LA RENOVACION DE LA MENTE
En la Biblia la palabra griega nous se traduce de dos maneras. En algunas partes se traduce “mente”, y en otras “entendimiento”. Esta palabra aparece veinticuatro veces en el Nuevo Testamento. Más adelante, haremos una lista de las citas bíblicas. Después de esto veremos cómo esta expresión se relaciona con los creyentes, quienes deben renovar su mente (gr. nous), para poder avanzar en la senda espiritual.
El hombre consta de tres partes: espíritu, alma y cuerpo. La Biblia nos muestra que el hombre no sólo tiene un espíritu sino también un cuerpo y además un alma. ¿Por qué tiene el hombre un alma además de tener un espíritu y un cuerpo? El alma se halla entre el espíritu y el cuerpo y sirve como conexión o intermediaria entre el espíritu y el cuerpo. Todo lo que Dios quiere darnos a conocer, nos lo da a conocer por medio de la intuición del espíritu. El espíritu nos hace conscientes de Dios, y nos faculta para tener comunión con El y percibirlo. Dios nos dio el cuerpo para que tuviéramos contacto con el mundo; y por medio de él podemos percibir todo lo que hay en el mundo físico. Dios también nos dio un alma, la cual nos hace conscientes de nosotros mismos y permite que sintamos. Los seres humanos no somos como los ángeles que tienen espíritu pero no poseen cuerpo, pues nosotros tenemos espíritu y cuerpo. Y todo lo que hay en nuestro espíritu y en nuestro cuerpo se expresa por medio de nuestra alma.
EL CORAZON DEL HOMBRE
Quisiera hacer notar que el corazón del hombre es lo que conocemos como la mente del hombre. Lo que por lo general llamamos corazón, según la Biblia es la conciencia que está en el espíritu del hombre junto con la mente que está en su alma. El espíritu es el órgano con el que el hombre se comunica con Dios, a fin de tener una relación íntima con El, entender Su voluntad y conocerlo. El corazón es el administrador del espíritu, pues expresa todo lo que éste contiene y se compone de la conciencia y de la mente del hombre. La Biblia se refiere al corazón en estos términos. Por lo tanto, el corazón es la zona de interacción e intersección entre el espíritu y el alma. Es como la central de una compañía telefónica, donde todas las líneas y las llamadas se entrecruzan. Todo lo que ha de entrar en el espíritu tiene que pasar por el corazón, y todo lo que brota del espíritu se expresa por medio del corazón, puesto que el corazón es el lugar de interacción, el punto de contacto y el lugar de recepción mutua. El espíritu llega al alma por medio del corazón. El alma con todas las sensaciones externas llega al corazón y de allí pasa al espíritu. En el corazón está nuestra personalidad y nuestro verdadero yo. Así que, el corazón es el yo. Debemos leer la Biblia y averiguar lo que dice con respecto al corazón. Así nos daremos cuenta de que éste tiene una estrecha relación con nosotros y ocupa una posición muy importante. Leamos varios versículos en la Biblia con respecto al corazón.
Salmos 4:4: “Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad”. En otras palabras, el corazón es el yo; es por eso que uno se comunica valiéndose de él. Es como el proverbio chino que dice: “El corazón discute por la boca”.
Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón: porque de él mana la vida”. Uno debe guardar su corazón porque de él sale o brota la vida. Todo fruto que el hombre lleva exteriormente, se origina en el corazón. Por eso digo que el corazón es la persona misma.
Mateo 12:34-35: “¡Cría de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, de su buen tesoro saca buenas cosas; y el hombre malo, de su mal tesoro saca malas cosas”. Con esto el Señor Jesús dio a entender que los pecados y las malas acciones que un pecador comete salen de su corazón. El corazón es la mezcla del espíritu con el alma. Es por eso que todas las cosas malignas salen del corazón.
Mateo 15:18-19: “Pero lo que sale de la boca, del corazón proviene; y eso contamina al hombre. Porque del corazón provienen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”. Lo que sale del corazón es inmundo porque lo que hay dentro del hombre es inmundo.
Es muy interesante que, a pesar de que el hombre está compuesto de tres partes (espíritu, alma y cuerpo), cuando la Biblia habla de nuestra regeneración, no nos dice que Dios nos da una nueva alma sino que nos da un nuevo espíritu y un nuevo corazón. Dios nos dio un nuevo espíritu, que nos permite comunicarnos con El y que hace que nuestro espíritu muerto recobre su función. Dios también nos dio un corazón nuevo, que nos faculta para vivir en la tierra en novedad de vida y con nuevas inclinaciones.
Aunque existe algo en común entre el espíritu y el corazón, la Biblia mantiene un delineamiento entre ambos para evitar confusión. Ezequiel 36:26 dice: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”. A los ojos de Dios, El no necesita cambiar el órgano del alma. La personalidad del hombre tampoco necesita ser cambiada. Pero el corazón del hombre necesita ser cambiado porque del corazón mana la vida. Por lo tanto, el corazón necesita ser cambiado.
¿Qué les sucede al espíritu y al corazón de un creyente cuando éste peca? Leemos en Salmos 51:10: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. Este versículo habla del corazón y del espíritu, que son las partes que a Dios le interesan. Si el corazón de un creyente se contamina, debe pedirle a Dios que cree dentro de él un corazón limpio y un espíritu recto. Por lo tanto, nuestro corazón debe estar limpio y nuestro espíritu debe ser recto.
La Biblia pone énfasis en el corazón a fin de mostrarnos su importancia, ya que él es nuestra verdadera persona. La condición de nuestro corazón es nuestra verdadera condición. El corazón es la fuente de la vida del hombre; incluye la conciencia, que es parte del espíritu, y la mente, que es parte del alma. Aunque nos comunicamos con Dios por medio del espíritu, El presta más atención al corazón. En nuestra vida diaria, el corazón es el órgano más importante. Decimos que somos salvos pero, ¿cómo somos salvos exactamente? Por creer con el corazón. ¿Cómo servimos a Dios? Servimos a Dios con el corazón. ¿A qué clase de personas bendice Dios? Dios bendice a aquellos que son rectos de corazón. En el futuro, ¿cuál es la parte del hombre que será juzgada? Dios juzgará las cosas ocultas del corazón. Por lo tanto, a fin de acercarnos a Dios, debemos tener un corazón bueno; pero para tener un corazón bueno, debemos tener una mente limpia. Esta es la razón por la que quisiera hablar especialmente de la mente, la traducción de la palabra griega nous. Continua…
Tomado del libro: La renovación de la mente W. Nee