NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES (2 Co 3:5-6)
Semana 16
JUEVES
Lectura Bíblica: (Mt 3:11; 13:1-20)
Leer con oración:
“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (1 P 4:12-13). “No apaguéis al Espíritu” (Ts 5:19).
EL FUEGO DEL ESPÍRITU EN LA EXPERIENCIA DE PEDRO
En su experiencia, Pedro era alguien con una vida del alma muy fuerte, lo que lo descalificaba para reinar con el Señor. Sin embargo, cuando alcanzó la madurez, él aprendió el secreto de quemar las impurezas de su alma en el fuego del Espíritu que había en su interior. En otras palabras, él aprendió a aplicar lo que está registrado en Mateo 3:11b: “Él os bautizara en Espíritu Santo y fuego”.
En el pasado, la interpretación que hacíamos era de que, si alguien recibía al Señor, seria bautizado en Espíritu Santo, pero quien no Lo recibía, seria bautizado en el fuego inextinguible mencionado en el versículo 12. Sin embargo, la Biblia no habla de “Espíritu Santo o fuego”, sino de “Espíritu Santo y fuego”. Antes de recibir esa revelación, enfatizábamos los sufrimientos provenientes de accidentes, enfermedades o pérdida del empleo como una forma de ayudarnos a perder la vida del alma. Pese a ello, percibíamos que cuando pasaban las tribulaciones, nuestro ego o ser natural muchas veces volvía con más fuerza aun. ¿Por qué ocurre eso?
La parábola del sembrador nos puede ayudar a obtener más luz (Mt 13:3-9). En esta parábola, el Señor nos muestra cuatro tipos de tierra. El primer tipo es aquel que esta junto al camino, una tierra pisoteada donde la semilla no logra penetrar debido a la intensa circulación de personas, que termino compactándola. Como la semilla lanzada no entra en la tierra, las aves del cielo, que representan al malo, vienen y la arrebatan. La lección que extraemos de este tipo de tierra es la necesidad de ablandarla. En el segundo tipo había tierra, pero también muchas piedras que perjudicaron la retención del agua, esencial para el desarrollo de la semilla. Por el hecho de no tener raíces profundas, la planta se seca con el calor del sol, mostrando que las piedras necesitan ser sacadas de la tierra. El tercer tipo de tierra tiene muchos espinos, que ahogan la planta y le impiden recibir la luz del sol y fructificar. Por nuestra experiencia vemos que cortar los espinos no es suficiente, es necesario quitarlos y quemarlos en el fuego del Espíritu para volver nuestro corazón en una buena tierra que dé frutos a ciento, a sesenta y a treinta por uno.
Por tanto, no basta reprimir el ego frente a las circunstancias, pues este volverá; más que eso, necesitamos “quemar” las impurezas del alma por medio del fuego del Espíritu, que está en nuestro espíritu. Siempre que nuestra vida del alma es expuesta, no debemos justificarla, sino arrepentirnos. De esta manera, el Espíritu quemara lo que necesita ser quemado en nosotros.
Punto clave: No reprimir el ego ni justificar nuestros errores; antes bien, arrepintamonos
Mi punto clave:
Pregunta: ¿De acuerdo con la experiencia de Pedro, ¿Cuál es la mejor manera de eliminar la vida del alma?
NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES (2 Co 3:5-6)
Semana 16
VIERNES
Lectura Bíblica: (Ro 10:9-13; 1 Jn 4:7-21)
Leer con oración:
“Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan” (Ro 10:12).
LA IMPORTANCIA DE INVOCAR EL NOMBRE DEL SEÑOR!
En Hecho 2, los 120 galileos recibieron el derramamiento del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diversos dialectos, conforme a lo profetizado por el profeta Joel, en el Antiguo Testamento (Jl 2:28-32). Hasta hoy, muchos cristianos valoran en demasía este tipo de manifestación exterior del Espíritu. No obstante, ante la crítica de los judíos que estaban en Jerusalén burlándose de los discípulos, Pedro se levantó y habló sobre el asunto más importante de esa profecía: “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Hch 2:21). Por medio de invocar el nombre del Señor, mucho más que ser revestidos exteriormente por el Espíritu Santo, podemos recibir en nuestro interior el Espíritu vivificante, es decir, recibir la vida del mismísimo Dios.
