NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES
El ministerio que permanecerá hasta que el Señor venga (Jn 21:18-23).
Semana 14
MIERCOLES
Lectura Bíblica: (Jn 1:1-4; 6:68; 10:10b)
Leer con oración:
“porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó” (1 Jn 1:2). “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá” (Jn 11:25. “El Espíritu es el que da vida, ; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn 6:63).
EL MINISTERIO DE JUAN ES DE LA VIDA Y DE LA PALABRA
La segunda característica del ministerio de Juan es que su ministerio es de la vida. En Juan 1:4 dice: “En el estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Esta vida es la vida eterna (3:16). No es la vida que recibimos de nuestros padres, sino la vida de Dios, la cual nos fue dada cuando creímos en Cristo y nacimos de nuevo, por invocar Su nombre (1:12-13; cfr Ro 10:13).
El Señor nos dio Su vida divina. Se trata de la vida increada, incorruptible e indestructible. ¡Y esta vida está en usted! ¡Tenemos el espíritu y la vida! ¡Esto ya es suficiente para dejarnos locos de alegría!
Juan 5:24 dice: “De cierto, de cierto os digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más a pasado de muerte a vida”. Después Juan afirma: “Jesús le dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (6:35). Como el pan de vida, el Señor Jesús no es para ser analizado. Generalmente compramos pan para comerlo, no para estudiarlo y elogiarlo. Por tanto, este ministerio es para que toquemos la vida.
En casi todos los capítulos de la primera mitad de su evangelio, Juan menciona la “vida” (1 Jn 1:1-4; 3:16, 36; 4:14; 5:24, 39-40; 6:35; 8:12; 10:10, 28; 11:25; 12:50; 14:6; 17:3; 20:31). Jesús le dijo a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida; y el cree en mí, aunque este muerto vivirá” (11:25). Una de las características de alguien de alguien que está en el ministerio de Juan es estar vivo y lleno de vida. Si en nuestro vivir no expresamos esa vida, no podemos decir que estamos en la realidad de este ministerio. ¡Tenemos que resucitar!
Cuando vivimos este ministerio en realidad, suplimos vida a otros. Nuestra vida, conducta y servicio al Señor suministran vida a las personas que están a nuestro alrededor. ¡Aunque usted contacte a alguien que esté muerto espiritualmente, éste resucita!
La iglesia en Éfeso, por ejemplo, estaba envuelta en doctrinas, discusiones, genealogías y fábulas (1 Ti 1:4), por tanto estaba muerta en la letra. Sin embargo, cuando Juan salió de la isla de Patmos y fue a Éfeso, llevó a los hermanos a tocar la vida y la resurrección. Él llenó aquella iglesia de vida, de la vida eterna. Así ellos encontraron el camino, tocaron la realidad y recibieron vida (Jn 14:6).
Aparte de que el ministerio de Juan es un ministerio de Espíritu y vida, éste también es el ministerio de la Palabra. Esta es la tercera característica del ministerio que permanecerá hasta que el Señor venga. En el sentido doctrinal, esta Palabra es una persona viva, el Señor Jesús. En ningún otro evangelio o escrito, la Palabra fue presentada como una persona. En Juan 1:1 dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. La Palabra Verbo, en este versículo, es equivalente a la Palabra. Nuestra traducción prefirió usar la palabra “verbo” por tratarse de un vocablo masculino, que apunta a Dios. Para comprenderlo mejor, leamos Juan 1:1 de esta manera: “En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios”.
El versículo 14 prosigue: “Y la Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros (y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Juan nos muestra que esa Palabra fue hecha carne. Este modo de abordarlo es para mostrar que la Palabra no es una doctrina, sino una persona viva, el Señor Jesús.
¿Cómo podemos saber que estamos leyendo la Biblia de manera correcta? Cuando, después de cinco minutos de lectura, nos aferramos a la persona viva de Jesús.
Las palabras del Señor no son una simple doctrina, sino que están llenas del Espíritu que da vida (Jn 6:63). ¡Por tanto, las Palabras del Señor son vida! Mientras más correcta sea nuestra actitud para con Su Palabra, buscando siempre al Espíritu que hay en ella, más vida obtendremos. Incluso algunos discípulos, al oír esto, se fueron y no siguieron más al Señor, pero Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes Palabras de vida eterna”. Las palabras del Señor son las palabras de vida eterna (v.68).
En primera de Juan 1:1 leemos: Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida”. La Palabra es tan real y viva que podemos oírla, verla, contemplarla y palparla con nuestras propias manos. ¡Aleluya! ¡Por medio de la Palabra la vida se manifestó!
Punto clave: Palabra, Espíritu y vida.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Cómo podemos saber que estamos leyendo la Biblia de una manera correcta?
¡Jesús es el Señor!