hgo1939 Moderador
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| Tema: IMPORTA LA PERSONA, NO LAS DOCTRINAS Sáb Feb 19, 2011 3:55 pm | |
| IMPORTA LA PERSONA, NO LAS DOCTRINAS Aprender doctrinas no nos hace obreros calificados que sirvan a Dios. Lo que importa es la clase de persona que seamos, pues el medio por el cual la obra se lleva a cabo, es la persona misma. Por lo tanto, esto depende del grado al que Dios haya quebrantado nuestra persona. ¿Qué podría ministrar a la iglesia una persona sin transformación, aunque tenga doctrinas correctas? La lección básica que debemos aprender para ser vasos útiles al Señor es que nuestro hombre exterior debe ser quebrantado. Dios ha estado obrando en nosotros durante años. Aunque no nos demos cuenta de ello, día tras día El procura llevar adelante su obra de quebrantamiento por medio de los sufrimientos y las dificultades. Cuando queremos ir en una dirección, no nos lo permite, y cuando queremos ir en otra, nos detiene de nuevo. Vez tras vez la mano de Dios nos ha detenido. Si no vemos la mano de Dios obrar en las diferentes situaciones que nos rodean, deberíamos pedirle: “Dios, abre mis ojos para poder ver Tu mano obrar”. En ocasiones la vista de un asno es más aguda que la de un presunto profeta. La Biblia habla de un asno que vio a un mensajero de Jehová, mientras que su propio amo no lo podía ver. El asno comprendió que la mano de Dios les prohibía seguir adelante, pero el autodenominado profeta no lo entendía. Debemos comprender que Dios obra en nosotros quebrantándonos. Por años Dios ha tratado de quebrantar y desmenuzar nuestro hombre exterior, con el propósito de que nuestro yo no permanezca intacto. Desafortunadamente, muchos piensan que lo que necesitan es aprender doctrinas, acumular mensajes para predicar y asimilar más exposiciones de la Biblia. Pero esto es totalmente erróneo. Lo que la mano de Dios intenta hacer es quebrantarnos para que no sigamos nuestro propio camino, nuestros pensamientos ni nuestras decisiones, sino los Suyos. Dios procura quebrantarnos completamente. El problema de muchos es que siempre que Dios se interpone en su camino, empiezan a culpar una cosa u otra por el obstáculo. Actúan como aquel profeta que no podía ver la mano de Dios y culpaba a su asno por haberse detenido. Todo lo que nos sucede es importante y es parte de los que Dios dispone en Su providencia. En la vida de un creyente nada sucede por casualidad ni es ajeno al mandato divino. Debemos humillarnos y aceptar lo que Dios ha dispuesto. Que el Señor abra nuestros ojos para que veamos que Dios prepara de antemano todo lo que nos rodea, conforme a Su propósito. El procura molernos por medio de todo ello. El día que Dios nos conceda Su gracia, aceptaremos gustosos todas las circunstancias que El disponga. Nuestro espíritu será liberado, y podremos usar nuestro espíritu. ES UNA LEY Y NO DEPENDE DE LA ORACION Ya vimos que Dios nos disciplina y quebranta para que el espíritu sea liberado y ejercitado, pero lo lleva a cabo según Su ley y no según nuestra oración. Esto significa que la liberación del hombre interior mediante el quebrantamiento del hombre exterior depende de una ley; no es algo que obtengamos por medio de la oración. La oración no puede modificar la ley de Dios. Si deliberadamente metemos nuestra mano al fuego orando para que nada nos pase, de todos modos nos quemaremos. (No me refiero a los milagros, sino a una ley natural.) Nuestra oración no puede cambiar la ley. Debemos aprender a someternos a la ley de Dios. No debemos pensar que la oración obrará por sí sola. Si uno no quiere quemarse la mano, no la debe meter al fuego pensando que la oración impedirá que le pase algo. Dios opera en nosotros de acuerdo con leyes. El hombre interior sólo puede ser liberado abriéndose paso a través del hombre exterior; ésta es una ley. A menos que el hombre exterior sea completamente quebrantado y desmenuzado, el hombre interior no podrá salir. Esta es la ley sobre la cual Dios opera. El tiene que quebrantarnos para abrirse paso en nosotros. No deberíamos desafiar esta ley pidiendo bendiciones. Tales oraciones no nos benefician, pues no pueden alterar la ley de Dios. La verdadera obra espiritual consiste en que Dios se exprese y brote por medio de nosotros. Este es el único camino que Dios tomará. Si alguien no ha sido quebrantado, el evangelio no brotará de él, Dios no podrá usarlo, ni podrá avanzar en el Señor. Debemos humillarnos sinceramente ante Dios, pues someternos a Su ley es mejor que ofrecer muchas oraciones. Trae más beneficio recibir por un momento la revelación del camino que Dios ha dispuesto, que rogar neciamente por bendiciones y que buscar Su ayuda para nuestra obra. Sería mejor dejar de orar así y decirle al Señor: “Señor, me humillo ante Ti”. Muchas veces orar por bendiciones no es más que un estorbo para Dios. A menudo anhelamos bendiciones pero ni siquiera hallamos misericordia. Deberíamos mejor pedir Su luz, aprender a humillarnos bajo Su mano y obedecer Su ley. Pues con la obediencia viene la bendición. Watchman Nee ¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre Literatura disponible en: corpocri@yahoo.com laiglesiaenarmenia@yahoo.com
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