos en las reuniones.
Cuando los hijos de Dios se juntan es natural que actúen en mutualidad. No sabemos cómo funciona esta mutualidad del Cuerpo a en las reuniones, pero sabemos que esto es un hecho. Cuando un hermano se pone de pie, podemos percibir la luz; si otro se levanta, sentimos la presencia del Señor; si alguien ora, tocamos a Dios, y si testifica, sentimos el suministro de vida. Es imposible explicar este fenómeno, porque va más allá de las palabras. Cuando el Señor regrese sabremos con exactitud cómo opera el Cuerpo de Cristo en mutualidad. Todo lo que podemos hacer ahora es obedecer el mandato del Señor.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento. "Palabras del ministerio" proviene de “Mensajes para creyentes nuevos”, escrito por Watchman Nee, #10, págs. 3-4. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA. Los versículos del Antiguo Testamento son tomados de la versión Reina Valera 1960.
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Aguas refrescantes 4 de Febrero
“En Jehová se gloriará mi alma”. Salmo 34:2.
Osadamente declaramos que el pecado está debajo de, nuestros pies, pero al mismo tiempo confesamos con temblor que siempre estamos expuestos a volver a pecar. Estas experiencias contrastantes corren en forma paralela a través de todas las Escrituras, y son parte integrante de nuestra vida cristiana. El problema es que somos pro¬pensos a prestar atención a sólo una de las dos.
Existen por una parte, algunas declaraciones fuertes de las Escrituras: “Dios... nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús" (2 Co. 2:14), y "el pecado no se enseño¬reará de vosotros" (Ro. 6:14). Estas son afirmaciones osadas y hasta jactanciosas. Sin embargo, la misma persona que hace estas afirmaciones, dice con la mayor humildad: "... los pecadores, de los cuales yo soy el primero". "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos." (1 Ti. 1:15; 1 Jn. 1:
. Si estas decla¬raciones tan opuestas han de ser reconciliadas debemos concluir que las dos experiencias en conjunto componen la vida del cristiano. Debemos conocer la plenitud de Cristo y la corrupción que está en nosotros.
W. Nee
Jesus es el Señor!
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