Alimento diario (Semana 7)

Alimento diario (Semana 7)
LLAMANDO A LOS VENCEDORES
Mensaje 23 – El ministerio de Juan en su madurez (Jn 21:18-24).
Lunes -- Lectura Bíblica -- (Mt 4:21-22; Mr 3:17; 10:35-37; Lc 9:54; Jn 13:23, 25; 20:2; 21:7, 20; Hch 3:1; 4:19; 8:14).
Leer con oración:“Y ante todo tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1 P 4:.
EL ASPECTO REMENDADOR DEL MINISTERIO DE JUAN
Esta semana hablaremos sobre el ministerio del apóstol Juan. En el pasado vimos que Juan fue llamado por el Señor en su juventud. Él era un pescador, al igual que Jacobo, su hermano (Mt 4:21). En el momento en que el Señor los llamó, ellos estaban remendando las redes de pescar. Pero cuando fueron llamados por el Señor, inmediatamente dejaron las redes y la barca, y Lo siguieron (v. 22).
De acuerdo con los registros bíblicos, podemos percibir que en ciertos momentos Juan era un joven impetuoso (Mr 3:17; 10:35, 37; Lc 9:54), pero el Señor lo amaba mucho, al punto de que él mismo se describe como el discípulo a quien Jesús amaba (Jn 13:23; 20:2; 21:7, 20). Él también manifestó el intenso amor que sentía por el Señor, al permanecer a Su lado incluso durante la crucifixión, mientras todos los otros discípulos estaban dispersos. En una de las porciones, lo vemos bien cerca de Jesús, recostado sobre Su pecho (Jn 13:24, 25). Por tanto, una de las características principales de Juan fue su proximidad al Señor Jesús.
Sin embargo, durante el período relatado en el libro de Hechos, Juan no se destacaba entre los demás apóstoles, aparecía al lado de Pedro, acompañándolo en sus viajes (Hch 3:1; 4:19; 8:14). Además, no hay registros de mensajes, viajes o predicaciones hechas por Juan, aunque él fue descrito por Pablo como una de las "columnas" de la iglesia (Gá 2:9).
No sabemos por qué motivo, en aquella época, Juan no participaba de una manera más activa en la obra del ministerio, tal como los apóstoles Pedro y Pablo. Tal vez era por su poca capacidad o por que era muy humilde, y por eso dejaba que Pedro tomara la delantera. No obstante, sabemos que todas estas cosas estaban de acuerdo con la voluntad soberana de Dios, pues muchos años después de la muerte de Pedro y Pablo, Juan fue usado por el Señor para dar continuidad a Su ministerio.
En Su madurez, luego de haber permanecido exiliado durante veinte años, Juan recibió grandes visiones, las cuales narró en el libro de Apocalipsis. Según la historia de la iglesia, tras ser liberado de la prisión, se dirigió a Éfeso con la finalidad de ayudar a los hermanos de la iglesia allí. Así como cuando en su juventud era un pescador y arreglaba las redes de su padre, del mismo modo, más tarde, Juan llegó a ser muy útil para Dios al reparar las fallas espirituales que existían en la iglesia. Su ministerio tenía este aspecto remendador, cuya base sólida era el amor a Dios y a los hermanos.
En los próximos días disfrutaremos más de la experiencia de Juan y de su ministerio ulterior de Espíritu y vida, en el cual cada uno de nosotros puede tener parte.
Punto clave: Amar intensamente al Señor Jesús y a los hermanos.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Por qué podemos decir que el ministerio de Juan tenía un aspecto “remendador”?

Alimento diario (Semana 7)
LLAMANDO A LOS VENCEDORES
Mensaje 23 – El ministerio de Juan en su madurez (Jn 21:18-24).
Martes -- Lectura Bíblica -- (Jn 21:22-23; 3 Jn 1:8; Ap 1:10).
Leer con oración: “El espíritues el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida" (Jn 6:63).
