LA JOYA DE LAS DOCTRINAS ES CRISTO
La fuente de nuestra fe es Cristo. Si no tenemos una relación con Cristo, no tenemos poder. Las doctrinas de Cristo están absolutamente unidas a Cristo. La gema de las doctrinas está en Cristo. Es inútil inferir y discutir en forma externa.
Examinemos ahora el libro de Romanos en el Nuevo Testamento. No daré muchas explicaciones. Más bien, solamente presentaré los hechos. Queremos ver lo que dice la Biblia.
Romanos 3:22 y 24 dicen: “La justicia de Dios por medio de la fe de Jesucristo, para todos los que creen. Porque no hay distinción ... siendo justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Estos versículos dicen que un hombre recibe el perdón de pecados y la justificación delante de Dios mediante la redención de Cristo Jesús. Tienen su base en una relación con Cristo. Sin la redención, los pecados del hombre no pueden ser perdonados.
POR MEDIO DE JESUCRISTO
Romanos 5:1 dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
El versículo 2 dice: “Por medio del cual también hemos obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos por la esperanza de la gloria de Dios”.
El versículo 10 dice: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos en Su vida”.
El versículo 11 dice: “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación”.
Todo lo que hemos recibido, tal como la justificación, la reconciliación, el estar firmes en la gracia, la salvación, el gozo en Dios, etc., es recibido por medio de Jesucristo. Simplemente aprovechándonos del acceso que tenemos en El, heredamos todo esto.
RECIBIMOS LA GRACIA POR EL
En Romanos 5:15 dice: “Pero no es el don de gracia como fue el delito; porque si por el delito de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia de Dios y el gratuito don en gracia de un solo hombre, Jesucristo”.
El versículo 17 dice: “Pues si por el delito de uno solo, reinó la muerte por aquel uno, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo”.
Mediante Jesucristo, la gracia y el don de Dios pueden ser otorgados sobre todos los hombres. También podemos reinar en vida debido a El. El versículo 21 dice: “Para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro”. Recibimos la vida eterna por medio de El. No depende del buen comportamiento del hombre.
CRUCIFICADOS CON EL
En Romanos 6:6 dice: “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El, para que el cuerpo del pecado sea anulado, a fin de que no sirvamos más al pecado como esclavos”.
El versículo 17 dice: “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de enseñanza a la cual fuisteis entregados”.
Esta es una doctrina vital en nuestra creencia: que por fe, estamos crucificados con Cristo, y el viejo hombre está anulado. Yo no me crucifico a mí mismo. Cuando Cristo fue crucificado, fui crucificado con El. Por esto soy liberado del pecado, ya no soy esclavo de él. De esta manera puedo estimarme muerto al pecado y vivo para Dios en Cristo. Esta es una gran doctrina que depende de la persona de Cristo.
LIBERADOS EN EL
En Romanos 7:24-25 dice: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias sean dadas a Dios, por medio de Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado”.
He aquí un hombre que fue constantemente derrotado por sus propios deseos carnales. Cuando estaba al final de sus esperanzas, clamando por liberación, vio el camino de la salvación: la liberación mediante el Señor Jesucristo. El poder de la liberación también está en el Señor.
NO MAS IMPOTENTES EN EL
En Romanos 8:1 dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. No hay condenación para aquellos que están en Cristo Jesús. “Condenación” no se refiere a ninguna clase de condenación común. Según algunos manuscritos de la Biblia descubiertos recientemente en Egipto, esta palabra tiene dos significados. El primero es un término legal; el segundo es una expresión diaria común. En el contexto legal significa condenación como un veredicto. Pero en su uso ordinario significa impotente, sin poder, atado, etc. Por esta razón traduciré esta porción como: “No hay pues ahora impotencia...”. Ya no hay más debilidad ni inhabilidad.
El versículo 2 dice: “Porque la ley del Espíritu de vida me ha librado en Cristo Jesús de la ley del pecado y de la muerte”. Aquí hay dos leyes. Originalmente, todos estábamos atados por la ley del pecado y de la muerte. Ahora la ley del Espíritu de vida nos ha librado; ya no estamos bajo el control de la ley del pecado y de la muerte. La ley del Espíritu de vida está en Cristo Jesús. ¿Ha visto usted esto? Una vez más, nuestra relación con El nos libera.
El versículo 10 dice: “Pero si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia”. Debido a que Cristo está en mí, puedo vivir.
MAS QUE VENCEDORES EN EL
En Romanos 8:35 y 37 dice: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? ... Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Aunque hay tanta angustia exteriormente, de todos modos somos más que vencedores. La fortaleza se obtiene yendo por medio de El. No somos capaces en nosotros mismos. Todo se logra por El y por medio de El.
De la misma manera, los versículos 38 y 39 dicen: “Por lo cual estoy persuadido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni potestades, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. ¿Por qué nada nos puede separar de Su amor? No es por causa de nuestras virtudes, sino porque este amor está “en Cristo Jesús Señor nuestro”. El amor está atado a la persona de Cristo. Cuando estamos en Cristo, estamos en este amor inseparable.
CRISTO HECHO NUESTRA SABIDURIA
Veamos en 1 Corintios.
En 1 Corintios 1:30 dice: “Mas por El estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho de parte de Dios sabiduría: justicia y santificación y redención”.
Yo mismo recibí mucha ayuda de este versículo. De Dios estamos nosotros en Cristo Jesús. No sólo eso, Dios ha hecho a Cristo nuestra sabiduría, ... etc. Pensamos que aunque no somos muy brillantes, si estudiamos más libros, leemos más la Biblia, y escuchamos más sermones, seremos más inteligentes. Pero esto no es lo que Dios dice. Dios ha hecho a Cristo nuestra sabiduría. Otra vez, la sabiduría está atada a Cristo. El llega a ser la sabiduría del hombre.
Decimos que somos injustos y que no podemos ver a Dios. Pero, ¿qué dice este versículo? Dice que Dios ha hecho a Cristo nuestra justicia. Ahora podemos enfrentarnos a Dios como si estuviéramos sin pecado.
Pensamos que somos demasiado corruptos; nuestros pensamientos son inmundos; somos orgullosos y siempre mentimos. No tenemos santidad. No obstante, Dios ha hecho a Cristo nuestra santidad. El puede trasmitirse hacia nuestro interior por medio de Cristo para ser nuestra santidad. Muchos han experimentado que si no hubiera sido por Cristo, no habría santidad en lo absoluto.
En cuanto a la salvación, parte de ella toca el futuro. No lo mencionaremos ahora. De cualquier manera podemos ver que Cristo es nuestra sabiduría, justicia, santidad y salvación desde el principio hasta el fin.
SER ENGENDRADOS EN EL Y CRECER EN EL
En 1 Corintios 3:1 dice: “Y yo, hermanos, no pude hablaros como a hombres espirituales, sino como a carne, como a niños en Cristo”. Según la Escritura, no importa cuál sea la edad física de uno. Lo que importa es la estatura en Cristo. De nuevo esta medida es aquella que está en Cristo.
En 1 Corintios 4:15 dice: “Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tenéis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio”. Solamente en Cristo puede alguien ser regenerado y engendrado por el evangelio.
ANDAR EN EL
En 1 Corintios 4:17 dice: “Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes, en todas las iglesias”.
He aquí un hombre que anda en Cristo. Descubrirá que no sólo aquí, sino en numerosos pasajes, se menciona que el andar cristiano debe ser un andar que está en Cristo.
W.Nee