NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
El ministerio que permanecerá hasta que el Señor venga (Jn 21:18-23).
Semana 14
MARTES
Lectura Bíblica: (Jn 6:63; 1 Co 6:17; 2:3; 15:45b; 2 Co 3:6; Ef 6:17:18)
Leer con oración:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap 2:7ª, 11ª, 17,29; 3:6, 13, 22). “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn 4:24). “Yo estaba en el espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta” (Ap 1:10).
EL MINISTERIO DE JUAN ES DEL ESPÍRITU
Según lo dicho por el Señor Jesús, el ministerio que permanecerá hasta que Él venga es el ministerio del apóstol Juan. Este ministerio tiene algunas características que serán desarrolladas en el transcurso de esta semana.
La primera característica del ministerio del apóstol Juan es que su ministerio es del Espíritu. Leamos: “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn 3:5-6). En ningún otro libro de la Biblia o evangelio, se habla tanto del Espíritu como en los escritos de Juan. Desde nuestra regeneración, necesitamos ser personas que viven en el espíritu, pues en él está el Espíritu vivificante (1 Co 6:17; 15:45b).
El ministerio del Espíritu es el ministerio que necesitamos tener, y no el de la letra, porque la letra mata, más el Espíritu vivifica (2 Co 3:6b). Cuando nuestra actitud para con las verdades, que es la palabra de Dios, es de analizar o estudiar, para debatir o discutir, caemos en un grave error – además de no obtener vida usamos la letra para matar a otros con discusiones y debates. Por eso hemos sido orientados a leer toda la palabra de Dios con oración, en el espíritu.
En Juan 4:24 leemos: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”. Este versículo contiene una tremenda revelación: ¡Dios es Espíritu y Sus adoradores deben hacerlo en espíritu y en realidad! En el espíritu hay realidad, que es la manera como debemos adorar a nuestro Señor.
En Juan 6:63 leemos: “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado, son espíritu y son vida”. El Espíritu es el que nos da vida. Por eso al leer la Palabra, debemos ejercitar nuestro espíritu, donde mora el Espíritu de Dios, por medio de invocar el nombre del Señor (1 Co12:3) y orar (Ef 6:17-18). A medida que ejercitamos nuestro espíritu mientras leemos la Biblia, tocamos en el Espíritu y en realidad de la Palabra.
Cuando actuamos de manera doctrinal, no logramos transmitir el Espíritu a las personas. Por más hábiles que seamos para exponer la Palabra a alguien, podemos sólo comunicar el conocimiento bíblico o la teología sistemática. En cambio, cuando ejercitamos nuestro espíritu “bombeamos” la vida de nuestro espíritu, al espíritu de las personas. De esa manera, cuando abrimos nuestra boca, fluyen ríos de agua viva de nuestro interior, así les suplimos vida (Jn 7:37-38). No se trata de un goteo, sino de un fuerte fluir de agua viva que se lleva toda la vejez y la tradición. Es como un torrente de agua capaz de quitar toda la suciedad. Por consiguiente, el origen de estos ríos de agua viva está en nuestro espíritu. No obstante, si está como cuenta gotas o gotero, necesitamos recibir la luz del Señor y arrepentirnos, pues es posible que haya alguna obstrucción, como nuestra vida del alma.
Leamos también Juan 14:16-17: “Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. El Espíritu de realidad hoy está en nosotros. Cada vez que usted sea tentado a usar su mente sólo para analizar la Palabra, ¡deténgase! Vuélvase al Espíritu que está en usted, ore y entonces lea.
Por estos versículos vemos que el ministerio del apóstol Juan es el ministerio del Espíritu. ¡Amén!
Punto clave: Estar en el espíritu para transmitirle a las personas el agua de vida
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cuál es la forma más sencilla de estar en el espíritu?
¡Jesús es el Señor!