Cuando invocamos este nombre, la vida de dios gana espacio en nosotros y se manifiesta por medio del amor (1 Jn 4:16). Esta es una gran prueba para saber si hemos invocado con realidad o sólo de la boca para afuera. Al clamar: “!Oh Señor Jesús!”, inmediatamente nos volvemos al espíritu, donde tenemos El Espíritu y así, recibimos más de la vida de Dios. Mientras más vida tenemos, más amamos a las personas.
Por eso, la línea de los 12 apóstoles, que comenzó en Hechos y la llamamos la línea de la vida, consistía en llevar a todos a invocar el nombre del Señor. En nuestro medio, esa verdad nos fue revelada en los años 60. Al comienzo, lo hacíamos de una manera militar, empezando a invocar desde la mañana en nuestra comunión con el Señor. Pese a que no comprendíamos muy bien lo que estábamos haciendo, continuamos haciéndolo hasta estar en el espíritu. La práctica de invocar el nombre del Señor fue posteriormente llevada a Taiwán y después a Brasil. Invocar el nombre del Señor nos introduce en el espíritu, donde obtenemos vida y fuerza para negar la vida del alma. ¡Alabado sea el Señor!
Punto clave: ¡Mientras más invocamos, más vida recibimos!
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Qué beneficios tenemos por invocar el nombre del Señor?
NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES (2 Co 3:5-6)
Semana 16
SABADO
Lectura Bíblica: (Mt 3:11; 3 Jn 4; Ap 1:9-13; 2:1-7)
Leer con oración:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta (…) Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro” (Ap 1:10-12).
PRACTICAR LAS VERDADES EN EL ESPÍRITU
Ayer vimos la importancia de invocar el nombre del Señor para estar en el espíritu, probando no solo del Espíritu Santo, sino de El Espíritu. En este Espíritu no solo recibimos vida, sino también experimentamos el fuego que quema las impurezas del alma.
Cuando su vida del alma era expuesta, Pedro sabía que necesitaba negarla, pero eso no era algo tan sencillo de practicar. Gracias al Señor, en su madurez, él recibió luz de que en el espíritu también había fuego y, por lo tanto, si permanecía en el espíritu, tendría fuerza para arrepentirse y “quemar” sus impurezas interiores. Así, al escribir sus epístolas, Pedro era alguien que estaba totalmente en el espíritu.
En los evangelios podemos observar que pedro siempre tenía la iniciativa de hablar y, Juan era el más observador. Aun en el libro de Hechos, cuando Pedro y Juan estaban juntos, era Pedro el que tenía la palabra, pese a que Juan era uno con él. Cuando Pedro fue martirizado, Juan también había de haber muerto, pero probablemente por no haber ejercido el rol del líder, fue dejado preso por el imperio romano. En los años que estuvo en su exilio en Patmos, Juan también aprendió a vivir en el espíritu, disfrutando del Espíritu de realidad. Allí el recibió las visiones referentes al fin de los tiempos y las registro en el libro de Apocalipsis.
Cuando tuvo la visión de los candeleros de oro, que representan a las siete iglesias de Asia, Juan tomo conocimiento de la situación de la iglesia en Éfeso, que ya no era buena desde la época de Pablo. Sin embargo, Juan, después de ser dejado en libertad, fue para allá y ayudo a los hermanos a ejercitar el espíritu para ganar vida. Creo que ellos comenzaron a invocar el nombre del Señor y tener una actitud adecuada para con las palabras escritas por Pablo. De esa manera, la iglesia en Éfeso fue restaurada a una condición deseable, al punto de enviar hermanos para servir en Corinto y otras ciudades.
Este era el encargo de Juan: llevar a todos los hermanos al espíritu para que pudieran practicar la verdad, conforme a lo que él mismo registra en su tercera epístola: “No tengo yo mayor gozo que este, el oir que mis hijos andan en la verdad” (3 Jn 4).
Punto clave: Ejercitar el espíritu para andar en la verdad.
Mi punto clave:
Pregunta: ¿Por qué motivo Juan no fue martirizado juntamente con Pedro?