EL MINISTERIO DE JUAN ES PERMANENTE
Durante la persecución del imperio romano a los cristianos en el primer siglo, los que lideraban las iglesias fueron martirizados, al igual que Pedro y Pablo. En aquella época, Juan no se destacaba como los demás apóstoles, ya que, aparentemente, no ejercía ningún tipo de liderazgo. Creemos que por esta razón no fue ejecutado con los demás. Sólo fue aprisionado y después enviado al exilio en Patmos.¬
El tiempo del encarcelamiento y exilio de Juan duró cerca de veinte años. En ese período él debe haber renunciado bastante a su vida del alma y buscado vivir en el espíritu (Ap 1:10; 4:2; 17:3; 21:20). Como resultado, el Señor pudo trabajar profundamente en él y darle grandes revelaciones.
Después del exilio, ya estando en Éfeso, Juan ciertamente tuvo la oportunidad de leer la epístola que Pablo le escribió a aquella iglesia. Tras leer la carta, percibió que era necesario ayudar a los hermanos a practicar las verdades en ella contenidas, a fin de recobrar la condición de la iglesia en Éfeso. Su experiencia en Éfeso fue muy positiva. En su madurez, él se volvió más sensible al Espíritu. Mediante su ministerio, Juan ayudó a los hermanos a dejar lo anímico y a disfrutar del Espíritu y la vida. De ese modo, la iglesia en Éfeso fue totalmente restaurada, pues los hermanos aprendieron a vivir en el espíritu, negándose a sí mismos. ¡Alabado sea el Señor!
A partir de allí, los hermanos en Éfeso se involucraron en la obra del ministerio, predicando el evangelio en varias ciudades y visitando las iglesias. Esto puede ser confirmado en la Tercera Epístola de Juan (1,.
Basados en las palabras del Señor Jesús a Pedro, cuando le dijo: "Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú" (Jn 21:22), podemos decir que el ministerio ulterior de Juan, además de tener la característica de "remendar las redes" por medio del Espíritu y la vida, también es un ministerio permanente, es decir, perdurará hasta la venida del Señor.
Mediante este ministerio, Juan ayudó a la iglesia en Éfeso y hoy nosotros también podemos participar de este ministerio, al suministrarle Espíritu y vida a los demás. ¡Aleluya!
Punto clave: El ministerio que perdurará hasta la venida del Señor Jesús.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué significa decir que el ministerio de Juan permanecerá hasta la venida del Señor?


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LLAMANDO A LOS VENCEDORES
Mensaje 23 – El ministerio de Juan en su madurez (Jn 21:18-24).
Miércoles -- Lectura Bíblica -- (Lc 9:23-24; Ro 8:6; Ap 3:.
Leer con oración: “"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y elque me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él" (Jn 14:21).
UN TESTIMONIO DE NUESTRA PRÁCTICA
Pablo, Pedro y Juan son los principales apóstoles del Nuevo Testamento. Considerando el ministerio de cada uno de ellos, vimos que sólo el de Juan permanecerá hasta la venida del Señor. En cuanto al ministerio de Pablo, él mismo afirma que lo concluyó (2 Ti 4:7). Su ministerio, al principio, consistía en predicar el evangelio y establecer iglesias. Pero al final de su carrera, estando preso, Pablo tuvo la oportunidad de completar sus epístolas y enviadas a las iglesias.
No obstante, si destacamos a la iglesia en Éfeso, vemos que Pablo no logró ayudar a los efesios de manera adecuada. Ellos mismos abandonaron al apóstol (2 Ti 1:15), al igual que a sus palabras. Veinte años después, los efesios fueron duramente reprendidos por el Señor, por medio del apóstol Juan (Ap 2:4,5), pues estaban viviendo según la vida del alma, enfatizando el conocimiento, las doctrinas y las capacidades naturales. ,
Sin embargo, cuando Juan llegó a Éfeso, les mostró a los hermanos lo que debían practicar. Creemos que él los ayudó a invocar el nombre del Señor para tener vida, a practicar Su Palabra Y a negarse a sí mismos (Jn 12.25; 13:17; 20:30, 31). Estas son las virtudes de una iglesia alabada por Dios (Ap 3:. Tales prácticas son esenciales para aquellos que anhelan vivir conforme al deseo de Dios.
Por ese motivo, nunca debemos dejar de invocar el nombre del Señor. Muchos pueden pensar que esta es una simple práctica del momento. Pero nosotros testificamos que invocar el nombre del Señor Jesús es la mejor manera de volver nuestra mente al espíritu (1 Co 12:3). Cuando vivimos en el espíritu, recibimos vida y paz (Ro 8:6).
