EL SUMINISTRO DEL CUERPO
Lectura bíblica: Ef. 3:3-6; 2:15; Col. 3:10-11; 1 Co. 12:20-21; Ro. 12:3-6
LA NECESIDAD DEL SUMINISTRO DEL CUERPO
Todo cristiano debe saber que simplemente es un miembro del Cuerpo. Si no cuenta con los demás miembros, no sobrevivirá. En el Cuerpo todos los miembros deben estar perfectamente unidos para llegar a ser el Cuerpo. Todos los miembros del Cuerpo se relacionan mutuamente y no pueden separarse el uno del otro. Entre los miembros debe haber una relación y una suministración mutua, pues sólo así podrán sobrevivir. Si el cristiano lleva una vida independiente, tarde o temprano se debilitará y se secará. Si soy una oreja, no puedo ver y ni siquiera debo tener la esperanza de ver por mi propia cuenta. Todo el cuerpo depende exclusivamente de los ojos para poder ver, y no importa cuánto oremos, jamás podremos lograr que los demás miembros tengan vista. Si soy una oreja, ¿qué debo hacer si quiero ver algo? Debo acudir a los ojos —a un hermano o hermana que tenga vista— y buscar ayuda. Para progresar en el Señor, debemos reconocer el suministro que El puso en el Cuerpo y abastecernos del mismo. El Cuerpo en su totalidad se edifica por la interdependencia entre los miembros.
Cuando estuve en el sudeste de Asia, tuve una conversación con algunos hermanos y hermanas. Alguien me preguntó: “¿Por qué no estoy lleno de vida como antes? No he cometido ningún pecado específico del cual esté consciente, y tampoco he desobedecido al Señor de ninguna forma. Tampoco he retirado mi consagración ni he cambiado de parecer en cuanto al dinero que le he ofrecido a El. Aparentemente, no he tenido ningún cambio en mi condición espiritual. Pero, ¿por qué no soy el mismo que era antes? Siento que he perdido el gozo y la vitalidad que una vez tuve”. Le respondí: “La razón es que has vivido encerrado en ti mismo demasiado tiempo. Debes entrar en la vida del Cuerpo”. Para que un miembro tenga una vida normal, debe recibir el suministro de los demás miembros. Si un hombre no vive en el Cuerpo de Cristo, no recibe la suministración del Cuerpo. Ningún miembro puede decir que no necesita a los demás, ni puede separarse de los demás para vivir aisladamente.
Romanos 12:3 dice: “Que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener”. No debemos tener un concepto demasiado elevado de nosotros mismos ni debemos pensar que otros son inferiores. No debemos menospreciar ni rechazar a otros miembros del Cuerpo. Pedro pensaba que todos los miembros podían caer y fallar, pero él no. Sin embargo, cuando vino la prueba fracasó igual que todos. Aquellos que tienen un concepto elevado de sí mismos y menosprecian a los demás miembros, tarde o temprano terminarán en problemas. En el Cuerpo de Cristo cada creyente es un miembro, y nada más que un miembro. Por lo tanto, ningún miembro puede vivir sin los demás, y mucho menos menospreciarlos.
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
Watchman Nee
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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