El Adversario cont…
Algunas veces él debilita el cuerpo de los creyentes causándoles enfermedades y dolores (véase Hechos 10:38); y con todo, los creyentes quizá miren su estado como consecuencia de la fatiga o de la falta de higiene, sin darse cuenta de que el diablo está obrando detrás del escenario. Sólo con que consideremos este punto, oh ¡qué enormes son los sufrimientos de los cristianos en manos de Satanás! Algunas veces el enemigo incita a la gente de este mundo a perseguir a los creyentes (véase Apocalipsis 2:10), y entonces éstos son atacados por su propia comunidad, amigos y familiares. Sin embargo, ellos piensan que esto se debe al odio de la gente hacia el Señor; y no se dan cuenta de que en realidad es el diablo el instigador de estos ataques. Algunas veces el diablo se vale de las circunstancias y coloca a los creyentes en dificultades y peligros. Con frecuencia hace que surjan malentendidos entre los cristianos, con el fin de separar hasta a los amigos más queridos, causando así muchas angustias y lágrimas.
Algunas veces el enemigo priva a los creyentes de los bienes materiales, y los reduce a la necesidad e incluso a la miseria. Otras veces oprime sus espíritus y les hace sentirse deprimidos, desasosegados y desorientados. O los ataca en la voluntad haciéndolos incapaces de elegir libremente y poniéndolos en tal situación que no saben qué hacer. O mete en el corazón de los creyentes un miedo irracional. O Satanás amontona cosas sobre ellos para agotarlos, o les hace perder el sueño para hacerlos sentir exhaustos. O les pone en la mente pensamientos sucios y confusos para debilitar su resistencia, o hasta se disfraza de ángel de luz para engañar y desviar a los creyentes del buen camino.
Es imposible acabar la lista de todas las obras que el diablo hace. En resumen, el enemigo hará cualquier cosa que cause que los creyentes sufran en su espíritu o en su cuerpo, que caigan en pecado, o que incurran en pérdidas y perjuicios.
Desgraciadamente, muchos de los hijos de Dios no se dan cuenta de la obra de Satanás cuando están sufriendo en sus manos. Lo que está sucediendo lo atribuyen a causas naturales, accidentales o humanas, y no disciernen cómo en muchos sucesos naturales se esconde lo satánico sobrenatural, cómo en muchos episodios accidentales se oculta un plan diabólico, y cómo en muchos tratos humanos se mezclan las malignas maniobras del enemigo.
W. Nee