Por esa razón el Señor ha bendecido a las iglesias que hemos visitado en nuestros viajes en el transcurso de los años, pues siempre alentamos a los hermanos a permanecer en este camino de invocar el nombre del Señor en todo momento. También hemos aprendido a negarnos a nosotros mismos, a vivir en el espíritu y a practicar la Palabra que hemos oído. Estas son las condiciones para seguir al Señor Jn 12:25-26). El resultado de esto son los frutos que han sido añadidos a las iglesias en Brasil y en los demás países de América del Sur, América Central, América del Norte, Europa y África. Varias personas en esos lugares están invocando el nombre del Señor, guardando Su palabra y viviendo en el espíritu. Esta es la continuación del ministerio ulterior del apóstol Juan en nuestros días.
Que el Señor nos conduzca a preservar la práctica de invocar Su nombre y nos mantenga siempre en el fluir del Espíritu. Mientras más invocamos Su nombre, más la, vida de Dios crece en nosotros y más vivimos en el espíritu. ¡Oh Señor Jesús! ¡Amén!
Punto clave: ¡Invocar el nombre del Señor nos da vida y paz!
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuáles son las condiciones necesarias para guardar la Palabra y seguir al Señor?

Alimento diario (Semana 7)
LLAMANDO A LOS VENCEDORES
Mensaje 23 – El ministerio de Juan en su madurez (Jn 21:18-24).
Jueves -- Lectura Bíblica -- (2 P 1:3-7).
Leer conoración: “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, asísomos nosotros en este mundo" (1 Jn 4:17).
LOS REQUISITOS BÁSICOS
PARA NUESTRO PERFECCIONAMIENTO
Todos nosotros necesitamos ser perfeccionados para la obra del ministerio, es decir, cooperar con la predicación del evangelio. Para ser perfeccionados, la primera condición es estar en el espíritu.
En Primera de Corintios 12:3 leemos: "Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo". Cuando invocamos el nombre del Señor, nuestra mente se inclina por el Espíritu (Ro 8:5). Este es el primer requisito para nuestro perfeccionamiento.
El segundo es negarnos a nosotros mismos, tomando la cruz. Aunque hemos progresado con relación a estas condiciones, sentimos que todavía necesitamos avanzar más. Si bien la vida de Dios ha crecido en nosotros y estamos alcanzando la realidad del amor fraternal, no podemos conformamos sólo con esto, porque el Señor desea llenarnos a tal punto que expresemos Su amor, el amor ágape (2 P 1:7).
El Señor ha tenido misericordia de nosotros, al conducirnos a la práctica de las verdades que hemos recibido. A medida que vivimos en el espíritu, negando la vida del alma, nos volvemos cada vez más parecidos al Señor.
En su segunda epístola, Pedro nos habla acerca de estas verdades. Por haber experimentado en diferentes oportunidades el fuego del Espíritu, quemando las impurezas, él recibió mucha revelación: "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia" (2 P 1:3). Mediante la gracia, Dios nos dio todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, haciéndonos participantes de la gloria y excelencia del Hijo. El versículo 4 prosigue: "Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia". Todas estas cosas hoy están disponibles en la esfera del Espíritu, por medio del cual llegamos a ser aptos para vencer el pecado y nuestra propia naturaleza humana caída.
Para negar la vida del alma, necesitamos vivir en el espíritu, pues sólo así la vida divina puede crecer más en nosotros. Todo lo que necesitamos para nuestro crecimiento de vida nos lo puede suministrar el Espíritu.
Punto clave: El deseo del Señor es llenarnos a tal punto que expresemos el amor ágape.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuáles son los requisitos básicos para ser perfeccionados para la obra del ministerio?


Alimento diario (Semana 7)
LLAMANDO A LOS VENCEDORES
Mensaje 23 – El ministerio de Juan en su madurez (Jn 21:18-24).
Viernes -- Lectura Bíblica -- (2 P 1:5-7; 3:15-16; 4:12-13).
Leer con oración: “La Piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera (1 Ti 4:8b). Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos deser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es" (1 Jn 3:2) .
