ANDAR EN LA CARNE O EN EL ESPÍRITU 2 Cont….
El camino divino de la victoria no permite nada de nuestra acción, es decir, fuera de Cristo. Nuestra victoria consiste en escondernos en Cristo y no hacer nada, confiando que Él hará absolutamente todo. En el momento que nos movemos, empezamos a perder terreno Esto es porque en cuanto nos movemos corremos peligro, pues nuestras inclinaciones naturales nos llevan en dirección equivocada. ¿Dónde pues, buscaremos ayuda? Miremos ahora a Gálatas 5:17: “El deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne”. En otras palabras, la carne no batalla contra nosotros sino contra el Espíritu Santo, porque estos se oponen entre sí”, y es Él, no nosotros, quien enfrenta y procede con la carne. ¿Qué es el resultado? “...para que no hagáis lo que quisiereis”.
Creo que muchas veces hemos interpretado mal el significado de la última cláusula de este versículo. Veamos. ¿Cómo procederíamos nosotros naturalmente? Seguiríamos un curso de acción llevados por nuestros propios instintos y divorciados de la voluntad de Dios. El efecto pues de negarnos a actuar de nosotros mismos será que el Espíritu Santo tendrá libertad de enfrentar y tratar con la carne en nosotros, con el resultado de que no haremos lo que por naturaleza haríamos: es decir no obraremos de acuerdo a nuestra inclinación natural, no emprenderemos planes propios; sino que hallaremos nuestra satisfacción en su perfecto plan.
Si vivimos en el Espíritu, podemos quedarnos a un lado y contemplar cómo el Espíritu Santo gana nuevas victorias sobre la carne cada día. “Andad según el Espíritu, y no cumpliréis los deseos de la carne” (Gá. 5: 16, V.M.). El Espíritu Santo nos ha sido dado para encargarse de este asunto. Nuestra victoria reside en escondemos en Cristo, y en confiar en sencillez que su Santo Espíritu vencerá en nosotros las concupiscencias carnales con sus propios nuevos deseos. La Cruz ha sido dada para procuramos la salvación: el Espíritu Santo ha sido dado para llevarla a cabo en nosotros. Cristo crucificado, resucitado y glorificado, es la base de nuestra salvación: Cristo en nosotros por el Espíritu es el poder de nuestra salvación.
Tomado de: “La Vida cristiana normal”
W. Nee
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - Ιησους ειναι ο Λορδος - Иисус – Господь - يسوع هو الرب - 耶稣是主 - 主イエスは - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre
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