NUESTRA ACTITUD PARA CON LAS VERDADES
EXTRAER VIDA DE LAS VERDADES (2 Co 3:5-6)
Semana 16
DOMINGO
Lectura Bíblica: (Hch 19:23-30; 3 Jn 4, 12)
Leer con oración:
“Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Y ahora te ruego (...) no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros (..) Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio (2 Jn 4-6).
PRACTICAR LAS VERDADES, CRECER EN VIDA Y MANIFESTAR EL AMOR DE DIOS
Esta semana vimos que las cartas de Pablo, escritas según una revelación que recibió, enfatizan mucho el asunto del pleno conocimiento de la verdad (1 Ti 2:4), así como la transmisión de estas verdades a otros (2 Ti 2:2). Sin embargo, nuestra actitud no se puede detener allí, pues no somos aquellos que solo leen, oyen y transmiten las verdades, sino también los que las practican.
Por eso, después de escribir Apocalipsis, Juan estuvo en Éfeso, donde ayudo a los hermanos a practicar lo que habían leído en la carta del apóstol Pablo. Esta es la línea que debemos seguir hoy, la practica de las verdades. Esto queda mas en evidencia cuando leemos lo que Juan dice en su tercera epístola: “No tengo yo mayor gozo que este, el oir que mis hijos andan en la verdad” (v.4). Al escribir esto, él manifestó el sentir del Señor. Tales palabras nos dejan claro el deseo de Dios para Sus hijos.
Al final de esta epístola, Juan presenta el ejemplo de alguien que tuvo una vida transformada: Demetrio. La primera vez que estuvo en Éfeso, Pablo fue perseguido por él, quien para la época era un idolatra y fabricante de templecillos de Diana (Hch 19:24-27). En tercera de Juan 12, Demetrio es mencionado nuevamente, pero en esa oportunidad como alguien de quien todos daban testimonio (v.12). Él ahora estaba sirviendo en la iglesia, pues había sido transformado por el cuidado amoroso de Juan, que lo ayudo a ejercitar el espíritu y ser suplido de la vida de Dios. ¡Alabado sea el Señor!
Por estar invocando el nombre del Señor hemos experimentado el crecimiento de la vida de Dios en nosotros. Cuando la vida de Dios se manifiesta, tenemos el amor, y con ese amor, que viene de dios, amamos a todos los hijos de Dios, así como los que aún no Lo han recibido. Por eso nuestra actitud no puede ser solo la de conocer la letra; necesitamos ir a la Palabra para obtener vida.
Creemos que el ministerio de Juan, el ministerio del Espíritu y la vida, permanecerá hasta la venida del Señor (Jn 21:22). Todos estamos involucrados en este ministerio, por lo cual nuestra actitud para con las verdades reveladas en el Nuevo Testamento debe ser tomadas como vida. La letra mata, más el Espíritu vivifica, es decir, cuando usamos nuestro espíritu, todas esas verdades se vuelven vida en nosotros.
De todo lo que vimos esta semana, lo esencial es que necesitamos invocar mas el nombre del Señor, pues eso nos mantiene en el espíritu, donde está El Espíritu, que nos da vida. Este Espíritu no es solo El Espíritu Santo, sino que incluye toda la obra del Dios Triuno, desde el momento en que se hizo hombre, Su vivir humano, muerte y resurrección. Por medio del Espíritu, nos volvemos ministros del nuevo pacto . Como tales, nuestra actitud para con las verdades no debe ser la de enfatizar la letra, pues esta mata; debemos tocar el Espíritu, pues es el que vivifica. Al leer las verdades registradas en la Palabra de Dios, ya sean las escritas por Pablo, o las que nos fueron traídas por Pedro y Juan, necesitamos siempre usar el espíritu para extraer la vida divina que está en ellas. Si practicamos esto, seremos transformados, pues tendremos más de la vida de Dios y con ella, más amor.
Punto clave: La práctica de la verdad por medio del Espíritu nos ayuda a crecer en vida y manifestar el amor de Dios.
Mi punto clave:
Pregunta: Tomando como base las epístolas de Juan ¿Cuál es el objetivo de su ministerio?
Lectura de apoyo:
Espíritu y fuego – caps. 1-2 – Dong Yu Lan.
Desvelando los misterios del reino – cap. 1 –Dong Yu Lan.
¡Jesús es el Señor!