NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES – Semana 10 Miercoles
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
PARTICIPANTES DE LA NATURALEZA DIVINA (2 P 1:3-
MIERCOLES
Lectura Bíblica:
Job 1:1-5, 13-22; 2:3-10; Jn 3:8
Leer con oración
“Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos” (2 Co 1:8-9).
NO APOYARSE EN ALGO QUE NO SEA DIOS
El perfeccionamiento que el Señor le proporciona a Sus hijos consiste en llevarlos a depender del Espíritu (Jn 3:
. Sin embargo, lamentablemente, muchos de nosotros en el transcurso dela vida, dependemos de las estructuras que creamos para las diversas áreas de nuestra vida, como la financiera, la profesional, la humana e incluso, la espiritual. Cualquier estructura nos puede llevar a acomodarnos, pues en todo lo que ya sabemos exactamente como y que hacer, no necesitamos depender del Espíritu.
Estas estructuras son como un modo en el cual establecemos nuestra comodidad y confort. Una vez que armamos ese “nido”, no nos desesperamos. Por eso el perfeccionamiento de la manera como fue descrito ayer produce incomodidad en nosotros, pues salimos de nuestra zona de comodidad y, por no saber lo que va a suceder ni que debemos hacer frente a tantas situaciones nuevas, comenzamos a depender únicamente del Señor. Para que el corazón de las personas se ablande mientras les predicamos la palabra, necesitamos mucha oración al Señor y sensibilidad. En este sentido, es esencial ejercitar nuestro espíritu para saber lo que el espíritu desea hacer.
Un ejemplo de alguien a quien se le removió el “nido” es Job. Veamos la estructura que Job tenia: “Hubo en tierra de Ur un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (…). Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacia todos los días” (Job 1:1-5). La primera parte de la estructura del “nido” de Job era estar bien con Dios. La vida del alma tiene como la bese de su estructura el estar bien con Dios para que todo le salga bien. Este es el fundamento del “nido”.
Prosiguiendo con los versículos 2 y 4, leemos: ”Y le nacieron siete hijos y tres hijas (…). E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos”. La segunda parte de la estructura de Job eran sus hijos, la familia. Entre ellos había mucha armonía y, para que Dios no se molestara con sus hijos, Job los santificaba y ofrecía sacrificios por ellos.
Sin embargo, para mantener a su familia, Job necesitaba tener bienes y dinero. Esa es la tercera parte de la estructura del “nido” de Job, conforme a lo que leemos: “Su hacienda era siente mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales” (v.3). El hombre se desespera por la búsqueda del dinero para darle tranquilidad a su alma. En los días de hoy, esta tranquilidad se extiende no solo a los hijos, sino también a los nietos e incluso a los bisnietos. Este “nido” tiene que proporcionar seguridad económica, alcanzando, finalmente, una jubilación garantizada.
De esa manera, estar bien con Dios, tener armonía familiar y poseer bienes eran los componentes de la estructura del “nido” de Job. A pesar de eso, Dios permitió que su “nido” fuera removido. En un solo día, Job perdió todo lo que tenía (vs.13-22). Lo único que no perdió fue su integridad para con Dios (2-3). Después de que su “nido” fue removido, el Señor permitió que Satanás tocara el cuerpo de Job, salvándole solo la vida (vs.4-
. A Job le picaba desde la cabeza a los pies, pero aun así no perdió su integridad. En cambio, su mujer, al verlo en esa condición, le dijo: “¿Aun retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete” (v.9). Aun asi, no perturbo a Job, quien se mantuvo firme (v.10).
El fin del perfeccionamiento de Dios no es el sufrimiento. Lo que Él nos quiere mostrar con el ejemplo de Job es que no podemos apoyarnos en nuestro “nido” que armamos para servirle. Desarmar el “nido” de Job fue la manera que Dios uso para llevarlo a conocerlo efectivamente y que se conociera a sí mismo.
Punto clave: No confiar en nada aparte del Señor, para poder avanzar en nuestra experiencia espiritual.
Pregunta: ¿En qué estructuras humanas suele apoyarse el hombre, al punto de no confiar más en Dios?
¡Jesús es el señor!