LA CENA DEL SEÑOR (5)
Cont… punto 1
¿Cuál es el significado de la Cena del Señor, y por qué la celebramos semanalmente los Cristianos?Antes de avanzar hacia las otras divisiones de nuestro tema, sólo quisiera enunciar otro principio muy simple en relación con la Cena del Señor, sobre el cual quisiera llamar especialmente la atención del lector cristiano, a saber, que la celebración de la Cena del Señor debiera ser la clara expresión de la unidad de todos los creyentes y no meramente de la unidad de cierto número de ellos congregados sobre ciertos principios que los distinguen de los demás. Si para la comunión a la Mesa del Señor se impusiera otra condición aparte de la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo y de un andar compatible con esa fe, la Mesa del Señor se convertiría en la mesa de una secta, y no tendría así ningún derecho en el corazón de los creyentes.
Y, además, si al sentarme a la mesa, debo identificarme con cualquier cosa -ya en principio, ya en práctica- que la Escritura no impusiera como condición a la comunión, en ese caso también la mesa se tornaría en una mesa sectaria. No es cuestión de si hay o no cristianos allí, pues sería ciertamente difícil hallar una mesa entre las congregaciones evangélicas en la que no participen cristianos. El apóstol no dijo: “Es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son cristianos”, sino “los que son “aprobados”. Tampoco dijo “pruébese cada uno a sí mismo que sea cristiano, y coma así”, sino, “pruébese [o apruébese] cada uno a sí mismo”, es decir, que se manifieste como uno de aquellos que no sólo tienen una recta conciencia en cuanto a su actuación individual en el asunto, sino que también confiesa la unidad del Cuerpo de Cristo.
Cuando el hombre impone condiciones propias para la comunión, allí tenemos el principio del sectarismo. Por el contrario, cuando una mesa es erigida de tal manera y sobre tales principios que un cristiano, sujeto a Dios, puede tomar perfectamente su lugar en ella, entonces el cisma consistiría en no tomar parte en ella. Por nuestra participación, y por nuestra conducta conforme a nuestra posición y profesión, reconocemos la unidad de la Asamblea, ese importante objeto en vista del cual el Espíritu Santo ha sido enviado del cielo a la tierra.
Después que el Señor Jesús fue resucitado de entre los muertos y tomó su lugar a la diestra de Dios, envió al Espíritu Santo a la tierra para reunir a los suyos en un cuerpo. Es necesario observar que el Espíritu debía formar un cuerpo, y no muchos cuerpos. Él puede, sin embargo, tener verdaderos creyentes en las diferentes sectas, pues, aunque sean miembros de sectas o partidos humanos, son, sin embargo, miembros del “un cuerpo”; pero el Espíritu Santo no forma todos esos «cuerpos», sino un solo cuerpo, el Cuerpo de Cristo, “porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (1.ª Corintios 12:13). Cont…