LLEGAR A SER SEMEJANTES A DIOS EN VIDA Y NATURALEZA
De acuerdo con Segunda de Pedro 1:5,7, la etapa inicial de nuestro crecimiento de vida es la fe. Después desarrollamos nuestras virtudes y gradualmente avanzamos hasta alcanzar el nivel del amor fraternal. No obstante, necesitamos progresar cada vez más, hasta el nivel del amor ágape, que es expresar plenamente a Dios mismo.
La Biblia nos revela que la voluntad de Dios es que seamos semejantes a Él (Gn 1:26; 1 Jn 3:2). Puesto que ya tenemos Su imagen, la vida de Dios habitando y creciendo interiormente en nosotros, Su semejanza se manifestará en nuestro vivir. Por tanto, ser semejante a Él significa expresarlo exteriormente en nuestra humanidad, haciéndonos más parecidos a El.
Sin embargo, aunque hemos avanzado en este crecimiento, nuestra vida del alma puede manifestarse nuevamente. Cuando esto suceda, debemos arrepentirnos y volvernos al espíritu. Este es un ciclo constante, en el cual somos renovados en la medida en que las cosas viejas son eliminadas.
Esto también se refiere al ejercicio de la piedad. En Primera de Timoteo 3;16 leemos; "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad; Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria". Pablo también exhortó a Timoteo, diciendo; "Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad" (4:7).
Por consiguiente, el ejercicio de la piedad consiste en manifestar la vida de Dios en la carne, llegando a ser como Él en vida y naturaleza, pero sin Su deidad. Este es el proceso en el cual estamos involucrados hoy, donde los atributos de Dios elevan nuestras virtudes humanas. Por eso vivimos en el espíritu, ejercitándonos para la piedad, para resistir y vencer todas las cosas que se oponen a Dios, principalmente la vida del alma.
Pablo habló profundamente acerca de estas verdades en la carta que escribió a los efesios, pero no pudo ayudarlos de una manera más práctica. Cuando Pedro escribió su epístola, comentó la complejidad de los escritos de Pablo (2 P 3:15-16). Alabamos al Señor por las epístolas de Pedro, que nos muestran la manera más práctica de obtener esta realidad; tener experiencias con el fuego santificador del Espíritu, para que sometida a prueba nuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo (1 P 1:7).
Punto clave: Vencer todas las cosas que se oponen a Dios, por el Espíritu.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué significa la piedad?


Alimento diario (Semana 7)
LLAMANDO A LOS VENCEDORES
Mensaje 23 – El ministerio de Juan en su madurez (Jn 21:18-24).
Sábado -- Lectura Bíblica -- (Hch 21:23-26; Gá 2:16; 3:5 ,13).
Leer con oración: “De la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios (Col 1:25). El cual asimismo nos hizo ministros competentesde un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica" (2 Co 3:6).
LA IMPORTANCIA DE PRACTICAR LA REVELACIÓN DE LA PALABRA
Cuando reflexionamos sobre la experiencia de Pedro, necesitamos enfatizar las palabras de Juan el Bautista, quien al ser inspirado por el Espíritu, dijo; "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Mt 3:11). Alabado sea el Señor por la obra de transformación que hoy opera en nosotros, pues por el Espíritu recibimos Su vida y por medio del fuego nuestra naturaleza caída, la vida del alma, es eliminada.
La experiencia de Pedro ilustra bien este proceso. En los evangelios vemos en varias oportunidades a su vida del alma siendo expuesta, y esto no fue algo sencillo para él. Estos sufrimientos interiores lo constriñeron a arrepentirse, haciéndolo probar la eficacia del fuego purificador del Espíritu.
En cuanto a la experiencia de Pablo, su tercer viaje revela que mucho de su vida del alma aún necesitaba pasar por el fuego del Espíritu. En el transcurso de ese viaje, el Espíritu le advirtió, por medio de la unción y de los hermanos, que no debía ir a Jerusalén. Sin embargo, no se dejó persuadir por los hermanos y partió para allá.
Inmediatamente después de haber hecho un voto y haberse propuesto hacer ofrendas conforme a la tradición judía (Hch 21:23,26), yendo en contra de toda la revelación que había recibido de Dios (Gá 2:16,21; 3:5, 13), Pablo fue apresado. Por su misericordia, el Señor le impidió consumar aquel voto, pues él aún necesitaba transmitir el resto de las verdades que había recibido de Dios. Al estar en prisión, Pablo completó la revelación de la economía de Dios, escribiendo las epístolas a los Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón.
