NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES – Miércoles
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
El Espíritu de realidad (Jn 14:16-18; 16:13).
MIERCOLES
Lectura Bíblica: (Hch 2:42-47; 8:1, 9:15; 1 Co 1:2; 1 P 1:6-9; 4:11-13; 2 P 1:3-11).
Leer con oración: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 P 1:6-7)
LA IMPORTANCIA DEL MINISTERIO DE PEDRO
En Hechos 2:42-47 podemos ver que el inicio de la iglesia en Jerusalén fue totalmente guiado por el Espíritu, sin ninguna sombra de religión o tradición. Los versículos 46 y 47 nos relatan: “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor de todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia a los que habían de ser salvos”. Según esto versículos, podemos inferir que, de a poco, Jerusalén estaba siendo tomada por los que invocaban el hombre del Señor.
Por esa razón, los judaizantes estaban inquietos e iniciaron una gran persecución contra la iglesia en aquella ciudad. La Biblia registra que todos, excepto los apóstoles, salieron de Jerusalén (8:1), ya que no podían invocar públicamente el nombre del Señor, porque serian apresados. Para cambiar esa situación, el Señor se le apareció en el camino a Damasco al mayor perseguidor de la iglesia, Saulo, con el propósito de hacer llevar ese nombre a los gentiles (9:15; Ro 10:12-13; 1 Co 1:;2; 2 Ti 2:2).
Después de las epístolas de Pablo, tenemos dos epístolas del apóstol Pedro, quien ya no era el mismo de los evangelios, sino que había madurado en la vida de Dios. En su primera carta, él nos muestra que el secreto para negar nuestra vida del alma no están en los sufrimientos provenientes de las situaciones exteriores, como accidentes, la pérdida del empleo, o errores involuntarios que producen problemas, sino en el fuego que viene del Espíritu de nuestro interior (1 P 1:6-7; 4:12; Mt 3:11). ¡Aleluya! El mismo Pedro paso por muchas experiencias con el fuego interior y por eso nos pudo transmitir esa importante lección.
En su segunda epístola, Pedro nos muestra que en el Dios Triuno están la vida y la piedad, que se refieren al Padre; la gloria y la virtud, relacionadas al Hijo, y las preciosas y grandísimas promesas que apuntan al Espíritu prometido (cfr. Gá 3:14). Aquí vemos que Dios se hizo hombre, para que el hombre llegue a ser semejante a Dios, en vida y naturaleza, pero sin la Deidad (2 P 1:3-4). Mientras mas la vida divina crece en nosotros, más nos volvemos participantes de Su naturaleza. Con el ministerio de Pedro, después de ser transformado, Dios nuevamente pudo usar la experiencia adquirida por uno de los apóstoles que anduvieron con El.
Punto clave: Cooparticipantes de la la naturaleza divina.
Pregunta: ¿De acuerdo con la experiencia de Pedro ¿Cuál es el secreto para negar la vida del alma?
¡Jesús es el Señor!