LA CONSAGRACION Y LA RENOVACION DE LA MENTE
Romanos 12:1-2 dice: “Así que, hermanos, os exhorto por las compasiones de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro servicio racional. No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable y lo perfecto”. Una vez más se menciona la renovación de la mente. Pablo nos exhorta a que presentemos nuestros cuerpos a Dios para servirle. La renovación de la mente se basa en esta consagración.
¿Hay cosas que los atraen a ustedes, los retienen y los atan? Si pueden consagrar estas cosas a El y ponerlas en el altar, su mente renovada será doblemente fortalecida por Dios, y ustedes podrán entender la voluntad y el deseo de El; también podrán pensar en todo lo relacionado con Dios y entenderlo. Al mismo tiempo, podrán impartirlo a otros. Debemos practicar esto de una manera definitiva delante de Dios. El resultado será que la mente de uno entenderá la voluntad de Dios, y uno podrá ver claramente y comprobar cuál es la voluntad de Dios, lo que a El le agrada.
Muchas personas dicen gratuitamente: “Yo obedeceré, no importa lo que me cueste”. De hecho, ellos están muy lejos de lo que dicen y no saben de qué están hablando. Cuando el Señor iba a morir, Pedro le dijo: “Aunque me sea necesario morir contigo, de ninguna manera te negaré” (Mt. 26:35). Muchos son como Pedro. No saben lo que Dios les pide; no tienen ni idea de lo que Dios requiere. Por eso, no avanzan. Si usted desea ver cuán avanzada y profunda es la vida de un creyente, sólo pregúntele acerca de lo que Dios pide de él. En el caso de un creyente recién convertido que deja de fumar y apostar en juegos de azar, no se cuentan tales acciones como una evidencia de mucho crecimiento espiritual. Todos nosotros sabemos que aquello es un paso básico en el camino espiritual de una persona salva. Al poco tiempo el creyente nuevo se dará cuenta de que la envidia y el orgullo deben ser rechazados. Esta comprensión es una señal de progreso. Más adelante, Dios le mostrará que con respecto a la obra él tiene muchas opiniones. Este es un paso adicional y es más profundo. En resumen, lo que Dios exige se profundiza y se incrementa poco a poco. Algunos creyentes saben que no deben fumar ni participar en juegos de azar. Otros están conscientes de que no deben ser orgullosos ni celosos, pero no pasan de ahí. De todos modos, debemos consagrarnos a Dios en la medida de lo que hayamos visto. Sólo así nuestra mente podrá ser renovada. Al mismo tiempo, nuestra mente renovada nos mostrará cómo debemos consagrarnos a Dios. Continua… Tomado de: “La renovación de la mente.” W. Nee