Aunque había escrito sobre las revelaciones que obtuvo del Señor, los hermanos que recibieron sus cartas no tenían realidad, pues no lograron practicarlas. Ni siquiera la permanencia de Timoteo en Éfeso fue suficiente para ayudar a los hermanos de aquella iglesia. Como vimos, sólo con el paso de muchos años, por medio del ministerio de Espíritu y vida de Juan, los efesios pudieron ser recobrados a una condición deseable para Dios.
Esta experiencia de la iglesia en Éfeso nos permite concluir que conocer todas las verdades y revelaciones bíblicas no es suficiente para que agrademos a Dios. Sólo mediante el Espíritu y la vida podemos obtener un corazón conforme a la voluntad de Dios. Más importante que conocer las verdades bíblicas es que de nosotros fluya el amor, el cual es la expresión de la vida de Dios, por medio del Espíritu que habita en nosotros.
Punto clave: El arrepentimiento nos hace experimentar el fuego del Espíritu.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuáles son las consecuencias de no seguir la dirección del Espíritu?


Alimento diario (Semana 7)
LLAMANDO A LOS VENCEDORES
Mensaje 23 – El ministerio de Juan en su madurez (Jn 21:18-24).
Domingo -- Lectura Bíblica -- (Jn 21:22-23; 1 Co 10:13; He 4:15; 9:28; 1 Jn 2:5; Ap 1:10).
Leer con oración: “"Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento,dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, Piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimientode nuestro Señor Jesucristo" (2 P 1:5,.
PROGRESAR CADA VEZ MÁS
Mediante la obra redentora de Cristo, recibimos la naturaleza divina. Ahora todos los atributos de Dios pueden ser trabajados en nuestra naturaleza humana, volviéndonos cada vez más parecidos al Señor Jesús y llevándonos a anhelar tener el patrón de Su vivir humano.
Asimismo, por haber vivido como hombre, el Señor puede compadecerse de nuestras debilidades (He 4:15), pues Él conoce nuestras limitaciones (1 Co 10:13). De esta manera, Él nos fortalece y nos concede Su gracia, que nos capacita para negarnos a nosotros mismos y seguirlo.
En el pasado vimos que Moisés no pudo entrar en la buena tierra de Canaán por causa de una única falla que cometió. Él hirió la roca por segunda vez. Puesto que aquella roca representa a Cristo, y Él no puede ser herido por segunda vez (1 Co 10:4; He 9:28), la actitud de Moisés no fue perdonada. Pero nosotros, en la actual dispensación, fuimos bendecidos por el sacrificio del Señor Jesucristo y podemos arrepentirnos, clamando por Su sangre, que posee eficacia eterna (He 9:14; 1 Jn 1:7).
Cada vez que nos arrepentimos genuinamente, el Señor se añade a nosotros como la vida y eleva nuestra humanidad. Así, llegamos a ser participantes de la naturaleza divina. Nuestra necesidad hoy es poner toda diligencia y progresar del amor fraternal al amor ágape, perseverando en vivir según el ministerio ulterior de Juan y enfatizando la práctica de invocar el nombre del Señor, de guardar Su palabra y de negar la vida del alma.
Hoy podemos formar parte del ministerio de Juan, que es el ministerio del Espíritu y la vida. Todos pueden ser perfeccionados para, a su vez, perfeccionar a los santos para la obra del Señor, por medio de estos tres puntos: invocar el nombre del Señor, guardar la Palabra y negar la vida del alma.
Al permanecer en este fluir de la vida, ejercitándonos para la piedad, gradualmente progresaremos en nuestra experiencia, hasta el punto en que alcancemos el nivel del amor ágape, cuando la plenitud de Dios en nosotros nos capacitará para amar a todas las personas, tal cual como Él las ama.
Punto clave: Poner toda nuestra diligencia y progresar.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué debemos hacer para tener parte en el ministerio de Juan?
Lectura de apoyo:
El enfoque de Dios: el reino - cap. 3 - Dong Yu Lan.
Siervos de Dios - Buenos, fieles y prudentes - cap. 7 ¬Dong Yu Lan.